ABC – 17/12/16
· La habilidad del independentismo para la escenografía es indudable, y la declaración ayer de Carme Forcadell ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) fue una nueva ocasión para organizar una demostración de fervor soberanista.
El Gobierno catalán prácticamente en pleno, representantes de todos los partidos menos Ciudadanos, PSC y PP, así como decenas de alcaldes arroparon a la presidenta del Parlament catalán antes de declarar en la causa que se instruye por un posible delito de desobediencia y prevaricación al Tribunal Constitucional.
La «romería» independentista –como la definió Xavier García Albiol (PP)– repitió la fórmula de la declaración del expresidente Artur Mas, en su caso por la causa del 9-N, con el habitual despliegue de «esteladas», himnos y pancartas. Eso sucedía en el exterior. Dentro del Palacio de Justicia, la presidenta de la cámara catalana solo respondió a las preguntas de su abogado, para proclamar que permitió la votación en el Parlament porque se trataba de un «acto político».
A la juez instructora le reprochó que incumpliese su deber de defender la inviolabilidad del Parlament. Concluida su declaración, Forcadell aseguró que su eventual inhabilitación sería «un ataque tan grande a la democracia que es inconcebible».
«Libertad ideológica»
Por otra parte, y tras la denuncia de tres colegiados, ayer se conoció que el TSJC ha obligado al Colegio de Abogados de Barcelona a abandonar el llamado Pacto Nacional por el Derecho a Decidir, al que se había adherido en octubre de 2013, por vulnerar «la libertad ideológica, de expresión y de asociación» de sus asociados.