EL CORREO – 26/09/14
· Apuesta por «adaptar el autogobierno a la realidad social y política», al tiempo que dibuja un escenario esperanzador en materia económica.
· Iñigo Urkullu Lehendakari «No se puede apelar a la Constitución española como un inamovible corsé de negación» «Mi deseo es que sepamos superar los intereses partidarios en favor del interés general».
«Soberanía compartida».
No era una propuesta nueva, pero el lehendakari aprovechó ayer su discurso durante el pleno de política general que acogió el Parlamento vasco para remarcar –que no marcar– perfil en materia de autogobierno. Con el desafío lanzado por Artur Mas en plena ebullición, Iñigo Urkullu quiso ahondar más si cabe en la distancia que separa su apuesta por un nuevo estatus político para Euskadi de la cuestión catalana. Con este fin, apeló a los derechos históricos recogidos en el Estatuto de Gernika para demandar una revisión del pacto con el Estado que apueste por la bilateralidad y reconozca el derecho a decidir.
«Esto –subrayó– no implica un choque de soberanías, sino adecuar el concepto de soberanía a la realidad social del siglo XXI». El jefe del Ejecutivo autónomo defendió así la necesidad de alumbrar un nuevo «concierto político» que eluda, dijo, el «incumplimiento unilateral» de los consensos alcanzados, en alusión al desarrollo competencial.
El lehendakari mencionó, aunque casi de pasada, los referéndum celebrados en Escocia y Quebec. En ambos casos las consultas se inclinaron hacia el ‘no’, pero fueron la prueba de que es «posible alcanzar un acuerdo para que la voluntad democrática se exprese». Y también se refirió a la realidad catalana, aunque lo hizo para proponer que se utilice «la democracia para adaptar de manera pactada la ley a la voluntad popular», y no al revés. Urkullu no dudó, sin embargo, en criticar, en un claro mensaje a Mariano Rajoy, que desde el Gobierno central se apele a la Constitución española como «un inamovible corsé de negación», en lugar de «facilitar su adecuación» para que los ciudadanos se pronuncien. Cabe recordar que el Ejecutivo del PP ha anunciado ya su previsión de impugnar tanto la ley de consultas catalana como el decreto de convocatoria del referendo.
«Concertación»
La intervención del lehendakari sorprendió a la oposición no solo por su brevedad –alrededor de una hora– sino por su «ausencia de contenido y de autocrítica». El grueso del discurso versó sobre la crisis. El objetivo: subrayar que la «prioridad» del Ejecutivo vasco pasa por la recuperación económica y la creación de empleo, que situó en 2015. Urkullu dibujó un escenario esperanzador, con expectativas de crecimiento. Consciente, ahora bien, de que «está costando mucho mantener los parámetros de calidad» en un momento «de mayor demanda de servicios públicos y de menor capacidad presupuestaria para atenderlos». «Avanzamos, pero no nos conformamos», proclamó.
El lehendakari hizo de su intervención un llamamiento constante al acuerdo. Acuerdo para reformar el marco legal de las ayudas sociales –un planteamiento que sorprendió en las filas de la oposición–, pero sobre todo con miras a los próximos Presupuestos vascos. El jefe del Ejecutivo puso en valor el pacto suscrito con los socialistas hace un año, pese a los «retrasos», y advirtió de los riesgos de optar por una estrategia basada en «el desgaste por el desgaste». «Euskadi necesita estabilidad y concertación», sostuvo.
La reedición del pacto PNV-PSE permanece aún en el aire. Más aún, después de que la nueva secretaria general de los socialistas vascos, Idoia Mendia, haya advertido que su partido tiene «libertad» para revisar el cumplimiento del acuerdo –ayer fue muy crítica al respecto– y decidir si volverá a ir de la mano de los jeltzales. «Mi deseo es que sepamos superar los intereses partidarios en favor del interés general, que no caigamos en lo peor de la política», apostilló el lehendakari.
La tercera pata del discurso del jefe del Ejecutivo versó sobre la consolidación de la paz y la convivencia. Urkullu destacó que el «pronóstico», tras décadas «de división y crispación», es «positivo», al tiempo que reiteró su apuesta por «el diálogo y los acuerdos mínimos entre las grandes tradiciones políticas» para seguir avanzando. Volvió a emplazar el lehendakari al PSE y al PP a sumarse a la ponencia de paz del Parlamento vasco. Un foro, dijo, cuya «importancia» el Gobierno «no se cansará» de defender.
Urkullu, que volvió a poner en valor el plan de paz de Jonan Fernández, puso también el acento en la reinserción social de los presos de ETA y la creación de un Instituto Vasco de la Memoria que aborde todos los «acontecimientos traumáticos» ocurridos en Euskadi desde la Guerra Civil hasta el terrorismo de ETA, «sin mezclar, confundir ni compensar unos con otros».
EL CORREO – 26/09/14