El Govern empieza a asumir el fracaso del proceso independentista

EL MUNDO 14/04/17

· La presión de la Fiscalía y el fracaso diplomático agravan la división en el Govern y bloquean el avance del referéndum
· PDeCAT y ERC trabajan ya en escenarios electorales autonómicos pese a los esfuerzos de Puigdemont

El puente que une la Generalitat y la Casa dels Canonges es el engaño arquitectónico más admirado del gótico de Barcelona: ni es gótico ni del siglo XV. Pese a todo, es fotografiado en masa por turistas convencidos de que es las dos cosas. El palacete de los Canonges, sala de reuniones puntual del president de la Generalitat, acoge desde marzo otro tipo de representación. En él se han llevado a cabo en un mes tres cumbres para a salvar la unidad del Govern de Junts pel Sí (JxSí). Como sucede con el puente, sólo los más convencidos creen que la unidad soberanista es auténtica. Mientras tanto, unos partidos divididos y enfrentados trabajan para estar preparados ante la hipótesis del fracaso del procés.

Los socios del Govern –PDeCAT y ERC– han evidenciado en los últimos días que las desconfianzas entre ambos están en su punto álgido. Tanto que los aparatos de ambas formaciones se posicionan para el día después de un procés cuyas flaquezas se han agrandado esta semana por la falta de apoyos internacionales al referéndum –el último rechazo ha sido el de EEUU– y la presión de la Fiscalía y el Tribunal Constitucional (TC).

El efecto de la presión judicial se ha traducido en que ningún miembro del Govern ha firmado aún ninguna orden ejecutiva vinculada al referéndum tras recibir las advertencias del TC, la última esta misma semana. Los consejeros temen ser inhabilitados, como ya ha sucedido con Artur Mas, Joana Ortega, Irene Rigau y Francesc Homs por la consulta soberanista del 9-N.

Ante el bloqueo del Govern, neoconvergentes y republicanos se preparan para la pelea electoral bajo una máxima que nadie ha olvidado pese a 15 meses de gobierno conjunto: son socios circunstanciales, pero rivales políticos naturales.

La última evidencia de que se trabaja en la siguiente pantalla la ha ofrecido el PDeCAT. A inicios de semana se supo que la dirección pidió a sus diputados que rompan la disciplina de voto de JxSí en determinados aspectos –sanidad o educación– para marcar perfil propio frente a ERC y distanciarse de la CUP. Mayor revuelo han generado las palabras de su número dos, David Bonvehí, quiensostuvo en una cena privada con alcaldes en marzo que, «si el proceso ha sido un desastre, tendremos que poner a alguien autonomista». Es decir, renunciar a la independencia y regresar a la etapa anterior a 2012, cuando arrancó el procés.

Las palabras de Bonvehí, reveladas por Catalunya Plural, motivaron ayer las críticas de ERC, cuyo portavoz, Sergi Sabrià, acusa a la dirección del PDeCAT de «estar más pendientes del partido que del país».

Según pudo confirmar ayer Catalunya Informació, desde el círculo de Bonvehí se apunta a la propia ERC como autora de la filtración de la polémica grabación, concretamente a la portavoz de ERC en el ayuntamiento de Manresa, Mireia Estefanell, y al excandidato republicano en la capital del Bages, Pere Culell.

Desde ERC, por su parte, también se han hecho esta semana gestos para afianzar un electorado que, según las encuestas, les daría la victoria en unas nuevas autonómicas.

A esa lectura responden las revelaciones que la secretaria general de ERC, Marta Rovira, hizo el martes en una entrevista en Rac1. La republicana explicó que desde el Palau se contempla la idea de contratar a desempleados para trabajar durante el referéndum. Un anuncio que, según confirmaron fuentes republicanas, fue «estudiado» y no fruto de una indiscreción de la número dos del partido. El objetivo de ERC es evidenciar ante el votante independentista que, al contrario que el PDeCAT, ellos serán los últimos en bajarse del tren del referéndum, aunque entre sus cálculos esté ya el del descarrilamiento.

La tensión en JxSí y en el seno del soberanismo salió a escena en cuestión de minutos. La portavoz del Ejecutivo, Neus Munté (PDeCAT), desautorizó en rueda de prensa a Rovira. También lo hicieron las principales entidades independentistas –ANC y Òmnium–, aunque no la criticaron por la propuesta, sino por enseñar las cartas con las que el soberanismo aspira a celebrar el referéndum.

Los desencuentros en público de esta semana han minado los esfuerzos del president de la Generalitat, Carles Puigdemont, de mantener prietas las filas. Algo que ha intentado a través de las tres reuniones convocadas en la Casa dels Canonges el 6 de marzo y a inicio de esta semana.

El lunes, el president convocó sólo a los consellers del PDeCAT para «confesarles» sobre si están dispuestos a asumir las consecuencias de firmar las órdenes del referéndum, según explicaron fuentes conocedoras de la reunión. Ninguno de los presentes rechazó seguir adelante, aunque las posturas se mantienen donde estaban, con bandos diferenciados. Los que mayores pegas presentan son el consejero de Cultura, Santi Vila, y el titular de Interior, Jordi Jané, quien insiste en cada cumbre que los Mossos d’Esquadra no pueden desobedecer las leyes españolas. Puigdemont abrió el lunes la puerta de salida del Govern a los consejeros que no quieran seguir adelante.

El martes por la tarde el president convocó una nueva reunión, esta vez menos discreta y destinada a reforzar el frente soberanista en su totalidad. Acudieron todos los implicados en el procés, entre ellos el vicepresidente, Oriol Junqueras, y miembros de la CUP. También acudió la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, quien también está imputada por desobediencia y prevariación. Todos salieron convencidos de la necesidad de escenificar una unidad que, como el balcón gótico de la Casa los Canonges, no es lo que parece.


LA CUP: ‘NO ES TIEMPO DE DUDAS’

La CUP, partido sobre el que se sostiene el Govern y la defensa del referéndum, salió ayer al paso de las palabras del ‘número dos’ del PDeCAT, en las que valoraba un escenario electoral «autonomista», para afirmar que «no es tiempo ni de dudas ni de actitudes derrotistas ni de cálculos partidistas»

La presidenta del grupo de los anticapitalistas en el Parlament, Mireia Boya, advirtió a través de Twitter que abandonar el independentismo, aunque pierdan el referéndum, tampoco es opción. «Los escoceses no se volvieron autonomistas con la victoria del no en el referéndum. Han ido a por el segundo. No fastidiemos».