ETA se ve como vanguardia ideológica que arrastra al resto del nacionalismo a la aceptación de sus planteamientos. El documento suscrito el domingo entre EA y los herederos de Batasuna le ratifican en esa percepción, porque revela esa capacidad de la banda y su entorno de imponer el lenguaje político en la agenda nacionalista.
El 14 de mayo de 2006, dirigentes de ETA aparecieron entrevistados en el diario Gara sin hacer ninguna mención al Estado vasco. La expresión tampoco apareció en ninguno de los ocho comunicados, los dos ‘zutabes’ y un folleto difundidos por la banda terrorista a lo largo de ese año. El 5 de enero de 2008 apareció una nueva entrevista a cabecillas etarras y en ella había quince menciones al Estado vasco, al Estado independiente o al Estado de Euskal Herria.
El acuerdo suscrito el domingo por Batasuna y Eusko Alkartasuna tiene como «objetivo estratégico» la «constitución del Estado vasco», según se afirma. El documento revela, una vez más, la capacidad de ETA y su entorno de imponer el lenguaje político en la agenda nacionalista.
Ocurrió lo mismo con el uso exclusivo de la expresión Euskal Herria utilizada por ETA en sustitución de Euskadi a partir del segundo trimestre de 1992 y que acabó generalizándose en una buena parte del nacionalismo. En los 24 comunicados difundidos por ETA durante 1991 y el primer trimestre de 1992 aparece 21 veces Euskadi y 18 Euskal Herria. En los siete comunicados elaborados entre abril y diciembre de 1992 aparece 77 veces Euskal Herria y ninguna Euskadi. Como si las realidades políticas se crearan a base de repetir la palabra mágica una y otra vez. Algo parecido ha hecho la banda con la idea del Estado vasco.
La expresión apareció en documentos internos de ETA en el verano de 2006, durante la tregua, cuando la banda perfiló el proyecto que reclamaba la «autonomía a cuatro» (el País Vasco más Navarra) con reconocimiento del derecho de autodeterminación, proyecto que haría público Batasuna en febrero de 2007.
ETA elaboró la propuesta pensando no tanto en que podía conseguir sus objetivos a corto plazo por cesión de los Gobiernos español y francés, sino «como instrumento de lucha para alimentar la nueva fase del enfrentamiento», tal y como señala un documento interno fechado en agosto de 2006. Es ese documento el que, por vez primera, refleja el concepto de Estado vasco, ya que ETA expresa que su propuesta debe «establecer una nueva base política para crear un Estado vasco independiente y soberano».
La banda terrorista se ve como vanguardia ideológica que arrastra al resto del nacionalismo a la aceptación de su terminología y sus planteamientos. Documentos como el suscrito el domingo entre Eusko Alkartasuna y los herederos de la ilegalizada Batasuna le ratifican en esa percepción.
Florencio Domínguez, EL CORREO, 22/6/2010