TONIA ETXARRI, EL CORREO – 30/04/14
· Era el mejor momento para hacerlo. Unas horas antes de que los tres ex de la política (exlehendakari Ibarretxe, exconsejera socialista Zabaleta y exportavoz de la dirección de la antigua HB, Aoiz) compartieran cartel para debatir sobre el derecho a decidir, el lehendakari Urkullu apareció en la escena. Y un día antes de que se volviera a reunir la ponencia sobre el autogobierno en el Parlamento, quiso marcar su posición. Institucional y de consenso. Comprometido con lo acordado. Después de tantas especulaciones sobre lo que debía o no discutirse en ese foro parlamentario, Urkullu se mostró partidario de aparcar, de momento, el debate sobre el derecho a decidir.
El melón del debate sobre el eufemismo de la independencia para el PaísVasco no lo quería abrir tan pronto. Pero ya se lo habían abierto otros. Quizás por eso, quiso comparecer ayer ante los medios de comunicación, tras la celebración del consejo de gobierno de los martes. Detectada cierta impaciencia política, en propios y extraños, ante la causa soberanista, Urkullu marcó su territorio institucional. Quiere debatir, en la ponencia del Parlamento que se reúne hoy, sobre la actualización del Estatuto de Gernika, «sin entrar», de momento, en cuestiones como el derecho a decidir.
Toda una declaración de principios, en cuestión de ritmos. Entre el derecho a decidir, como quiere Egibar en consonancia con EHBildu, o la defensa del consenso y el respeto a la legalidad, el lehendakari ha optado por lo segundo. Una contrariedad, ya no para los ponentes de ayer en el paraninfo de la Universidad sino para el propio portavoz del PNV en el hemiciclo de Vitoria, Joseba Egibar, que en repetidas ocasiones ha manifestado su intención para esa ponencia. Daba por hecho que en ese foro se tenía que debatir el derecho a decidir, por encima del consenso.
Lo que hizo ayer el lehendakari fue intentar controlar a los primeros caballos desbocados de este torneo. Y atenerse a los compromisos. Si la ponencia del Parlamento estaba prevista para valorar los logros del «actual desarrollo estatutario» y sentar las bases para «su actualización desde el máximo consenso posible», Urkullu se limitó a atenerse al guión. Y, de paso, corregir a Egibar, para que nadie le acuse de fracturar a la sociedad vasca, como hizo su antecesor Ibarretxe.
El actual lehendakari defiende el derecho a decidir. Cierto. Pero sabe que no puede dejarse arrastrar por los planteamientos más independentistas y correr el riesgo de perder la centralidad a la que aspira, desde que pactó con el PSE y el PP. Ayer echó el freno porque no se ve en una carrera tan alocada como la de Artur Mas arrastrado por ERC, la CUP y la Asamblea Nacional catalana. Se ha tomado su tiempo para dar este paso. Que es importante conocerlo ahora, cuando falta menos de dos meses para la puesta en escena de la «cadena humana» en el PaísVasco yNavarra.
Si el lehendakari quiere ahora entretenerse en negociar las transferencias pendientes será porque, en el fondo, ve que entre el actual desarrollo estatutario y la independencia no hay vía intermedia.
TONIA ETXARRI, EL CORREO – 30/04/14