EL MUNDO 04/12/13
· Jon Iurrebaso fue detenido en Francia por quebrantar su libertad condicional
Jon Iurrebaso, uno de los etarras que negoció con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero entre los años 2005 y 2007, fue arrestado el domingo y encarcelado ayer en Francia por haber quebrantado las condiciones por las que permanecía en libertad condicional.
Tras comparecer ante el fiscal de Bayona, el veterano miembro de ETA de 58 años ingresó en la prisión de Seysses en ejecución de la pena de cinco años que le había impuesto en 2011 la Justicia francesa. Aunque su condena fue ratificada un año después por el Tribunal de Apelación, la Fiscalía gala se decantó entonces por evitar su entrada en la cárcel al tener en cuenta la grave enfermedad que padece.
Fuentes de la lucha antiterrorista española explicaron que la orden de detención cursada por París responde a que Iurrebaso había infringido las condiciones que se le habían impuesto, ya que tenía restringidos sus movimientos a la localidad fronteriza de Hendaya. De hecho, el 7 de julio de 2011 el Tribunal Correccional de París le había negado el permiso para poder residir en San Juan de Luz.
Sin embargo, en el momento de su arresto, el etarra salía de impartir un curso de euskaltegi precisamente en esa localidad del País Vasco francés. Iurrebaso viajaba en un automóvil junto al también etarra José Manuel Azkárate, que fue miembro del comando Vizcaya. El segundo quedó en libertad horas más tarde, pero Iurrebaso permaneció bajo arresto.
El negociador de ETA fue detenido anteriormente el 29 de marzo de 2007 en Perigueux (Francia), junto con Kepa Suárez Ugarte, cuando viajaba en un vehículo en dirección a Suiza donde iba a participar en una reunión con enviados del Gobierno español.
El etarra se declaró ante la policía francesa como miembro del aparato negociador de ETA y mostró entonces como salvoconducto cuatro números de teléfono (dos españoles y dos franceses) que, según la instrucción, correspondían a las direcciones generales de la policía de España y Francia. Esta circunstancia no alteró los planes de las autoridades francesas y el etarra fue encarcelado. No fue hasta tres años más tarde cuando quedó en libertad por razón de su enfermedad. Y desde entonces no ha pisado la cárcel. Ni siquiera cuando su condena de cinco años fue ratificada.