El necesario PSOE

EL MUNDO 04/10/16
LUIS MARÍA ANSON

«PARA la estabilidad de España –solía decir Don Juan de Borbón cuando se apagaba ya su vida de servicio al pueblo español– es imprescindible que se mantenga, en el Gobierno como ahora o en la oposición, un PSOE moderado que defienda la Constitución e impulse una política similar a la que hacen los partidos socialistas europeos». En los últimos años de Franco se veía claro que era imprescindible organizar la moderación. Frente al extremismo derechista entonces en el poder y el extremismo izquierdista que acechaba en oscuras instancias, la Transición se organizó sobre el centro derecha y el centro izquierda. Se demostró en las urnas que ambos sectores sumaban más del 80% de los votos. Sobre ellos se construyó la España democrática de las discrepancias y también el Pacto de Estado de las coincidencias. En materia de terrorismo, territorialidad, unidad nacional, alta política internacional, los partidos que representaban al centro derecha y al centro izquierda acordaron decidir en común. Suárez, Calvo-Sotelo, González y Aznar respetaron aquel pacto. Zapatero lo envío al desván de la Historia y ahí comenzó a descoyuntarse la arquitectura política de la Transición.

La estabilidad de España exige, en todo caso, además de un partido liberal conservador que represente al centro derecha, un partido socialista de aliento social demócrata. Felipe González engrandeció al centenario PSOE y consolidó la libertad democrática en España. Zapatero, según Juan Luis Cebrián, es el «histórico responsable de la decrepitud de su partido y de alumbrar la llama que encendió la agitación independentista en Cataluña». Pedro Sánchez ha completado el destrozo y ha conducido al PSOE al descalabro y, para mayor inri, al escándalo. Si algo necesita España hoy es que los sectores moderados contribuyan a recuperar un Partido Socialista robusto que mantenga la representación de la izquierda. La alternancia democrática entre el PP y el PSOE es la mejor garantía de estabilidad. Dañar al Partido Socialista en favor de la extrema izquierda comunista de Podemos significaría el fin del régimen. José Luis Corcuera, que fue un político honrado y un gran ministro, ha afirmado refiriéndose al personalismo desbocado de Pedro Sánchez: «No he visto jamás semejante ausencia de ética y falta de liderazgo».

Rajoy, tras arrollar en las generales del 20-N no tuvo la grandeza de contribuir a que el PSOE mantuviera el rumbo. El 25 de octubre de 2012 escribí en EL MUNDO: «Si lamentable ha sido para Europa la política zapateresca, peor ha sido para España. Nuestro país necesita un Partido Socialista robusto que vertebre constitucionalmente a la nación. La posición electoral del PP en Cataluña y el País Vasco es casi testimonial. El PSOE había sido hasta ahora alternativa de Gobierno en aquellas regiones. Por eso resulta necesario hacer un esfuerzo, al que deben contribuir todas las fuerzas moderadas de España, para enderezar al PSOE y mantener el espíritu de concordia de la Transición. El pacto de Estado entre los dos grandes partidos es la principal garantía para la unidad y la estabilidad de España. Si se desmorona uno de esos dos partidos, el edificio entero de la Constitución de 1978 se resquebrajaría». Lo que publiqué hace cuatro años cayó en los oídos sordos de la prepotencia monclovita.