EL CONFIDENCIAL 26/06/17
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se encontró con una sorpresa inesperada en la pasada asamblea de la patronal catalana Fomento del Trabajo. En teoría, la visita no revestía mayor peligro, pues los empresarios de Fomento son unos de los principales defensores de la denominada “tercera vía” y, por tanto, contrarios al independentismo. Pero no fue esa la polémica que saltó en el foro sino la del ventajoso trato energético que el Gobierno del PP ha dado a los empresarios vascos en su último pacto de los Presupuestos.
Así, el pasado 12 de junio hubo en Barcelona intervenciones en Fomento hacia el ministro que reprocharon que el Gobierno haya pactado con el PNV un nuevo sistema que favorece aquellas empresas que tienen acceso a red de alta tensión 25 kv. Pero ese tipo de red solo es mayoritaria en Euskadi, y muy rara en el resto de España. Según la plataforma que agrupa a estas empresas, se beneficiarán de este recorte un total de 1.250 empresas de las que 790 son empresas vascas. El acuerdo lo cerró el PNV para sacar adelante los últimos presupuestos de Cristóbal Montoro.
Frente a Montoro, se hizo pública la incomodidad que hace semanas viven los empresarios catalanes por culpa de este pacto, según han explicado diversos asistentes al acto vinculados al sector energético. Cataluña no tiene acceso a esta red. De manera que la rebaja, que será efectiva para 2018, supondrá un recorte del 46% en la factura de las empresas beneficiadas. En Cataluña, el empresariado lo ha vivido como una agresión. Agresión que viene de un partido, el PP, que siempre se muestra como el gran defensor de la unidad de mercado. Excepto, al parecer, cuando se trata de los vascos y del mercado eléctrico.
Hay muchos sectores de empresas perjudicadas. Papeleras, cementeras, acereras. Todas las grandes empresas industriales que son grandes consumidores de energía. Precisamente uno de los sectores dominantes en buena parte del empresariado en Cataluña.
Montoro vino a decir que no se podría hacer nada hasta dentro de un año y que los costes de este ahorro para las empresas beneficiadas, que se calcula en 100 millones anuales, tendrán que repartirse, como es habitual, entre el resto del sistema. Así que no es solo que unas empresas tengan energía más barata que otras, es que las que no tienen la ayuda, acaban pagando a las que sí la tienen.
Inquietud latente
Fomento ya había criticado el nuevo entorno energético que estaba dibujando el Gobierno de Mariano Rajoy en una nota de prensa. Así se apuntó que “Fomento consideró a través de su Comité Ejecutivo que más allá de adoptar soluciones territoriales sobre tarifas en función de ciertas aritméticas políticas, es irrenunciable que el gobierno considere el conjunto del sector industrial español y estructure las reformas siguiendo criterios objetivos, transparentes y uniformes en el territorio”.
El sistema eléctrico en un sistema de suma cero, de manera que si hay una ayuda a Euskadi lo pagan el resto de usuarios, lo que no ayuda en Cataluña
La patronal demandó que “en consecuencia, es necesaria una revisión general de la tarifa eléctrica de acceso, siguiendo el reciente pacto presupuestario, y con el objetivo de asegurar el mismo marco de competitividad en las industrias de todo el país”. En otras palabras, que todas las empresas paguen lo mismo por la energía sin agravios comparativos de ningún tipo.
Antecedentes
El PNV es especialista en este tipo de políticas. Es el único partido que aboga desde hace décadas por una verdadera política industrial. Con la excusa del sistema de alta tensión diferenciada, el anterior ministro, José Manuel Soria ya rebajó un 5% los costes del consumo eléctrico para las empresas vascas en 2016. Con Álvaro Nadal como sucesor, la política se ha extendido; en este caso la rebaja del 46% será adicional. Por lo tanto, en Cataluña con el nuevo pacto solo llueve sobre mojado.
El conseller de Empresa i Coneixement, Jordi Baiget ha enviado una carta al ministro Álvaro Nadal para expresar el malestar de la Generalitat por esta cuestión, según han confirmado fuentes de la administración catalana. Aunque se ofreció a Fomento firmar la carta, lo cierto es que se negaron para no alinearse con los partidos que quieren declarar la independencia de manera unilateral. Sin embargo, como demostró el acto de Fomento del Trabajo, la inquietud es compartida. Nadal no ha respondido a la misiva de su homólogo catalán El actual clima político por la tensión soberanista hace muy difícil que haya acuerdos de ningún tipo en Cataluña.