El español que gestionará el final de ETA al otro lado de los Pirineos

LIBERTAD DIGITAL, 20/5/12

Amigo personal de Rubalcaba, fue tentado por Sarkozy para entrar en su gobierno en 2007.

En la orilla derecha del río Sena, en el distrito ocho de París, a un pequeño paseo del Palacio del Eliseo, sede del presidente de la República, y de los principales atractivos turísticos de la capital francesa, se encuentra la Place Beauvau, una histórica plaza donde se ubica la sede del ministerio del Interior francés y cuyo nombre sirve de alusión popular al departamento gubernamental.

Allí tiene su despacho, desde hace apenas un par de días, Manuel Valls, el español que tendrá la responsabilidad de gestionar el final de la organización terrorista ETA al otro lado de los Pirineos y al que los medios de comunicación no han dudado en considerar durante la última década como uno de los políticos con mayor proyección.

Miembro del ala más conservador del Partido Socialista francés, es contrario a la semana laboral de 35 horas y mantiene una voz firme y desacomplejado en cuestiones de seguridad, algo que rompe con el tradicional discurso de su partido. Es partidario de combatir los guetos étnicos en los barrios de las grandes ciudades, de armar a las policías municipales, penalizar el consumo de cannabis e, incluso, llegó a hablar de restringir con cuotas la entrada de inmigrantes.

No en vano, pese a volcarse con la candidatura de la socialista Segolene Royal en las elecciones presidenciales de 2007, el vencedor de la contienda, el conservador Nicolás Sarkozy, no tuvo reparos en ofrecerle entrar en su nuevo Gobierno, algo que rechazó por disciplina de partido.

Heredero, según ha asegurado él mismo, de la línea política marcada por Bill Clinton y Toni Blair, es partidario de reconciliar a la izquierda política con el pensamiento liberal y así lo planteó durante las primeras del Partido Socialista para elegir candidato en 2012, a las que se presentó tras renunciar por varios escándalos sexuales el que era su candidato preferido, Dominique Strauss-Kahn.

Apenas unas horas después de llegar al ministerio del Interior mantuvo su primer encuentro de alto nivel con ETA como tema prioritario. Fue este viernes en Múnich (Alemania), donde los ministros del Interior del G-6 (Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Polonia y España) se reunieron para perfilar sus estrategias antiterroristas. Allí se entrevistó durante cerca de 25 minutos con el ministro español, Jorge Fernández Díaz.

Fuentes del ministerio presentes en el encuentro señalaron a Libertad Digital que en la reunión hubo «muy buena sintonía» y que Valls se sumió las tesis del Gobierno español en la lucha contra ETA, al tiempo que consideró necesario la «disolución» y el «desarme» de la organización terrorista.

Tras destacar que el mismo se utilizaron el español y el catalán para comunicarse, consideraron «beneficioso» para los intereses de España el hecho de que el nuevo ministro del Interior galo sea nacido en nuestro país, debido a que esto le hace tener una «especial sensibilidad» con el terrorismo etarra, y aseguraron que en el encuentro demostró que «conoce bien el problema».

En esta línea, descartaron que su amistad personal con el líder de los socialistas españoles, Alfredo Pérez Rubalcaba, pueda influir en las decisiones del Ejecutivo, dado el apoyo que el principal partido de la oposición ha dado a la política antiterrorista del Gobierno Rajoy.

Aunque este hecho puede no ser tan bien visto por los sectores de la sociedad que llevan denunciando durante los últimos meses que desde La Moncloa se está continuando con la hoja de ruta que el Gobierno Zapatero y los terroristas de ETA acordaron para un final negociado del terrorismo.

Hijo de un emigrante español

Valls es hijo de un pintor español que emigró a París en los años 40 y de una joven italo-suiza, nació en Barcelona en 1962. «Eran las vacaciones, y mis padres, que vivían en Francia, quisieron que su hijo mayor naciera allí», explicó durante una entrevista. «Soy el hijo de un pintor español y de una madre suiza italiana que eligieron Francia por su belleza, por su grandeza, por su suavidad», añadió después.

Entró en las filas del Partido Socialista cuando apenas alcanzaba los diecisiete años de edad y a los veinticuatro obtuvo un asiento como miembro del Consejo Regional de Isla de Francia, que comprende a la capital francesa y a otros siete departamentos. De ahí, pasó a formar parte del equipo de comunicación de Lionel Jospin, primer ministro francés entre 1997 y 2002, a lo que ayudó el hecho de que hable de forma fluida cuatro idiomas: francés, español, catalán e italiano.

En marzo de 2001 fue elegido alcalde de Evry, una localidad de más de 50.000 habitantes situada en labanlieue –los suburbios– de París y que destaca por la variedad étnica de sus ciudadanos, lo que ha generado importantes conflictos sociales. Un año más tarde, fue elegido diputado en la Asamblea Nacional francesa. Para ambos cargos ha sido reelegido desde entonces.

LIBERTAD DIGITAL, 20/5/12