El IS reivindica el último ataque en Baviera, cometido por un refugiado sirio

EL MUNDO – 26/07/16

· El IS reivindica el último ataque en Baviera, cometido por un refugiado sirio, acrecentando el miedo en las calles Berlín pide no condenar a los solicitantes de asilo y la extrema derecha acusa a Merkel.

· Alemania no termina de despertar de la pesadilla en la que está sumida desde el pasado lunes 18. Los actos violentos se ceban con el estado de Baviera, que este domingo registró el tercer ataque en una semana.

Su autor fue un refugiado sirio de 27 años que se inmoló dejando 15 personas heridas, cuatro de ellas de gravedad, junto al recinto donde se celebraba un festival de música en Ansbach.

Había jurado lealtad al Estado Islámico, al igual que el joven que una semana antes hería de gravedad a cinco pasajeros en un tren en la misma zona. Se trata de los dos primeros ataques reivindicados por la milicia yihadista en suelo germano.

Muchos alemanes temen que el terrorismo ha llegado para quedarse. «El terror islamista está en Alemania», apuntó ayer el ministro de Justicia bávaro, al tiempo que el primer ministro del Land, Horst Seehofer, señaló: «Baviera vive días de terror».

La organización Estado Islámico (IS) asumió la autoría del ataque de Ansbach en un comunicado de seis líneas difundido por su agencia cómplice Amaq. Según ésta, una fuente «les confirmó» que el individuo habría llevado a cabo una operación «de martirio». Calificado de «soldado del Estado Islámico», el comunicado advertía que todos aquellos países que participan en la coalición que lucha contra el IS son parte del objetivo de los adláteres de la organización yihadista, según informa Isaac J. Martín desde Rabat.

La motivación islamista del ataque ya había sido prácticamente confirmada por el ministro del Interior de Baviera, Joachim Hermann, unas horas antes en rueda de prensa. Según las investigaciones, el atacante grabó un vídeo en el que anunciaba un acto de venganza contra los alemanes en nombre de Alá «porque matan musulmanes», confirmó el propio ministro.

El joven sirio, que respondía al nombre de Mohammed Daleel, juró lealtad al líder del Estado Islámico, a Abu Bakr al Bagdadi, en la misma grabación. En la habitación del albergue de refugiados en el que dormía, la policía encontró material salafista así como diversos objetos que pueden ser utilizados para fabricar bombas, como un bidón de gasolina, ácido clorhídrico, pilas o alambres. «Con lo investigado hasta ahora, podemos decir que todo indica que el ataque tiene una motivación islamista», dijo Herrmann en una rueda de prensa en Núremberg.

El anuncio de la autoridades bávaras contrastó con las palabras del ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière, que se mostró cauteloso y no dio pistas sobre las intenciones del atacante. De Maizière dijo que no descartaban «la motivación islamista», pero que contemplaban en la misma medida que se tratase de «un desequilibrado sin relación con el terror religioso. Igualmente, «podría ser una combinación de ambas», sentenció en Berlín, tras reiterar que la investigación se encuentra en una etapa «muy temprana» aún.

La policía bávara también confirmó que el atacante de Ansbach entró en Alemania en agosto de 2014 tras pasar por Bulgaria y Austria y solicitó asilo en el país, pero su petición fue rechazada en diciembre tras comprobarse que ya había recibido «protección subsidiaria» en Bulgaria. Hace un año se decidió su expulsión a ese país, pero la orden se paralizó tras presentarse actas médicas sobre su «inestabilidad psicológica». El hombre había intentado suicidarse dos veces y estuvo ingresado en una clínica psiquiátrica. El domingo, al parecer, intentó entrar al festival con una mochila bomba, pero no le dejaron porque no tenía entrada, lo que probablemente evitó una masacre.

La instrumentalización política de la ola de violencia en Alemania preocupa en el Gobierno federal. El ministro del Interior, De Maizière, advirtió contra las tentaciones de atribuir sospechas generalizadas sobre los refugiados y subrayó que «la inmensa mayoría» huye de la persecución o en busca de una vida mejor. Además, advirtió que aumentará la presencia policial. Por su parte, la diputada en el Bundestag del partido Die Linke (La Izquierda) Sarah Wagenknecht calificó la política de puertas abiertas de Berlín de «imprudente». «La integración de la gran cantidad de refugiados que llegaron en el último año a Alemania es mucho más difícil y compleja que lo que opina la canciller [Angela Merkel]», sentenció en una nota.

Igualmente crítica pero en las antípodas ideológicas se pronunció Frauke Petry, la líder del partido de derecha radical xenófoba Alternativa para Alemania. «Es el precio que paga Alemania» por la integración de los refugiados, puso en su cuenta de Twitter en referencia al ataque de Ansbach. Ayer lunes se publicó además que la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA) investiga a 60 solicitantes de asilo por sospecha de que puedan tener vínculos con organizaciones terroristas.

Mientras, varios medios alemanes especulan con un cambio de postura del gobierno federal respecto a la «laxa política de refugiados llevada a cabo por la canciller». Algo que el gobierno regional de Baviera, de la CSU, enfrentado con Berlín por no endurecer su política de puertas abiertas, lleva esperando como agua de mayo.

SEMANA SANGRIENTA

Siete días mortíferos. El miedo llegó a Alemania el 18 de julio, cuando un adolescente afgano atacó con un hacha a varios civiles en un tren. Cinco personas resultaron heridas, mientras el joven de 17 años fue abatido por la policía. El IS reclamó el ataque.

Tiroteo en Múnich. El 22 de julio, un alemán de 18 años de origen iraní asesinó a nueve personas en un centro comercial de Múnich y, después, se suicidó. Según las investigaciones, estaba obsesionado con los tiroteos en las escuelas.

‘Crimen pasional’. El pasado domingo, un solicitante de asilo sirio mató a una mujer e hirió a otras dos con un machete en Reutlingen. La policía sugirió que podría ser un «crimen pasional». Atentado en un festival. Otro solicitante sirio se inmola cerca de un festival de música en Ansbach (Baviera). Hay 15 heridos.

EL MUNDO – 26/07/16