EL MUNDO – 04/11/15 – F. JIMÉNEZ LOSANTOS
· Ahora resulta que saltarse la legalidad del parlamento catalán, como ha hecho Forcadell para convocar un pleno sin que estén todos los grupos parlamentarios, es más escandaloso que anunciar, como hizo la susodicha al tomar posesión del cargo, que quedaban anuladas todas las leyes españolas vigentes, desde la regional que le permite cobrar a ella hasta la europea que alienta las ensoñaciones supremacistas del separatismo de mona y caganer.
Mas y la añeja muchachada pujoliana llevan desde la Diada de 2012 ciscándose en todas las resoluciones del Constitucional, del Supremo y del TSJC; se burlaron de la doble prohibición del referéndum golpista hace un año por el Constitucional; se ríen de todas las sentencias del Supremo y de los tribunales inferiores y superiores que ellos mismos manejan; utilizan el dinero del Fondo de Liquidez Autonómica para financiar las mil cadenas de televisión y radio que, con la Prensa apesebrada y sietemasina, propagan el odio a lo español y el «Espanya ens roba»; respaldan los abucheos a España en el Nou Camp, quitan bustos de reyes, borran calles que suenen a España, con los kikirikís del Gallo Margallo juegan a «l’ou com balla»; y usan esa legalidad española gracias a la que cobran –y merced a la que roban– para perpetrar el «golpe de Estado a cámara lenta» que ahora denuncia Guerra. ¡Y lo que molesta a Franco Rabell, el de Coleta Morada, es que Forcadell se salte el reglamento del parlamento regional, no la Constitución! El golpe nuestro de cada día –el catagolpe– no les preocupa. Si es en domingo, sí.
Pero el colmo de la preocupación a destiempo y la desmemoria desprogramada de Rajoy fue ayer la recepción del capitoste decapitado Durán i Lleida en Moncloa como «apoyo a la unidad tras el desafío separatista». Es el mismo Durán que en 2012 se proclamaba separatista, aunque a plazos, como gusta en Madrit. El que se manifestaba, vestido de Pantera Rosa, con coreografía de Gogó Iceta, junto al tripartito de Montilla y contra la aún inédita sentencia del Tribunal Constitucional que lima algunas aristas del Estatuto de Cataluña. Esa contra la que Juliana y otras sopas redactaron el famoso editorial único de los 11 periódicos de Cataluña. ¿Y van a ser Durán, Juliana y los moderados de Godó, que viven insultando al Constitucional, los que salven la Constitución?