El engaño de Mas no cala en Europa

EDITORIAL EL MUNDO – 05/09/15

· El presidente catalán debe asumir que su imagen exterior es la de un irresponsable que está jugando con la estabilidad de España y con el futuro de millones de personas.

El primer ministro británico, David Cameron, pudo haberlo dicho más alto, pero no más claro, durante la rueda de prensa conjunta con Mariano Rajoy: si Cataluña se independiza, saldrá de la Unión Europea y se pondrá a la cola para volver a entrar. Cameron sabe de lo que habla porque promovió, no sin cierta temeridad, un referendo en Escocia sobre la independencia y lo ganó, pero, como bien dijo ante el presidente del Gobierno español, las situaciones son distintas y «los gobernantes deben cumplir la ley».

El primer ministro británico envió ayer a Artur Mas otro mensaje devastador –después del de Angela Merkel– para la aspiración de reconocimiento internacional a una Cataluña independiente. Además, mostró total coincidencia con Rajoy en la defensa de la unidad territorial de los Estados y en el deber de los políticos de respetar las leyes. Artur Mas debe asumir que su imagen en Europa es la de un irresponsable que está jugando con la estabilidad de España y con el futuro de millones de catalanes.

La opinión de Merkel y Cameron cierra el círculo de la posición europea contra la independencia de Cataluña y, sobre todo, advierte a los electores catalanes de las consecuencias de secundar la estrategia destructiva que le ofrecen Artur Mas y sus socios. Es demencial que en la Europa del siglo XXI una región como Cataluña coquetee con la marginación y el empobrecimiento por las ensoñaciones de una clase política nacionalista, que antes que liderar mesiánicamente una independencia imposible, debería rendir cuentas por la corrupción sistémica que ha creado a rebufo de su poder político y social.

El presidente Mas encaja su progresivo aislamiento con una fuga hacia delante –«sin mayoría absoluta no habrá proceso», dijo ayer en un alarde de obviedad–, arrastrando a los votantes catalanes a una disyuntiva electoral que es un auténtico fraude a sus derechos políticos. El voto en las elecciones autonómicas es un mecanismo de renovación del Parlamento, de rendición de cuentas por la gestión anterior, de apuesta por programas de gobierno y de estabilidad para cuatro años.

Nada de esto propone Mas a los votantes catalanes, pero los convoca a unas elecciones anticipadas para consumar la ficción de un plebiscito y para crear un Parlamento que, en caso de estar sometido a la mayoría absoluta independentista, hará una declaración de independencia inútil y contraria a la legalidad constitucional, europea e internacional.

El respaldo de los socios europeos al Gobierno español –el que no recibe del PSOE– demuestra que sólo Mas está engañando a los catalanes con el 27-S.