ABC 25/02/14
EDITORIAL
· El Congreso Mundial de Móviles es el último ejemplo de los beneficios que se derivan de la colaboración institucional
EL Congreso Mundial de Móviles, que arrancó ayer en Barcelona, constituye un claro ejemplo de los «excelentes resultados» que genera la colaboración institucional entre el Estado y Cataluña, tal y como destacó el Príncipe de Asturias el pasado domingo. Esta cita, convertida ya en la mayor cumbre mundial de la telefonía móvil, reunirá a un total de 75.000 profesionales y 1.800 empresas del sector, generando unos ingresos extra de 356 millones de euros para la Ciudad Condal. El proyecto, impulsado de forma conjunta por el Ministerio de Industria, la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona, ha cosechado un indudable éxito desde que empezó a celebrarse en 2006, lo cual evidencia, por un lado, los beneficios de mantener una estrecha coordinación administrativa, y, por otro, el constante apoyo del Gobierno central a la economía catalana, desmontando, nuevamente, el mito nacionalista de la discriminación financiera.
Sin embargo, el citado Congreso es tan sólo una anécdota en comparación con el apoyo institucional que presta el Estado a Cataluña. En primer lugar, cabe recordar que es la comunidad autónoma que recibe más recursos del modelo de financiación, alcanzando los 19.000 millones en 2011 –último ejercicio liquidado–. De hecho, se sitúa entre las ocho regiones que gozan de una financiación por habitante superior a la media nacional. Mención aparte merecen las inversiones del Estado. Así, el Ministerio de Fomento ha ejecutado obras en Cataluña por valor de 21.616 millones entre 2000 y 2012, hasta un 40 por ciento más que en Madrid. Destaca, muy especialmente, la inversión en líneas de alta velocidad, con casi 10.000 millones durante este período. No por casualidad, Cataluña es la primera autonomía con todas sus provincias conectadas por AVE. Asimismo, Fomento destinó a Cataluña unos 1.200 millones en 2013, lo que supone más del doble que la media nacional. En concreto, cerca de 600 millones para ferrocarriles, más de 200 en carreteras, 160 millones en puertos y algo más de 80 para aeropuertos. Este 2014, el ministerio que dirige Ana Pastor prevé invertir 1.400 millones en Cataluña, un 15 por ciento más.
Más allá del reparto de fondos, sobresale el auxilio financiero prestado por el Estado a Cataluña, evitando con ello la quiebra de la Generalitat. El Gobierno central inyectó 31.420 millones de euros entre 2012 y 2013 a la región que preside Artur Mas, un tercio de la ayuda total facilitada al conjunto de las comunidades autónomas. Dicha asistencia es una muestra inequívoca de la lealtad institucional del Gobierno y de la profunda solidaridad de todos los españoles. Tales cifras desmienten, por tanto, las acusaciones de discriminación financiera y agravio en materia de inversiones que vierte el nacionalismo catalán para blandir el mito del «expolio fiscal». El Congreso Mundial de Móviles, por el contrario, es el último ejemplo de los beneficios que se derivan de la colaboración institucional.