Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo

El relato oficial es tan eficaz que puede con todo, incluidas la lógica y el sentido común. Incluso ha derribado esa afirmación tan antigua y querida de que ‘el dato mata el relato’. En el apartado de la deuda pública, el relato se asienta sobre dos grandes dogmas. El primero lo resumió bien el diputado mejor mandado del Hemiciclo, el siempre atinado Patxi López, cuando aseguró que no ha crecido a lo largo del mandato del presidente Sánchez. El segundo todavía es más sólido. Afirma que, además, da igual, es indiferente, pues la deuda pública no se paga nunca.

El primer dogma choca de frente contra el dato. El Tesoro Público que, como todo el mundo sabe, depende del Ministerio de Hacienda pero es un miembro destacado de la fachosfera cuyo objetivo principal es propalar bulos, alimentar noticias fake y lanzar lodo a diestra y siniestra, asegura que la deuda en circulación supera los 1,44 billones de euros, un poco por debajo del récord alcanzado en el mes de septiembre, pero 6.000 millones más que en el cierre de 2023. Lo que sí ha bajado es el cociente entre ese montante y el PIB. Gracias a la creciente inmigración, que no al aumento de la productividad, el tamaño del PIB crece más que el de la deuda y por eso el cociente baja algo. Pero nuestra deuda exterior sigue en aumento, exactamente lo mismo que le ha pasado al volumen de mi habitualmente estilizado y siempre apolíneo cuerpo serrano en estas pasadas navidades. ¿Capicce Patxi? Bueno, pero no pasa nada porque llegados aquí, podemos utilizar el segundo dogma: la deuda no se paga, así que no importa si crece. Peor para el acreedor. Nosotros hemos pedido el dinero y nos hemos comprometido a devolverlo pero, ¿y si tras un detenido análisis del sabio profesor Pablo Iglesias llegamos a la conclusión de que esa deuda no es legítima, o simplemente que no nos da la gana devolverla? ¡Genial! ¿Ve? El relato acaba de arreglar el problema y lo ha hecho sin tener que realizar el mínimo esfuerzo, sin derramar una sola gota de sudor.

Lo malo es que el Tesoro Público contraataca y vuelve a emborronar el relato. La deuda se paga, eso sí, en cómodo plazos y a través de los presupuestos. ¿Se acuerda cuando había semejante incordio? Ahora se enfrenta a un pago por intereses de unos 32.000 millones de euros, una cifra que supera en algo más de 3.000 millones la cifra pagada por este concepto en el ejercicio anterior. Pero, ¿no han bajado los tipos de interés que pagamos por la deuda? Sí, y de manera apreciable, pero su impacto llega con retraso y todavía aumenta su coste en lugar de reducirlo.

Para hacerse una idea cabal de lo que eso supone, basta recordar que en los no natos presupuestos del año 2023 el Ministerio con mayor presupuesto fue el de Seguridad Social con 35.977 millones y el segundo mayor es Defensa, con 12.977 millones. Es decir, es mentira que la deuda no se pague. Se paga, año a año y a ello dedicamos el segundo capítulo de gasto del total de los presupuestos generales. Recuerde. Los datos, es decir el lodo, procede del Ministerio. Esta vez no soy culpable.