ABC 03/03/15
· Aceptaría una Cataluña fuera de España «solo si respeta plenamente la religión musulmana»
El nacionalismo catalán ha puesto en marcha una política de gestos hacia el conjunto de la comunidad musulmana para, entre otros objetivos, ganarse su apoyo para la causa independentista. Algunas cifras son elocuentes: mientras el Gobierno central, como consecuencia de la crisis, ha reducido en un 81 por ciento las ayudas a las entidades religiosas musulmanas respecto a 2011, este año la Dirección General de Asuntos Religiosos de la Generalitat ha sacado dos convocatorias públicas de subvenciones a las que pueden concurrir las entidades religiosas de esa comunidad, con un presupuesto total de un millón de euros.
Resulta especialmente llamativo que esa cuantía sea la misma que la que el Estado ofrece en todo el territorio nacional, lo que obviamente puede incentivar la desafección hacia el Estado español de las comunidades religiosas de Cataluña y, consecuentemente, una mayor cercanía hacia las posturas nacionalistas, desde las que se les da esas ayudas. Hay que recordar que en ese territorio vive el 20 por ciento de los musulmanes que hay en toda España y que en algunos municipios su voto podría ser clave para decidir alcaldías.
«No a cualquier precio»
Fuentes de la lucha contra el terrorismo islamista consultadas por ABC señalan que «los principales líderes salafistas aceptarían una Cataluña independiente, integradora y multicultural, con el catalán como lengua y el relato de la nación catalana, pero no a cualquier precio». Esa aceptación «estaría condicionada a que se respete plenamente la religión musulmana, lo que aumenta el riesgo de que islamistas radicales lleguen a controlar espacios relevantes en el mapa político municipal». Algo que es bastante probable dada la labor de captación de musulmanes que realizan algunos partidos independentistas.
Una hipotética nación catalana se convertiría en el tercer Estado europeo con mayor presencia de musulmanes y hay varios líderes religiosos que ven con buenos ojos esa posibilidad, no tanto porque sean partidarios de la independencia «sino como estrategia para alcanzar sus objetivos, que no son otros que implantar el islam en el mayor número de territorios posibles», advierten las fuentes consultadas por ABC.
Prueba de ello son las reflexiones del imán Abdelwalhad Houzi, uno de los más radicales que viven en España, afincado en Lérida. Este líder religioso reflexionaba entre los suyos animándoles a aprovecharse de los independentistas: «Ellos se apoyan en nosotros para conseguir votos –explicaba–, pero lo que no saben es que cuando nos dejen votar todos votaremos a los partidos islámicos, pues nosotros no pensamos en izquierdas o en derechas. Esto nos hará ganar alcaldías. Será el momento en el que empezará a implantarse el islam».
En las listas de CiU
También es interesante el caso Noureddine Ziani, presidente de la Unión de Centros Culturales Islámicos de Cataluña, y que fue expulsado de España en 2013 acusado de desarrollar «actividades contra la seguridad del Estado». Pues bien, esta decisión del Gobierno central fue duramente criticada por el sector independentista de esa comunidad, e incluso la Asamblea Nacional Catalana, que en un comunicado habló de «abuso de poder».
Es asimismo llamativo que Khalid Shabaz Chuhan, fundador de la Federeción Catalana de Entidades Paquistaníes y director del área asiática de la Fundación Nous Catalans, figurara en 2012 en las listas de CiU a los comicios autonómicos. Máxime cuando está considerado como un «extremista» religioso y tiene antecedentes en nuestro país por delitos comunes.
Pero más allá de estos ejemplos, las fuentes consultadas llaman la atención sobre los gestos de acercamiento del independentismo catalán hacia la comunidad musulmana. Destaca el ofrecimiento de la Generalitat para construir una gran mezquita en Barcelona. El director general de Asuntos Religiosos, Enric Vendrell, viajó a Rabat en junio del año pasado para abordar esta cuestión con las autoridades marroquíes.