EL PAÍS, 27/2/12
El Gobierno vasco, el Ministerio del Interior y los principales partidos recibieron ayer entre críticas, de socialistas y populares, y cierto escepticismo del PNV la declaración presentada por la izquierdaabertzale en San Sebastián. Para los dos Ejecutivos y las formaciones que los sustentan, el texto resulta insuficiente, inaceptable en muchos de sus apartados y una ocasión perdida de reclamar la definitiva disolución de la banda.
“No hacen más que literatura para evitar afrontar la realidad de que deben declarar que la violencia de ETA no tiene ninguna justificación y asumir su responsabilidad ante ella. Lo demás es bla, bla, bla”, señalaron a EL PAÍS fuentes del Ejecutivo vasco.
El Gobierno autónomo reaccionó de forma oficial a través de un comunicado de su coordinador y titular de Interior, Rodolfo Ares, para quien el abertzalismo radical “una vez más se refugia en la ambigüedad del lenguaje y en equiparaciones inaceptables para evitar decir lo que tiene que decir”, si quiere ser creíble ante las víctimas y el conjunto de la sociedad.
Para Ares, las condolencias de la exBatasuna “difícilmente podrán ser aceptadas como sinceras por sus destinatarios mientras no pida a ETA su disolución definitiva sin esperar ningún tipo de contrapartida”.
El Ministerio del Interior no se pronunció oficialmente, pero fuentes del departamento indicaron a Efe que los radicales han dejado pasar otra oportunidad de exigir la desaparición de ETA.
Para el departamento de Jorge Fernández Díaz, quien ayer mismorecalcaba en este periódico que no habrá acercamiento de presos, una de las demandas del texto, mientras ETA no se disuelva, es inadmisible “el teatrillo” de pedir que se inutilicen las armas. ETA debe entregarlas y desaparecer sin más.
El número dos del PP vasco, Iñaki Oyarzábal, señaló a este diario que el planteamiento de la antigua Batasuna “al final pretende construir un relato de la justificación que suene mejor para seguir confundiendo a una parte de la sociedad, pero sin hablar en serio de reparación y perdón, responsabilidad o colaboración con la justicia”.
El PSE consideró “demasiado corto” un texto que no ha sido lo “suficientemente claro” en la exigencia de pedir perdón a las víctimas y de que ETA entregue las armas, en palabras de su presidente alavés, Txarli Prieto.
El PNV fue el único de los partidos más relevantes que vio cierto aspecto positivo en el texto. Para la formación de Iñigo Urkullu, la izquierda abertzale ha dado un paso “que debe ir acompañado por otros de ETA en el mismo sentido”. Eso sí, marcó sus distancias y, además de rechazar una comisión de la verdad en Euskadi, confió en que todo ello no suponga un ejercicio retórico “para ganar tiempo en su consumo interno”.
EL PAÍS, 27/2/12