Inés P. Chávarri-El Confidencial

  • «Es una tomadura de pelo», apuntan desde una comunidad. La portavoz del Ejecutivo llamó a todos los mandatarios autonómicos, pero no les pudo ofrecer mucha información sobre el foro

Dos escuetos párrafos constituyen el orden del día de la Conferencia de Presidentes que se celebrará este viernes en Salamanca y que el Gobierno central ha remitido a las autonomías tras la tormenta de críticas por las formas en que se había convocado el encuentro, sin cumplir el reglamento que articula las reuniones. Aunque la imagen de Pedro Sánchez junto a los 19 mandatarios regionales, y el Rey, que presidirá la reunión, era para el Ejecutivo el broche perfecto para cerrar el curso político, la improvisación que ha reinado en la organización del cónclave amenaza con echar por tierra ese anhelo. “Es una tomadura de pelo”, resuelven fuentes de una de las principales autonomías en conversación con El Confidencial. 

“Estado de la situación de la campaña de vacunación y de los efectos de la COVID-19 y de la gestión y próximos pasos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia”, reza el primer punto del orden del día, con la inclusión casi de refilón de la cuestión sobre los fondos, el asunto clave. “Presentación de la ‘Estrategia Nacional 2030 frente al Reto Demográfico’ para impulsar la Agenda Común entre los diferentes niveles de gobierno”, recoge el segundo punto. Dos frases que, de momento, son lo único que han recibido las autonomías por parte del Gobierno.

A pesar de que el encuentro era algo buscado y querido por Moncloa —el presidente anunció el pasado 16 de junio la convocatoria con el objetivo de abordar con las comunidades el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, es decir, la hoja de ruta avalada por Europa para dejar atrás la crisis económica y sanitaria generada por el covid—, a 48 horas de que se celebre la conferencia el toro ha acabado por pillar al Gobierno. La portavoz y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, llamó a finales de la semana pasada a todas las autonomías, y aunque no pudo hablar con todos los mandatarios, a los que sí le atendieron no fue capaz de ofrecerles mucha información, apuntan las mismas fuentes. Parecía más que nada un telefonazo de ‘cortesía’ mientras las críticas arreciaban. 

Una de las más beligerantes fue la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, quien el pasado viernes amenazó con no volver a participar en este foro si no se cumplía el reglamento del mismo —convocatoria y orden del día preestablecido con una antelación mínima de 20 días, reuniones preparatorias…—. «Para ir a escuchar y aplaudir al presidente de Gobierno, no iremos», criticó. Un argumento, el de que Sánchez solo busca una imagen para su mayor gloria, que se está replicando por diversas comunidades y que ya utilizó el presidente catalán, Pere Aragonès, hace justo una semana, cuando rechazó acudir al encuentro por considerar que solo sirve para “hacerse una foto”.

El malestar no solo se palpa en las comunidades populares, también en las que están gobernadas por el PSOE. Fuentes de una de las más importantes regiones en manos socialistas explican a este periódico que parece que Sánchez está buscando una unidad “que no es real”. En primer lugar, por la negativa del dirigente catalán a acudir, a pesar de los múltiples llamamientos del Gobierno para que cambie de parecer, también porque el lendakari, Iñigo Urkullu, todavía no ha confirmado si estará, y porque las diferencias con las autonomías bajo control del PP son abismales. 

El Gobierno se excusa asegurando que la preparación y anuncio del encuentro se ha producido bajo el mismo “modelo de excepcionalidad que se ha seguido durante la pandemia”, apuntan fuentes del Ministerio de Política Territorial. Es decir, no se ha cumplido con el reglamento por la urgencia de la situación. El año pasado, durante los momentos más duros de la pandemia, Sánchez se reunía casi semanalmente, de forma telemática, con todos los presidentes autonómicos, y una vez decayó el primer estado de alarma, convocó tres conferencias. Ninguna ha seguido las reglas del foro.

“Una falta de respeto institucional” para muchas autonomías que no casa, precisamente, con las intenciones que esbozó el propio Sánchez al anunciar la conferencia de este viernes. El llamamiento se produjo el pasado 16 de junio, en una rueda de prensa junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. La institución acababa de dar luz verde al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y el presidente aseguró que las comunidades serían las “protagonistas” junto a los ayuntamientos en la gestión de los fondos que marcarán el futuro del país. El objetivo principal del nuevo encuentro era abordar esa cuestión con las regiones, pero las formas no han ido acorde a ese papel principal que deben jugar las autonomías. 

Los periodistas, por cierto, que van a cubrir el encuentro deben acreditar el certificado de vacunación o una PCR negativa en las 72 horas previas o un test de antígeno en las 48 horas previas.

Los encuentros prepandemia

La última Conferencia de Presidentes convocada por el expresidente Mariano Rajoy se celebró el 17 de enero de 2017. Las regiones lo supieron con más de 20 días de antelación, lo que marca el reglamento, en concreto el 12 de diciembre anterior. La comisión preparatoria se reunió el 11 de enero, y estuvo presidida por la entonces número dos del Ejecutivo y ministra de Administraciones Territoriales, Soraya Sáenz de Santamaría. También estuvieron el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, y los consejeros de Presidencia de las diferentes autonomías. Y se cerraron acuerdos en 11 puntos diferentes, entre ellos, políticas de empleo, sostenibilidad del estado de bienestar y violencia de género.

En este encuentro, se pactó además el nuevo reglamento que debe guiar estos foros y que establece, entre otras cuestiones, que la Conferencia de Presidentes se reunirá anualmente y que el Comité Preparatorio, además de las funciones de impulso y seguimiento, también asumía la evaluación y ejecución de los acuerdos adoptados.

La ausencia catalana

Además de las críticas vertidas contra Sánchez por las formas con que ha convocado el foro, la conferencia del viernes también viene precedida por el cruce de acusaciones entre regiones. El presidente de Aragón, Javier Lambán, deslizó recientemente sus sospechas de que Cataluña y el País Vasco podrían ser las comunidades más favorecidas en el reparto de los fondos europeos. También, el dirigente valenciano, Ximo Puig, ha recuperado en los últimos días el discurso contra el proceder de Madrid en materia fiscal, si bien ha encontrado un aliado en el mandatario andaluz, Juan Manuel Moreno, en su batalla por conseguir un nuevo acuerdo en materia de financiación autonómica.

Pero, en las últimas horas, el ‘president’ Pere Aragonès, por su negativa a participar en el encuentro, ha pasado a ser el principal objetivo de los reproches por parte de otros dirigentes. Lambán consideraba ayer una “falta de respeto” la ausencia del dirigente. En términos similares se expresó el gallego Alberto Núñez Feijóo: «Me parece que es un error político y una falta de respeto a los catalanes, que no podrán estar en igualdad de condiciones con el resto de comunidades, que al menos nos vamos a enterar de lo que el presidente nos va a contar. Lo lamento, pero es así», además de añadir que el plantón se sitúa «en la línea estratégica de ‘apartheid’ que está planteando la Generalitat«. 

El Gobierno central, por su parte, volvió a tender la mano a Aragonès por si se “replantea” acudir al encuentro, si bien, a través de la portavoz y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, celebró que la Generalitat sí vaya a estar presente este miércoles en el Consejo de Política Fiscal Financiera, al que acudirá el consejero de Hacienda, Jaume Giró.