El ministro y la juez

Del Blog de Santiago González

Todo se pega menos la hermosura y el pequeño Marlaska ha copiado de su mandante los vicios gramaticales y la mentira. “Injerencia es una palabra que no conjugaré nunca”, ha dicho para explicar el cese del coronel Pérez de los Cobos. Injerencia es un sustantivo y lo que se conjuga son los verbos. La sintaxis es un valor moral, ya lo dijo Valery, y Marlaska ha demostrado en estos dos años que le es ajeno. Miente el ministro, imitando a su patrón, al pretender que la destitución de Pérez de los Cobos es ajena al informe que la Guardia Civil ha redactado en tanto que policía judicial por orden de la juez Carmen Rodríguez-Medel sobre el 8-M y sus circunstancias.

La directora general del Cuerpo, María Gámez, es nueva y sin malicia, porque  reclamó el informe con mucho desparpajo: “Es una investigación delicada para el Gobierno y tenemos que conocer lo que la Guardia Civil está entregando a la jueza”. La juez considera que la policía judicial depende de los Jueces, de los Tribunales y del Ministerio Fiscal, tal como dicen el artículo 126 de la Constitución y el R.D.  769/1987, de 19 de junio, sobre regulación de la Policía Judicial.

Ya había pasado antes. Recordaba mi admirada María Peral que siendo teniente fue apeado del mando de una unidad antiterrorista por negarse a revelarle a Luis Roldán el nombre de un confidente suyo en la lucha contra ETA. Roldán y Marlaska, caramba, qué coinsidensia, dirían les Luthiers. Los artífices de las dos crisis más graves en la historia de la Benemérita. El primero por su fuga, el segundo por lo que estamos viendo.

La destitución fue una bomba en la Guardia Civil; el primer mando uniformado de la  misma, el teniente general Laurentino Ceña presentó su dimisión como protesta. La radio pública española tuvo un gesto de vileza al decir que el CEO “había adelantado su jubilación”. Se comprende que Rosa Mª Mateo sufriera un lapsus,-el subconsciente no existe, pero insiste, diría aproximadamente Freud-, y se le escapara “Radiotelevisión espantosa” durante su comparecencia de ayer en el Senado.

¿Había dicho ya que el ministro del Interior miente? Como su jefe. De ahí que explicara la destitución como “un proceso natural de sustitución basado en la confianza”. Ya embalado, dijo que Laurentino Ceña pasaba a situación de retiro el pasado 23 de marzo, decisión que se pospuso por el estado de alarma. ¿Un proceso natural de sustitución?¿Puede considerarse natural un relevo como éste? Si el teniente general Ceña había pospuesto su jubilación por el estado de alarma no parece lógico que se vaya antes de que termine, coincidiendo con la destitución de Pérez de los Cobos y diciendo que es esta la razón por la que dimite. Y para más inri comunica que va a equiparar salarialmente a Policía y Guardia Civil, una equiparación necesaria y tardía. Dos años de retraso.

Rodríguez-Medel haría bien en sostener al coronel cesado en aplicación del artículo 550 de la L.O.P.J. que prohíbe la remoción de los agentes en funciones de Policía Judicial hasta acabar su investigación, salvo por decisión del juez. Marlaska fue juez pero ya no se acuerda. Esta magistrada tiene más legitimidad que él también en la Guardia Civil. Su hermano era coronel y su padre general. Su abuelo José también pertenecía al cuerpo: era comandante en Pamplona y fue asesinado el 18 de julio de 1936 al oponerse a la sublevación de Mola. El día 5 va a tomar declaración como investigado al delegado del Gobierno, José M. Franco. Macarena Olona ha registrado una pregunta para que Petit Marlaska lo explique en el Congreso. Hay que estar atentos. La cosa promete.