EL CORREO 17/04/13
Una testigo presencial del doble crimen reconoció a Saioa Sánchez en la misma foto publicada por la prensa tras su detención
En su undécima jornada, consagrada a la síntesis de la instrucción sumarial, el juicio de París por los asesinatos de dos guardias civiles en Capbreton descartó ayer la premeditación en el comando de ETA autor del doble crimen. La defensa de Saioa Sánchez, imputada como coautora, logró demostrar que su identificación fotográfica por una testigo presencial estaba viciada porque el mismo retrato había sido publicado previamente en la prensa en informaciones que la presentaban como la mujer del comando, completado por dos hombres.
Cruzado el ecuador de un proceso iniciado el pasado día 2, el Tribunal Especial de lo Criminal celebró ayer una vista decisiva para establecer conclusiones incontestables de las actuaciones judiciales. La principal lección de las sesiones de mañana y tarde, con el hilo conductor del testimonio del capitán de la Subdirección Antiterrorista (SDAT) Emmanuel Layec, autor de la síntesis policial del caso, fue la ausencia de premeditación en los autores de las muertes a tiros de Raúl Centeno y Fernando Trapero en diciembre de 2007.
«La acción criminal voluntaria fue realizada sobre la marcha a la vista de la calidad de guardias civiles de las víctimas», leyó la jueza Xavière Simeoni, presidenta del tribunal, en el pasaje final del informe de síntesis. «No hay premeditación en este caso», dedujo la magistrada con el asentimiento de todas las partes presentes en el juicio.
«Azar increíble»
«El elemento de la premeditación, en el marco de la investigación criminal, no podemos ponerlo de manifiesto», había admitido el capitán Layec. «No tenemos elementos para saber qué pasó en la cafetería ni si los etarras se concertaron antes de salir después de los guardias civiles», insistió el oficial, quien confirmó que desde la mesa que ocupaba el trío agresor no se veía por el ventanal la plaza de aparcamiento en la que fueron tiroteadas las víctimas.
«Los etarras no seguían a los guardias civiles porque entraron primero en la cafetería y, por un azar increíble, éstos se instalaron luego en la mesa de al lado», expuso el testigo. A su juicio, los agentes no reconocieron a los activistas porque de lo contrario no se habrían quedado dentro del coche «en posición de debilidad». «Lo descarto por razones de técnica policial. Si no lo lógico habría sido salir del aparcamiento y colocarse discretamente en la rotonda contigua por donde los etarras tenían que pasar por forzosamente para seguirlos», analizó.
A instancias del abogado Robert Gaston, defensor de Sánchez, se incorporó a la causa un cable confidencial revelado por Wikileaks en el que las autoridades de Estados Unidos dicen haber sido informadas de que el Ministerio del Interior español consideraba que el atentado de Capbreton «no parece una acción premeditada sino el probable resultado de un encuentro fortuito».
El letrado también obtuvo la incorporación de recortes periodísticos con la foto de Sánchez tras su detención como presunta participante en el doble crimen. Tras una pausa para buscar en el sumario la ficha fotográfica de la acusada, la jueza Simeoni comunicó que era idéntica a la publicada en la prensa local. Gracias a ese mismo retrato una testigo presencial reconoció en el álbum policial de etarras fichados a la mujer del comando agresor.
Layec valoró que «un acto tan violento y no planificado solo pudo ser decidido por un responsable de ETA presente en el lugar de los hechos». El policía apuntó que Mikel Karrera ‘Ata’, presunto autor material de los disparos, era entonces el jefe del aparato logístico.