Juan Carlos Girauta-ABC

  • En plan 2050, pronto daremos las gracias a los socialistas por querer alimentarnos a base de hormigas culonas y grillos

Pensarán los más, si no han enloquecido, que ese mundo que Sánchez y su corte de adivinos sueñan es justamente nuestra pesadilla, con precisión nanométrica. Al 2050 le ha colocado la imaginería monclovita un cero a la izquierda, recogiendo sin proponérselo el espíritu del sanchismo. Cero, dos, cero, cinco, cero le parece a Redondo más ídem, vaya usted a saber por qué. Como fuere, nos va a coger el futuro deseable hechos unos chavales gracias a la ingesta de cigarras y al desapego budista en que flotaremos al faltarnos todo. Los pueblos que comen gusanos y saltamontes no engordan. Fíjense qué fuerza tiene la palabra impresa que voy yo, suelto eso, y va usted y se lo cree.

La distopía sanchista del cincuenta aconseja volver a Gog, de Giovanni Papini, con su galería de ‘billgates’ y de ‘schwabs’ de la época. Como Henry Ford, muy preocupado siempre por el bienestar de los obreros que deberían poder comprarle sus coches, que siempre eran negros y tal. Henry Ford el filonazi, mira por dónde, que contribuyó cuanto pudo a la difusión de los ‘Protocolos de los Sabios de Sión’, apócrifo maldito. Mucho cuidado con los filántropos. Es curioso cómo la palabra ha perdido su sentido original: solo se aplica ahora a multimillonarios rebozados en acciones de grandes tecnológicas. El pobre Machado Antonio no osaría ya escribir que se enseñó a sí mismo filantropía. Y si lo hiciera, sus lectores creerían que ha hecho un curso online de bolsa. Pero en 2050 no harán falta poetas porque estaremos en el mundo ideal del Tolstoi final, donde sobran las artes. Si a un genio de la narrativa le reverencian todos como a un profeta social pueden pasar estas cosas. ¿Qué esperar entonces cuando ese trato se lo dispensas a un mindundi? ¡El plan 2050!

En plan 2050, pronto daremos las gracias a los socialistas por querer alimentarnos a base de hormigas culonas y grillos. Sánchez, gracias a su consejo de hechiceros, ha comprendido por qué las sectas funcionan donde los partidos fallan. ¿Por qué el tío que más pilló en la Barcelona de los ochenta fue Vicente Lapiedra? Porque montó la secta Ceis y convenció a casi todas las trabajadoras sexuales del gran lupanar de la época de que un ovni iría a recogerlas. Las hetairas le entregaban todos sus ingresos. Y así se demostró que el macarra más eficaz era el que, tras asustar a las chicas con un Apocalipsis, les vendía un asiento en la nave salvadora.

¡Gracias, Sánchez! -gritaremos tus putos, por el futuro que nos deparas, por ir a dejarnos sin propiedad alguna. Hemos comprendido al fin, romos y todo, la inferioridad del tener frente al ser. Gracias por una política fiscal que irá minando, hasta liquidarlas, nuestras riquezas, nuestras rentas. Abajo nuestra funesta manía de ahorrar. Todo gracias a ti, que detendrás el cambio climático en España. Con los dos grados de más que se vienen no puedes luchar, pero en 2050 se acabará el mal.