EL MUNDO – 11/11/15
· Se reúne con Romeva y Junqueras tras el fracaso de la investidura C’s le acorrala con la corrupción y PP y PSC piden que renuncie a la secesión.
· No hubo sorpresas de última hora y Artur Mas cosechó ayer un fracaso anunciado. Sólo los 62 diputados de Junts pel Sí votaron a favor de su investidura; los 73 de la oposición, incluidos los de la CUP, eligieron el no y la Generalitat seguirá sin presidente al menos hasta mañana, cuando se celebra la segunda jornada del debate. El jefe en funciones del Ejecutivo catalán pasa por sus horas más bajas desde que accedió al cargo.
El Parlament vivió una jornada menos convulsa que la del lunes, cuando se aprobó la resolución que da por iniciado el proceso de secesión y anuncia que «el futuro Govern» desobedecerá las leyes españolas. Pero ese texto, que ya ha activado la respuesta del Estado –en forma, de momento, de recurso ante el Tribunal Constitucional (TC)–, sobrevoló toda la sesión.
Sobre todo porque Mas mostró enseguida su voluntad de exhibir la ruptura como un trofeo para tratar a la desesperada de convencer a la CUP de que lo apoyara. Fue en vano: los anticapitalistas unieron sus votos a los de Ciudadanos, PSC, Catalunya Sí que es Pot y PP. Y además no escatimaron en sornas. «Vuelva el jueves», le dijo Antonio Baños durante el debate entre ambos.
Pero sucede que el president está tan obsesionado con buscar algún resquicio para la investidura que se tomó en serio la broma. «Volveré el jueves entre otras cosas porque las normas del Parlament dicen que en un debate de investidura hay dos votaciones. Pero ya que usted me invita a volver, entiendo que tiene ánimo constructivo», respondió Mas.
El presidente catalán creyó encontrar esperanza donde no la hay: el calendario ya estaba fijado. Diputados de la CUP insistieron tras el debate en que se trataba de una broma y en que no se plantean investir a Mas tampoco mañana. La formación anticapitalista sigue reclamando a Junts pel Sí –la coalición que formaron Convergència y Esquerra para las elecciones del 27-S– que proponga a un candidato alternativo y ayer, incluso, puso sobre la mesa el nombre de Raül Romeva.
El número uno simbólico –porque el aspirante a presidente es Mas– de la lista de Junts pel Sí se descartó enseguida. «Ningún cambio. No soy candidato», aseguró Romeva tras el ofrecimiento de los diputados de la CUP Benet Salellas y Albert Botran.
Pero una reunión después de la sesión disparó de nuevo las especulaciones. Mas se citó en su despacho hasta casi las nueve de la noche con Romeva, con Oriol Junqueras (líder de ERC) y con Josep Rull, coordinador general de Convergència. Al final del encuentro, Junqueras dijo que habían hablado de fórmulas para desencallar la situación, porque «Cataluña necesita y merece un Govern que implemente la mayoría independentista», pero no concretó más. «Tengo mucha confianza en que saldrá bien. Trabajamos para ello», afirmó sobre la votación de mañana sin mucha convicción.
La soledad de Mas quedó también patente en otro momento en que propuso a Baños «una asamblea» que reúna a los 62 diputados de Junts pel Sí y a los 10 de la CUP. La formación anticapitalista toma todas sus decisiones por este método y los diputados independentistas podrían elegir así al próximo presidente.
Baños, líder parlamentario de la CUP, le siguió el juego, en lo que era obviamente una autoparodia. Pero Mas volvió a tomárselo en serio, hasta el punto de que insistió en la idea en su última intervención. Diputados de la CUP comentaban en los pasillos tras la sesión la «ocurrencia» del president.
La CUP dijo no a Mas por tres motivos: los recortes sociales que ha impuesto desde que es jefe del Ejecutivo, para huir de la idea de que el procés se acaba si él cae y por el contenido de su discurso del lunes. Aunque el president hizo innumerables guiños a los anticapitalistas –incluida la defensa de una renta mínima– no habló de corrupción y Baños subrayó que «hay que levantar las alfombras de 35 años de corrupción estructural» y que existen sospechas fundadas sobre Convergència. «Hay margen para negociar», sostenía pese a todo el presidente de la Generalitat, algo que sí le concedió la CUP.
Fuentes del partido de Mas afirmaban anoche que no renuncian a la investidura. Tras la votación de mañana, tendrán dos meses para tratar de convencer a la CUP. De momento, en Convergència prefieren hablar de repetir las elecciones –serían en marzo– que de proponer una alternativa al actual líder.
Mas había sufrido incluso más por la mañana, cuando Miquel Iceta (PSC) y, sobre todo, Inés Arrimadas (C’s) cuestionaron su plan independentista. «No cuela, usted sabe que todo lo que dice es mentira», le espetó la líder de Ciudadanos en Cataluña, que trató de desmontar uno a uno sus argumentos. «Cuando llama a la desobediencia y a la insurrección no cuela, usted es un hombre de orden», insistió.
Pero su objetivo preferido fue el que más daño hace a Mas: la corrupción. Arrimadas reclamó un nuevo president con las «manos limpias» y recordó que CDC tiene «15 sedes embargadas» y a su tesorero, Andreu Viloca, «en prisión». «De repente, ¿qué ha pasado para que sean los más independentistas? ¿Tiene que ver con los procesos judiciales? ¿Es casualidad o causalidad?», añadió.
La líder de Ciudadanos, que pidió el voto de los catalanistas que piensan que el plan independentista aprobado el lunes es «una locura», propuso que se aparquen las ilegalidades y que Cataluña participe en las reformas que necesita España.
Fue un mensaje parecido al de Iceta. El líder del PSC pidió a Mas que renuncie a su cargo tras pactar con la CUP la resolución rupturista. «Nos dice que sólo hay un camino, la independencia. Sólo una manera, fuera de la legalidad. Y sólo un líder, usted mismo. Pues le diré: no, no y no. No a la independencia, no a la ilegalidad y no a usted», dijo, en un discurso más irónico que el de Arrimadas pero igual de contundente.
«Su momento político ha pasado. Se lo digo desde el respeto a lo que ha hecho, a lo que ha intentado y a una fuerza política, la suya, que ha prestado grandes servicios al país. No es una crítica personal o un intento de minimizar su aportación a Cataluña. Pero su candidatura no permite el avance que el país reclama», sostuvo Iceta antes de acusar a Mas de «estar dispuesto a lo que sea para ser presidente».
Como solución de futuro, Iceta defendió la vía del «consenso y el diálogo» con el Gobierno que salga de las urnas tras el 20-D para evitar la «independencia exprés» y sus «irreparables consecuencias».
Lluís Rabell, líder de Catalunya Sí que es Pot, se centró en los recortes sociales y puso el acento en la crítica a la privatización de los servicios públicos y la situación de pobreza que viven grandes sectores de la población. «Queremos un Govern que quiera rescatar a la ciudadanía, lo contrario de lo que han hecho sus gobiernos», denunció.
Mas tuvo seguramente con Xavier García Albiol el enfrentamiento más agrio. Sin embargo, el líder del PP en el Parlament también invitó al president a «explorar» acuerdos con C’s, PSC e incluso con su partido para gobernar –aparcando la hoja de ruta independentista–, en lugar de depender de un partido «antisistema y estrafalario» como la CUP. «Usted no sólo se ha convertido en un problema para España, sino para la comunidad internacional», le reprochó.
EL MUNDO – 11/11/15