Koldo Domínguez-El Correo
ENTREVISTA A Cayetana ALVAREZ DE TOLEDO
La portavoz popular critica al PSOE por haberse «pasado al otro lado» y le acusa de «traicionar» el pacto constitucional
«Tengo un grave sentimiento de la responsabilidad. Y el actual no es un momento político cualquiera». Tal vez esta confesión explique la determinación con la que Cayetana Álvarez de Toledo (Madrid, 45 años) alerta sobre el futuro de España. Llamada por Pablo Casado para la dirección de su nuevo PP, la portavoz parlamentaria -repetirá esta legislatura- se ha significado como el principal azote de los soberanistas catalanes y vascos, a los que acusa de «converger en una operación de demolición» del país. El viernes lo denunció en Bilbao durante un acto de ‘Libres e Iguales’, plataforma que ha reactivado para «movilizar y reagrupar al constitucionalismo» en Euskadi. No le importó que le arrojaran huevos, le insultaran por el Arenal y le acusaran de venir al País Vasco a hacerse una foto. «Eso no me impresiona. Es la clásica expresión de la xenofobia que he escuchado muchas veces aquí y en Cataluña».
– ¿Tan mal ve la situación en Euskadi?
– En Madrid, como centro político e institucional, no se tiene conciencia de la profundidad y gravedad del movimiento separatista vasco.
– Urkullu está bien visto allí.
– Le ven como a un hombre moderado y al PNV como un partido serio y de Estado, cuando no lo son. Aquí está pasando lo que pasó en Cataluña en los años 90. A Urkullu se le trata como se le trataba a Pujol, y al PNV como a CiU. Partidos pragmáticos y personas con las que se puede llegar a grandes acuerdos políticos racionales y razonables.
– ¿No se fía del PNV?
– No me fío, por supuesto que no. Cuando desde Madrid se hiperlegitima al nacionalismo vasco se abandona a los constitucionalistas vascos.
– Bloque en el que usted no incluye al PSE.
– Eso, eso. A veces me preguntan por qué expulso a los socialistas del bloque constitucionalista. Y yo contesto que ellos mismos se autoexpulsan sistemáticamente.
– ¿No es injusta con los socialistas vascos, que aquí han…
– No he dicho que no hayan defendido el constitucionalismo. Digo que ya no lo hacen. Ha habido una involución grave del Partido Socialista. La dramática novedad de este momento político es que los socialistas se ha pasado al otro lado.
– El PSE ha enterrado aquí a compañeros por defender la Constitución.
– Por supuesto, por eso es tan dramática su traición a su propia historia y al gran pacto constitucional. Por eso es especialmente triste.
– ¿Ese desafío actual a la Constitución que denuncia es mayor que el que representó ETA?
– Cuando ETA mataba era un momento terrible desde el punto de vista humano. Era un desafío brutal. Pero el momento político actual es más difícil. Insisto, el momento político, pero lo es precisamente por eso. Porque antes estábamos juntos PP y PSOE en el mismo bloque. Pero se han salido y eso nos debilita.
– Aquí el PSE ha criticado con dureza el proyecto de reforma del Estatuto por el tono soberanista que le ha dado el PNV.
– No tengo ningún motivo para fiarme de lo que vaya a hacer el PSOE. Los socialistas tendrán que retratarse. Y veremos si combaten claramente el presunto derecho de autodeterminación.
– Aquí están en contra.
– Pero no se olvide que el PSC incluía el derecho a decidir en sus programas electorales. Lo ha ido quitando y poniendo a lo largo de los años en función de sus necesidades. Y tampoco olvide que la señora Batet, que es la presidenta del Congreso, votó hasta tres veces en contra de la dirección de su partido y fue multada por defender el derecho a decidir.
– ¿Teme un giro en este tema?
– El señor Sánchez ha defendido lo que él llama la plurinacionalidad. ¿Qué es eso? Hablemos con claridad. Es la derrota de la nación española nacida en el 78. Pasar de que todos los ciudadanos españoles tenemos el mismo derecho a decidir nuestro futuro a que existan entes que tengan un derecho a decidir previo basado en la idea nacional.
– Sánchez…
– Sánchez ha demostrado que con tal de seguir en La Moncloa está dispuesto a todo. Es un integrista del poder. El poder es su dios y se inclina ante él con fanatismo. Y el integrismo te lleva a tomar decisiones irracionales. Y una de ellas es estar pactando el Gobierno de España con fuerzas políticas que son destructivas del orden constitucional. Se está fraguando un Gobierno de sedición.
Gobierno de concentración
– Como alternativa, usted propone una gran coalición entre PSOE, PP y Cs. ¿Es la opinión mayoritaria en su partido?
– Lo que yo digo es que en este escenario político hay tres opciones: un gobierno de sedición, uno de concentración constitucionalista y terceras elecciones. Yo prefiero, con toda claridad, la segunda. Y digo entrar en el gobierno, no abstención para dejar gobernar a Sánchez con ERC.
– En esa hipótesis, ¿ve a Pablo Casado de vicepresidente de Sánchez?
– (Silencio) Yo veo cualquier opción para intentar proteger el Estado constitucional, la libertad y la igualdad de los españoles. Luego habría que decidir los cargos. A mí me dan igual los sillones. Las personas están por detrás del interés nacional.
– ¿Qué hace falta para lograr esa gran coalición?
– Que el PSOE y su secretario general tengan un mínimo de disposición. Ahora tienen la máxima, pero para hacer exactamente lo contrario. Sánchez se ha convertido en un obstáculo insalvable. ¿Hay opciones de que sea parte de esa ecuación que salve el orden constitucional? Ufff, tengo que hacer un ejercicio de enorme voluntarismo.
– ¿Con esta postura suya no está quemando los puentes de entendimiento con los socialistas? Esta política de tierra quemada, de cordones sanitarios…
– Yo nunca he trazado cordones sanitarios. Es el PSOE el que ha decidido por odio a la derecha someterse al nacionalismo. La izquierda ha muerto. ¿Dónde está? ¿PSOE, Podemos, ERC, Bildu…? Todos han sido carcomidos y fagocitados por el nacionalismo. Sánchez ha exhumado al dictador Franco pero ha enterrado al PSOE.
– ¿Qué propone entonces para atajar la crisis en Cataluña y la que otea en Euskadi?
– Necesitamos un plan para fortalecer los principios democráticos y a los demócratas en ambas comunidades. Me refiero a toda la otra mitad de la población que está siendo ninguneada, silenciada y marginada por el nacionalismo. En estos cuarenta años, el Estado se ha ido replegando de los territorios, mimando a los nacionalistas como únicos interlocutores e inflándoles con dinero. Y eso hay que revertirlo absolutamente. Hay que parar y empezar a hacer lo contrario a lo que hemos hecho. Hace falta mucho dinero para estos territorios, pero no para comprar la lealtad nacionalista sino para defender y promover al constitucionalismo.
– El PP ha gobernado muchos de esos cuarenta años.
– Y yo he hecho autocrítica de lo que hemos hecho, por supuesto. La autocrítica es sana, normal. No hay que entrar en la flagelación pero sí recapacitar para, a partir de ahí, construir.
– Por cierto, esta semana no asistió a la presentación del libro de Rajoy. Pasados los meses, ¿qué valoración hace de él?
– Mis opiniones públicas sobre Rajoy ya se conocen. Hay muchas cosas fundamentales y otras con las que yo tuve diferencias. No voy a decir más sobre eso.
– Si fragua el Gobierno PSOE-Podemos con el apoyo de ERC, ¿teme que se radicalice aún más el panorama y eso dé alas a Vox en detrimento del PP?
– Temor no es una palabra que defina en nada mis percepciones sobre prácticamente nada. Yo tendría inquietud por España. Yo no hago cálculos políticos en función de cómo puede beneficiar o perjudicar a determinado partido que se fragüe ese gobierno. Sería una tragedia para España.
– ¿Confía en que Vox vaya a mantener su apoyo a los gobiernos autonómicos de PP-Cs?
– Vox tendrá que pensar si está en sus intereses y en su ánimo de coherencia darle gobiernos a la izquierda. Que lo valoren.
– ¿Absorberá el PP a Cs a corto-medio plazo?
– Yo nunca hablo de absorción. Hablo de la necesaria reagrupación de estas dos fuerzas políticas. Y me gustaría que se hiciese. Me parece imprescindible para España.
– ¿Olvidado el rifirrafe del pasado mes de septiembre con el PP vasco?
– ¿Rifirrafe? ¿A qué se refiere?
– A lo que usted afirmó sobre la trayectoria del partido.
– Hoy (por el viernes) hemos celebrado un acto conjunto, el primero que hacíamos, y me alegro de que haya sido el día de la Constitución.
– Pero lo que dijo entonces dolió mucho a sus compañeros, precisamente porque venía de alguien del PP. ¿Entona algún mea culpa por aquel follón?
– El follón siempre es lamentable, sobre todo cuando deriva en ataques personales. Yo hice una reflexión sobre la necesidad de construir y convertir al PP vasco en una alternativa nítida al PNV y a sus planes de hegemonía y ruptura. Y estamos trabajando en ese objetivo para lograrlo.
– ¿Pero se arrepiente de algo?
– ¿Pero qué dije?
– Les acusó de haber sido tibios con el PNV y afeó su defensa de los Derechos Históricos como base de su nuevo acento propio.
– El PP vasco ha sido la gran fuerza de resistencia constitucionalista. Yo me afilié al PP y me hice española movida por el heroico ejemplo de los concejales vascos del PP y del PSE. Ese día lo que hice fue una reflexión de estrategia política. Y me parece que estamos en sintonía clara sobre lo que hay que hacer: ser una alternativa nítida y clara al PNV y ser el altavoz en el resto de España de lo que está pasando aquí. Eso es algo imprescindible. Y he ofrecido mi apoyo para ello.
– ¿Es Alfonso Alonso el líder adecuado para hacerlo?
– Sí. Lo ha sido y lo está siendo. Y hay elecciones autonómicas el año que viene.
– ¿Así que Génova le respalda?
– Claro, por supuesto que sí.