EL CORREO 07/09/14
· Los servicios de Información han detectado este verano una avalancha de consultas desde este país al grupo terrorista
«El Estado Islámico de Irak y Levante (EI) se ha convertido en una moda entre todos los yihadistas de Occidente, y España no es ni mucho menos ajena a esta oleada. Este verano, el EI está arrasando entre los yihadistas españoles. El problema no es ya solo que más de medio centenar de tipos con pasaporte español hayan viajado a Siria e Irak o que cerca de 1.200 marroquíes, muchos de ellos con relaciones familiares en Ceuta y Melilla y otros puntos de la península, estén en esa zona. La cuestión es también el interés que este grupo está suscitando entre jóvenes musulmanes y una pequeña minoría de no musulmanes de todo el país con sus mensajes, vídeos y fotos a través de todo tipo de redes sociales en Internet».
Miles de vídeos han sido descargados en mes y medio con datos sobre el EI y vídeos como el de la decapitación de Sotloff
El que habla es uno de los principales responsables de los servicios de Información Exterior de la Policía. Este mando del Ministerio del Interior afirma que en sus más de dos décadas dedicado a la lucha contra el yihadismo –incluidas épocas como el 11-S y el 11-M– no había visto nunca un fenómeno «tan viral» como el del Estado Islámico. De acuerdo a los datos que maneja Interior, durante agosto y los primeros días de septiembre han sido varias miles las descargas de de información de este grupo y de sus salvajes fotos y vídeos de decapitaciones y mutilaciones en Irak y Siria, entre ellas las del periodista norteamericano Steven Sotloff.
Los informes del Centro Nacional de Inteligencia –explican mandos de la lucha antiyihadista de la Guardia Civil– insisten en la misma línea: jamás ningún grupo terrorista de corte islamista había suscitado tanta curiosidad y «simpatía» entre jóvenes españoles. «Y el Estado Islámico lo sabe». Por eso –abunda este especialista–, lejos de las tácticas de la vetusta Al Qaida asiática de Bin Laden, que poco sabía de los gustos de los radicales de Occidente, EI ha incluido en las últimas semanas multitud de mensajes en castellano y dariya, el dialecto del árabe que se habla en el norte de África, además de inglés, referencias a Al Andalus y su reconquista y, sobre todo, ha creado «ídolos terroristas para el consumo nacional a modo de gancho que se expresan en castellano sin problemas», apunta un mando.
Este responsable policial se refiere, entre otros, a tres terroristas ensalzados por el EI para captar a radicales residentes en España. Los dos primeros, con raíces en este país, Nouredin Majdoubi y el francés Salahedin Ghaitun. Ambos, desde Siria, hicieron público en julio un vídeo en el que amenazaban a España y llamaban a conquistar la tierra de sus «abuelos». Ghaitun, que había residido y tenía amistades en Madrid, Cataluña, Baleares, Melilla y Ceuta, se ha convertido en un héroe-mártir para los yihadistas españoles después de que EI informara que había fallecido en una refriega y exhibiera su supuesto cuerpo.
Fotografías macabras
El tercero y más mediático es Mohamed Hamduch, alias ‘Kokito’ o ‘El Matarife’. Es el yihadista de 28 años, nacido en Castillejos, localidad marroquí situada junto a la frontera ceutí de El Tarajal y criado en el conflictivo barrio de El Príncipe de la ciudad española, que se ha hecho famoso por su obsesión enfermiza de posar en fotografías con las cabezas decapitadas de sus víctimas en Siria. Los servicios de Información tienen hasta seis instantáneas en las que aparece con cabezas. En una fotografía a un niño con una de ellas. ‘Kokito’, que se jacta de que su mujer, una ceutí, le pidió un cinturón explosivo como dote, concede entrevistas a través de Internet en las que amenaza con volver a España como «conquistador».
Esos iconos y la «cercanía» que muestran a sus posibles acólitos en territorio nacional han hecho que las campañas de marketing de EI en España hayan tenido cierta respuesta. A pesar del riesgo que ello entraña de ser localizados, varios seguidores del Estado Islámico respondieron a la campaña del grupo terrorista en la que pedía fotos con su bandera negra delante de monumentos en Europa. En perfiles de Twitter y Facebook no tardaron en aparecer imágenes de la enseña yihadista delante de la Aljafería de Zaragoza y otras proclamas ante la playa de la Concha de San Sebastián o en el centro de Madrid.
Pero no todo ha sido marketing en la Red. El grupo Estado Islámico contaba desde 2012 con una importantísima red de captación que capitaneaba desde Melilla Mustafá Maya Amaya, detenido en marzo. Desde su silla de ruedas y con la sola ayuda de Internet, Maya –apuntan los datos de Inteligencia– reclutó en cuestión de meses a unos 70 yihadistas para luchar en Siria. Interior cree que, al menos, una decena de jóvenes españoles o residentes en España han fallecido ya en Siria e Irak. «Pero el problema no son esas muertes. El problema es evitar su retorno y que vuelvan para intentar captar a más radicales o, en último caso, promover que el EI traiga su yihad a España», dicen los agentes.