EL CORREO 12/05/14
· Pese a que los sondeos no les otorgan apenas representación, los pequeños partidos han logrado inquietar a populares y socialistas
A los temores que despierta la abstención se suma ahora otro factor: el miedo a las minorías. Las encuestas apenas les otorgan representación en el futuro Parlamento europeo, pero la persistencia de los pequeños partidos y, sobre todo, sus mensajes más pegados a la calle, han logrado inquietar a populares y socialistas. Los sondeos hablan de que el fin del bipartidismo podría estar más cerca que nunca y pronostican un auge de las opciones minoritarias. Una tendencia a la fragmentación del voto que los expertos justifican por la situación de crisis económica y el descontento con las políticas que han llevado a cabo las dos principales fuerzas del país.
No dejaron de ser significativas, por ejemplo, las palabras que el pasado sábado lanzó al aire la alcaldesa de Madrid contra las formaciones de nuevo cuño o, en su caso, hacia algunos de sus candidatos. Entre los rostros que han descubierto estas elecciones destacan el de Pablo Iglesias, cabeza de lista de Podemos, o el del abogado Javier Nart, como candidato de Ciudadanos. Ana Botella (PP) llamó a la participación en los comicios. Ahora bien, lo hizo con un objetivo: hacer frente a quienes en los últimos años, dijo, han hecho apología de la «antipolítica», han criticado la democracia «formal» y ahora figuran en listas electorales. El mensaje fue claro; sus destinatarios, también.
Los partidos pequeños son conscientes de que las formaciones tradicionales no atraviesan su mejor momento y afilan sus ‘armas’. Con un presupuesto mucho menor, llegan a celebrar una media de cuatro mítines diarios –lo habitual suele ser dos– y optan por tirar de programa. Así, frente a la liza nacional clásica que protagonizan PP y PSOE, plagada de acusaciones de corrupción, de herencias mal dadas y soberanismo, los minoritarios ofertan un discurso más europeista con propuestas centradas en cuestiones como el paro o los recortes, pero de manera más concreta y cercana a los padecimientos cotidianos del ciudadano.
Dos son los partidos de estas características que las encuestas vaticinan que tendrán cabida en el Parlamento europeo. Uno es Unión, Progreso y Democracia, con una trayectoria asentada en España y que vería incrementados de uno a tres sus diputados en Europa. El otro, Podemos. La formación de izquierdas se estrenaría en Bruselas con un representante, su cabeza de lista, Pablo Iglesias. En un mitin en Barcelona ante unas 250 personas, la mayoría jóvenes, el candidato afirmó ayer que su partido concurre a las elecciones del 25 de mayo para defender que España «no quiere ser una colonia». Especialmente duro con los bancos y los responsables del FMI –les llegó a calificar de «mafiosos a lo Vito Corleone»–, Iglesias defendió la salida del actual sistema monetario porque «no sirve», al tiempo que afeó la connivencia que existe entre populares y socialistas en materia económica. «Los dos partidos mayoritarios ya están conjeturando con la posibilidad de crear un gran gobierno a la alemana», advirtió.
El acto, celebrado en la plaza Universitat, obligaba. Preguntado si Podemos defiende el derecho a decidir, Iglesias no lo dudó: «Rotundamente, sí». Ahora bien, marcó distancias con CiU, de quienes dijo «no tienen más patria que su dinero».
«Proteger su chiringuito»
Muy críticos con la gestión de PP y PSOE se mostraron también desde UPyD. Si un día antes Rosa Díez instó a los ciudadanos a no permitir que los dos grandes partidos les «chuleen» con la «prepotencia» que les hace pensar que lo tienen «tienen todo hecho».
En un mitín de Cordoba la «número dos» de UPyD centro su intervención en acabar con los privilegios en la casta de los eurodiputados y dejar de recortar en «derechos esenciales» para centrar la ‘tijera’ en cuestiones prescindibles. Apostó en este sentido por suprimir dos de las tres sedes del Parlamento europeo. «Es un disparate en tiempos de crisis tener que desplazar a miles de funcionarios cada mes para desempeñar sus funciones en Luxemburgo y Estrasburgo, cuando toda la actividad podría desarrollarse perfectamente en Bruselas y ahorrar millones de euros de gasto superfluo», manifestó.
El candidato de Ciudadanos, Javier Nart, también centró ayer su discurso en el bipartidismo y criticó que el PP y el PSOE «tienen dinero», pero «no ideas». Respecto al cara a cara de mañana entre sus cabezas de lista, Miguel Arias Cañete y Elena Valenciano, consideró que «es escupir sobre el electorado. Me apuesto diez contra uno a que no lo ven ni ellos». Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, se mostró por su parte convencido de que obtendrán representación parlamentaria.