ABC 06/10/15
· Pedro Sánchez no quiere para evitar que se contamine su discurso y la reforma constitucional
Ximo Puig dijo ayer en público lo que lleva semanas señalando en privado: que la solución del conflicto en Cataluña, pasa, entre otras cosas, por reconocer que esa comunidad es una «nación» en los términos en que venia reconocida en el preámbulo del Estatuto sancionado en 2006 por las Cortes y en referéndum, y luego rechazado por el Tribunal Constitucional (2010). Esta opinión de Puig no es nueva, pero en este momento sí es inoportuna para un Pedro Sánchez que acaba de anunciar que la reforma constitucional que va a aprobar el PSOE no incluirá el reconocimiento de la «nacion» catalana porque ese término está siendo usado por los nacionalistas para «excluir» al resto.
Además, al líder socialista le coge a contrapié en su campaña para La Moncloa, ya que el debate territorial retroalimenta los discursos de PP y nacionalistas y perjudica el del PSOE porque lo pone a la defensiva.
El presidente valenciano apuesta por «formular una propuesta de recuperación de lo anulado en la sentencia del Estatuto catalán». En el turno de preguntas, Puig señaló que el punto de partida es hace siete años y si se va hacia una reforma constitucional, sería «sencillo empezar por el principio y constitucionalizar aquello que se aprobó en el Parlamento de España y por los ciudadanos catalanes». Cuando se le recordó que Sánchez ya ha descartado incluir la palabra «nación» para Cataluña, Puig explicó que no quería entrar en un debate «nominalista», pero añadió: «en los términos que se habla de nación en el preámbulo que aprobó el Congreso de los Diputados no hay ningún problema».
Al acabar el acto, el secretario de Organización del PSOE, César Luena, explicó que no hay contradicción entre las palabras de Puig y la posición oficial del partido, que son «absolutamente compatibles». No obstante, sí envió un recado al presidente valenciano al recordarle que él es también firmante de la Declaración de Granada, el 6 de julio de 2013, que en ninguno de sus párrafos defiende el reconocimiento de la nación catalana.
«Nación no es soberanía»
En el PSC, las palabras de Ximo Puig fueron bien acogidas, en tanto que recogen la que es su postura oficial sobre el tema. El primer secretario, Miquel Iceta, siempre recuerda que la Declaración de Granada acordada por el PSOE, que propone trasladar a la Constitución los «derechos históricos» de Cataluña, es un buen punto de partida. Entre los socialistas catalanes hay consenso en que ello debería llevar a reconocer a Cataluña como «nación» en la Carta Magna, en su título segundo en concreto, aunque también se asume, de manera más o menos explícita, que esto es algo inasumible para el PSOE, por no hablar del PP.
Así lo vino a reconocer ayer la portavoz socialista, Esther Niubó, que partiendo de la defensa que hace el partido de definir Cataluña como nación, reconoció que «no nos quedaremos encallados en una sola palabra. Sabemos qué pensamos y qué es lo que entendemos que se tiene que blindar». Es una batalla que internamente casi se da por perdida.
Los socialistas catalanes, tras una etapa en la que defendieron la convocatoria de una consulta sobre el futuro de Cataluña que se celebraría solo en esta comunidad, han pasado a abogar por un reconocimiento de la «singularidad» catalana a través de una reforma constitucional.
Es ahí donde defienden la incorporación del término «nación», que, recordó Niubó, «no rompe la soberanía del Estado español». «Vamos hacia una reforma. El acuerdo sobre la palabra que reconozca esta singularidad tiene que ser fruto de este nuevo pacto. La palabra que reconozca la singularidad tiene que ser fruto del consenso y la negociación», concluyó la portavoz socialista.
Hace pocas semanas lo expresaba en una entrevista a este diario el líder del PSC, Miquel Iceta: «Hay que reconocer la singularidad de Cataluña, pero hay diversas formas de hacerlo».