El futuro de Mas y del proces, en manos de 3.500 antisistema 27/12/2015 by fundacion / EL MUNDO – 27/12/15 · La CUP decide hoy finalmente si mantiene en el poder al líder de CDC o fuerza nuevas elecciones. · Después de más de tres años impulsando el procés soberanista, el futuro político de Artur Mas se decidirá en la asamblea vinculante de un partido antisistema. Un total de 3.577 militantes y simpatizantes de la CUP votarán hoy en Sabadell si impiden la reelección del líder de Convergència como presidente de la Generalitat y empujan a Cataluña a unas nuevas elecciones en marzo, o si bien favorecen su investidura. Una decisión que se lleva esperando desde el pasado 27 de septiembre, cuando se celebraron las elecciones autonómicas catalanas, hace hoy justo tres meses. Pese al tiempo transcurrido, es una incertidumbre lo que puede ocurrir hoy en Sabadell, en un cónclave al que los independentistas radicales llegan tan divididos que ya asumen el riesgo probable de «fractura» en su formación. ¿Qué opciones se votarán en la asamblea de hoy? Habrá cuatro opciones sobre la mesa. Dos de ellas apuestan por investir a Mas, una lo rechaza y otra lo deja en el aire. El primer escenario pasa por aceptar la propuesta de Junts pel Sí –la coalición con la que CDC y ERC concurrieron a las elecciones autonómicas–, que consiste en la fórmula de presidencia compartida con Mas al frente y tres vicepresidentes, así como por avalar las contrapartidas sociales ofrecidas por Junts tras incorporar exigencias de la CUP. El segundo supuesto se limita a favorecer la investidura de Mas para evitar una nueva convocatoria electoral, pero rechaza el plan de choque social y urge a mejorarlo. El tercero propone mantener el no a Mas y asumir que volverán a celebrarse comicios en tres meses si Junts pel Sí no ofrece un candidato a president alternativo. La cuarta y última opción es la más rocambolesca, pues con ella la CUP se abstendría en el pleno de investidura y emplazaría a Mas a buscar la abstención de dos diputados más de otros grupos para poder seguir al frente del Govern. ¿Quién defiende la investidura de Mas? Los diputados de la CUP no defenderán ninguna de las propuestas ni las votarán, con el teórico objetivo de no condicionar la decisión de las bases. Sin embargo, en el partido existen como mínimo dos almas. Endavant es la facción más radical. Liderada por la diputada Anna Gabriel, que se ha convertido en uno de los rostros más mediáticos de la CUP, persigue mantener el veto al líder de Convergència ocurra lo que ocurra. El mismo martes pasado emitió un comunicado en el que pedía abiertamente celebrar nuevas elecciones. Por contra, el sector bautizado como Poble Lliure, que representa el también diputado Albert Botran, ya ha manifestado que «no favorecer la ruptura independentista en el momento actual representa ponerse al lado de España». Dicho de otro modo, este grupo estaría dispuesto a tragar con Mas con tal de no frenar el proceso secesionista. Esta tesis contaría con el apoyo del líder de la CUP en el Parlament, Antonio Baños, y el de su antecesor, David Fernàndez. De esta manera, la fractura del partido está servida. El cisma ha ido aflorando con especial virulencia en los días previos a la asamblea y la formación ya asume que, tras la votación, sufrirá «bajas» por la disconformidad con el resultado. El viernes, un centenar de alcaldes y concejales de la CUP hicieron público un manifiesto en el que reclaman «generosidad, flexibilidad y empatía» a sus bases para alcanzar un acuerdo con Junts pel Sí. Los ediles piden a sus militantes «ser dignos de la esperanza del pueblo catalán» y «conscientes de que el futuro del país está en buena parte en sus manos». La falta de acuerdo, finalizaban los concejales, implicaría «el retorno al marco autonómico y la imposibilidad de construir la república catalana». Esta petición fue combatida ayer por varias corrientes afines al sector más duro de la CUP. Miembros de las agrupaciones Alternativa d’Esquerres, Corrent Roig y Lluita Internacionalista aseguraron que ceder a las presiones de Junts en nombre de no hacer «descarrilar» el proceso independentista es una «falacia» y que las contrapartidas ofrecidas para aceptar a su candidato suponen una «burla». Salvar al líder de Convergència, concluían, supondría que la CUP pierda su esencia como «fuerza rupturista y anticapitalista». ¿Cómo discurrirá la asamblea? Tradicionalmente en las asambleas de la CUP se vota a mano alzada. Dada la trascendencia de este cónclave, la organización decidió cambiar la fórmula y optar por el voto secreto, pero la masiva afluencia de participantes ha provocado que el partido se plantee ahora regresar al voto a mano alzada para hacer el recuento más operativo. El procedimiento final se decidirá en otra votación previa. El encuentro arrancará a las 9.00 horas y se espera que finalice a las 20.30. Una vez decidido si se vota a mano alzada o con urnas, pasarán a discutirse los cuatro escenarios y luego, ya por la tarde, comenzarán las votaciones. En el momento en que una de las propuestas reciba más del 50% de los votos, la asamblea finalizará. Si ninguna obtiene suficiente apoyo, se retirará la opción menos respaldada y se volverán a votar las propuestas que hayan sobrevivido a la criba. Así hasta que una acabe imponiéndose. La discusión y votación se realizarán a puerta cerrada y el resultado se trasladará en una rueda de prensa sin preguntas. ¿La votación puede abocar obligatoriamente a unas nuevas elecciones? El resultado de la asamblea tendrá que ser refrendado por el Consejo Político de la formación, pero la CUP insiste en que respetará la palabra de sus militantes por ajustada que sea la votación. Con todo, si las bases del partido rechazan a Mas, los antisistema y Junts pel Sí podrían seguir negociando investir a un candidato alternativo hasta el 10 de enero, fecha límite para la convocatoria automática de elecciones por imperativo legal. La CUP vería con buenos ojos ese último intento, pero Convergència considera que un no a Mas el domingo aboca directamente a unos nuevos comicios y ERC también subrayó hace sólo dos días que si la formación anticapitalista rechaza al candidato de Junts pel Sí el margen de maniobra para evitar los comicios será muy estrecho. 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