EL CORREO 09/10/13
· Se compromete a revisar el borrador para «calmar inquietudes», siempre que los cambios no «sepulten los principios que inspiran» el proyecto.
El Gobierno vasco se comprometió ayer a ser «flexible» a la hora de «mejorar» el borrador del plan de paz, si bien advirtió que la revisión del mismo no alterará los «principios en los que se inspira». El secretario de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, compareció en la sede de la Lehendakaritza para realizar un primer balance de las aportaciones que, desde casi una treintena de partidos y entidades sociales, se han presentado al proyecto.
Fernández realizó una «valoración positiva» del «amplio proceso de participación», al tiempo que aseguró que «todas las preocupaciones serán tenidas en cuenta», con el fin de dotar al proyecto del mayor consenso posible, ya sea desde su nacimiento o a medio plazo. «El acuerdo no es la premisa, sino el objetivo», remarcó. Está previsto que el Consejo de Gobierno dé el visto bueno al documento definitivo a finales de noviembre.
El Ejecutivo optó por lanzar un mensaje optimista. Tiene claro que existe una «base sólida» para «trabajar con lo que nos une y dialogar sobre las discrepancias». Pero alcanzar un acuerdo a cuatro bandas entre las principales fuerzas políticas vascas –un deseo que ha manifestado públicamente en varias ocasiones el propio lehendakari, Iñigo Urkullu– no parece, al menos a priori, un camino de rosas. Lo ocurrido en la ponencia de paz del Parlamento, ahora en vía muerta, es solo un ejemplo de las posturas encontradas entre nacionalistas y no nacionalistas.
En la secretaría de Paz y Convivencia son conscientes de esta situación. «Es una utopía aspirar a que un plan de estas características cuente desde su inicio con un cien por cien de apoyo de todos los grupos. Lo dijimos al principio y lo subrayamos ahora: no somos tan ingenuos teniendo en cuenta la complejidad de la realidad que vivimos», asumió Fernández. Su valoración recoge una prueba clara de la dificultad a la que se enfrentan: mientras el PSE, el PP y UPyD destacan «la necesidad de incorporar una narrativa que deje patente la principal responsabilidad de ETA en nuestra historia reciente» y la exigencia de «unos mínimos éticos a la izquierda abertzale», EH Bildu propone «un relato que incorpore las causas políticas e históricas del conflicto», en el que se valore «la violencia del Estado y su responsabilidad».
Nueva ronda de contactos
¿Será capaz el Gobierno vasco de acercar unas posturas que se sitúan en posiciones tan distantes? No será tarea fácil, sobre todo cuando la cuarta fuerza, el PP, ha abogado ya por reescribir el borrador del plan desde sus raíces al verlo escorado hacia la izquierda abertzale y poco contundente con ETA. Jonan Fernández, que estuvo acompañado en la rueda de prensa por la directora de Derechos Humanos, Mónica Hernando, consideró que el documento presentado en junio de manos del lehendakari deja patente la responsabilidad de la banda terrorista. Ahora bien, y según remarcó durante toda su intervención, el Gobierno vasco está dispuesto a revisar el plan para «calmar inquietudes», «aunque pensemos que las cuestiones en sí ya estén incluidas». Los cambios podrían no ser, en este sentido, de gran calado. «Vamos a hacer el esfuerzo necesario, siempre y cuando no sepultemos los principios en los que se inspira el plan», puntualizó el secretario de Paz y Convivencia.
Más al detalle, son cinco las acciones concretas que recoge el informe que han suscitado la mayor controversia entre los partidos firmantes de las enmiendas: el Instituto de la Memoria, el centro de la memoria por las víctimas del terrorismo, la iniciativa que hace alusión a las «víctimas sin amparo en la actual legislación», el programa ‘Hitzeman’ sobre política penitenciaria, y el compromiso social de la Ertzaintza por la convivencia y los derechos humanos. Este último epígrafe fue motivo de polémica en el último pleno del Parlamento después de que el PSE, el PP y UPyD solicitaran al Gobierno que lo eliminara o modificara. «Si hay que corregir algo para incorporar a alguien no se considerará como una resta, sino como una suma», expresó ayer Fernández. Esta voluntad podría abrir la puerta a la inclusión de un párrafo en el que se ponga en valor de manera expresa el trabajo desempeñado hasta la fecha por la Policía autónoma.
El Ejecutivo deberá trabajar ahora en la «mejora» del borrador inicial, bajo el compromiso de intentar dar una «salida satisfactoria» a las aportaciones. La secretaría de Paz y Convivencia iniciará una nueva ronda de contactos con los partidos para informarles de las modificaciones que podrían llevarse a cabo –ayer prefirieron no revelar nada al respecto–, de modo que «a finales de octubre o principios de noviembre» se les hará llegar la versión reformulada del plan.
EL CORREO 09/10/13