Javier Elorrieta-Editores
Aprovecho para recomendarles «El Paraiso Políglota» del triste y prematuramente fallecido Juan Ramón Lodares. Y «El Líbelo sobre la cultura vasca» de Matías Mújica.
Hace tiempo leí un memorable artículo de Ruíz Soroa, de título atinado: » La de idiomas que se han tenido que perder, para que Vd. y yo nos podamos entender». Más o menos así era el título.
En una ocasión, en el parlamento vasco, dije que era intelectualmente honesto contemplar la valoración de los idiomas por su eficacia funcional comunicativa. El idioma en sí mismo no es cultura, es una herramienta de comunicación, a través de la cual, en el desarrollo de su modalidad oral y escrita, se genera todo aquello que conforma también lo que definimos como cultura.
En una comisión parlamentaria, defendiendo la valoración objetiva funcional de los idiomas. Era en 1999 , y estaba muy en boga en las actividades empresariales los procesos internos de calidad, a través de simulaciones, les propuse la siguiente simulación.
» Imagínense que un ángel exterminador de idiomas pasa por nuestra comunidad autónoma y mañana se ha olvidado el euskera. ¿Qué creen que pasaría?. Pues que perdería el trabajo el que se encarga de la traducción ,por cierto unidireccional , en este Parlamento. Y algunas cuestiones más menos anecdóticas pasarían. Pero les aseguro que la vida social, comercial, el transporte, la acción industrial, de servicios, etc.  seguiría.
Imagínense , al revés. Que pasa el ángel y mañana se les olvida a todos el castellano, o español, como prefieran. ¿ Qué creen Vds. que pasaría?.
Pues que se paralizaría toda la vida. No funcionaría nada, ni el comercio, ni la industria, ni el transporte. Se podría hacer un remedo del «Ensayo de la ceguera» de Saramago como «Ensayo de la sordomudez».
Por cierto, también perdería el trabajo el traductor unidireccional. Y los consejeros de un Gobierno que jamás ha realizado un Consejo en euskera.».
La única respuesta que tuve fue un laconismo de perdonavidas.
» Le voy hacer a Vd. un favor. Como que no le he escuchado».
Insisto en mi apreciación. La demografía y la educación arrastran la CAV (léase Confederación Autonómica Vasca) hacia la nulidad. Y la política lingüística la soga que la arrastra.