El nacionalismo se va de Diada

ALBERTO AYALA, EL CORREO 08/09/13

Alberto Ayala
Alberto Ayala

· El PNV, distanciado de la estrategia de CIU, y EH Bildu estarán al máximo nivel en Barcelona en el 11-S más independentista.

El nacionalismo catalán se dispone a dar otra vuelta de tuerca a sus aspiraciones secesionistas en la Diada que se celebra el próximo miércoles. Si el año pasado la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC), convertida en una especie de vanguardia del independentismo, logró que cientos de miles de personas marcharan por las calles de Barcelona en favor de que el Principado se convierta en un nuevo estado europeo –fue la mayor manifestación que se recuerda en la historia de la ciudad–, éste ha convocado una cadena humana por la independencia, la Vía Catalana.

La idea no es original. Emula la histórica Cadena Báltica que tuvo lugar el 23 de agosto de 1989. Entre un millón y medio y dos millones de personas unieron sus manos desde Tallín hasta Vilna pasando por Riga (600 kilómetros) para exigir a la entonces moribunda Unión Soviética –el muro de Berlín caería el 9 de noviembre– la restitución de la independencia a Estonia, Letonia y Lituania. Lo lograrían poco después, a comienzos de los años 90. Desde 2004 forman parte de la Unión Europea y hoy miran más a Escandinavia que a Rusia.

Emular el hito

No existen demasiadas similitudes en las trayectorias históricas de Cataluña y los Estados bálticos. Aun así, la ANC ha creído que emular aquel hito histórico y reunir a cientos de miles de personas en una cadena humana que enlace la comunidad de norte a sur daría otro empujón a la causa secesionista. La Vía Catalana cuenta con el aval entusiasta de Convergencia, ERC y las CUP. No así con el de Unió (el partido de Durán), los socialistas o ICV, porque la reclamación ya no es el derecho a la decidir sino directamente la independencia. Por supuesto, tampoco con el del PP o Ciutadans.

Dadas las diferencias en la coalición, el Gobierno de Artur Mas no ha tenido más remedio que dar libertad a sus miembros para que decidan si participan o no en la Vía. El president de la Generalitat no acudirá, como tampoco estuvo en la manifestación de 2012. Eso sí, recibirá a la máxima responsable de la ANC apenas unas horas antes de la formación de la cadena.

El nacionalismo vasco, un fijo en los actos del Once de Setiembre, no faltará a la cita. No solo. A diferencia de otros años, el PNV y EH Bildu enviarán representaciones de primer nivel. La delegación peneuvista estará encabezada por Andoni Ortuzar. Hacía tres años que el PNV no enviada a la Diada al presidente del EBB, desde 2010 que estuvo el hoy lehendakari Urkullu. De EH Bildu no viajarán Hasier Arraiz ni Rufi Etxeberria, pero sí una amplia delegación de la que formarán parte Pernando Barrena, Maribi Ugarteburu, Laura Mintegi, Pello Urizar o Rafael Larreina, según fuentes oficiales.

Con el permanente marcaje al que se someten el primer partido vasco y la coalición que aspira a arrebatarle el liderazgo abertzale, era lógico que PNV y EH Bildu quisieran aparecer en la foto de la efervescencia independentista de la Diada 2013. Pero sin olvidar los matices. Así, mientras Sabin Etxea anuncia que Ortuzar sólo estará en los actos institucionales –lo que excluye la cadena–, portavoces de la izquierda abertzale adelantan que ellos sí tienen previsto acudir a la Vía. No hay que olvidar que el socio natural del PNV es Unió y que la relación con Convergencia es mucho menos estrecha; tensa en no pocas ocasiones.

Otro tanto ocurre con la valoración de la estrategia emprendida por el nacionalismo catalán. La izquierda abertzale ve la acumulación de fuerzas y la movilización popular como un modelo a seguir por Euskadi tras el adiós a las armas de ETA. Los jeltzales transmiten en público su respeto por la vía catalana y sugieren que el camino por el que hoy transita Mas ya lo recorrió el País Vasco de la mano de Ibarretxe. Sin éxito. En privado, algunos burukides van bastante más allá y no dudan en enjuiciar como un tremendo error la alianza de CiU con su máximo competidor en el bando nacionalista, ERC, que según algunas encuestas lograría el ‘sorpaso’ (adelantamiento) si se celebraran ahora elecciones.

Sin cambios, por ahora

Sabin Etxea sigue con atención la evolución de los acontecimientos en el Principado por si es necesario retocar su hoja de ruta. De momento, la prioridad no ha variado: enfilar la salida de la crisis. Y si es posible cerrar acuerdos con el Gobierno de Rajoy en materia de Cupo y de déficit, lo que supondría sendas inyecciones económicas nada despreciables, mejor que mejor.

Este otoño está previsto que se constituya la ponencia de autogobierno en el Parlamento vasco. Aún así, la cuestión sólo pasará a primer plano en la segunda mitad de la legislatura. Los jeltzales insisten en que su objetivo es alcanzar un acuerdo transversal, que sólo parece posible si impera la moderación.

Para entonces, el lehendakari y el EBB tendrán en su mano datos clave. Sabrán qué ha ocurrido en el referéndum de Escocia de 2014. También, qué sucede en Cataluña una vez que el Gobierno de Rajoy prohíba la consulta secesionista prevista para ese mismo año, que ERC exige se haga a toda costa y Artur Mas insiste en que sólo convocará de una forma legal. Si ello deriva en la ruptura de CiU, si se forma una gran alianza nacionalista por la independencia para unas elecciones plebiscitarias en 2016, o si los convergentes viran hacia el entendimiento con el PSC. Y qué escenario, qué Gobierno y qué Parlamento deparan las próximas elecciones generales.

ALBERTO AYALA, EL CORREO 08/09/13