Miquel Giménez-Vozpópuli

Mientras el Molt Honorable President de la Generalitat Joaquim Torra i Pla declara por desobediencia y advierte que podría tirarse pedos en el juicio, la Seat amenaza con marcharse de Cataluña. Ese es el nivel

No es la primera vez. Seat amagó con abandonar el territorio catalán durante el otoño del 2017. Ahora, su presidente, señor Luca de Meo, ha sido más claro: “Parar la producción son decenas de millones de ingresos menos para nosotros”. Y es que la fábrica de automoción situada en Martorell se vio obligada a cerrar todo un día durante este pasado 18 de octubre y eso, evidentemente, supone un riesgo para cualquier empresa mínimamente seria. Aquel día se produjeron incesantes cortes en las vías de comunicación catalanas por parte de los sonrientes CDR. El parón supuso para Seat dejar de montar 3.300 vehículos. Cómo se nota que los que perturban la convivencia y la economía son jubilados, funcionarios del régimen o estudiantes, personas que no tienen nada que perder si la economía se precipita por el fregadero. Que sean ellos quienes nos lleven a la pérdida de una empresa de la importancia de Seat es un fiel exponente del procés, esa falsa revolución de pijos, de burgueses, a los que el plato de sopa no ha de faltarles jamás en sus casas tan confortables y tan catalanas.

A este personal les da lo mismo que cuatro mil y pico empresas hayan abandonado Cataluña por sus histéricas acciones políticas o que no exista un solo inversor serio que se plantee venir a mi tierra a montar ni que sea un puesto de venta de castañas. Al contrario, se jactan de que “ya volverán” o, peor aún, de que “falta no hacen”. Reconocer el fracaso obliga a una comparecencia del vicepresidente Pere Aragonés diciendo que, efectivamente, han hundido el que fue el motor económico de España. ¿Hay muestra de desprecio hacia los catalanes mayor que esa?

De Meo –apellido que se presta al chiste fácil con el del pedo de Torra y que no dudamos veremos en TV3, pues son muy divertidos cuando no se trata de sus opulentas remuneraciones – ha insistido en que el actual Estado no ayuda a que los inversores apuesten por Cataluña, señalando que los riesgos de movilidad son difícilmente asumibles y dejando caer que, aunque ignora el efecto que esto puede producir en el extranjero, no duda que lo va a tener.

«Para ellos lo importante es quién la tiene más larga de cara a las autonómicas que ya tardan y quién pacta mejor y más obscenamente con Sánchez, otro que tal baila en el terreno de crear riqueza»

Seat da trabajo a 14.672 personas; indirectamente, la suma de proveedores, pequeñas y medianas empresas y familias que dependen de ella es colosal. ¿Qué le pasaría a Martorell si esa fábrica se fuera a otro país, cosa perfectamente posible en una economía global y deslocalizada? Algunos datos para entenderlo: con una población de 27.850 habitantes, la cifra de parados es de un 11’5 por ciento en octubre pasado. Sumen a eso las personas que se quedarían en la calle con el cierre de la factoría automovilística y háganse una idea de lo que sería para ese municipio del Baix Llobregat. Una catástrofe sin remedio.

A Torra, que hilvana risueño chascarrillos de carretero bronco, de los de caliqueño colgando de la comisura de los labios y tralla en la mano, amenazando con cuescos producto de la ingesta de mongetes, la economía le cae lejos, lejísimos. Como a sus conmilitones de JxC, como a Esquerra, si a eso vamos, responsables de la economía catalana, Junqueras antes, Aragonés ahora. Para ellos lo importante es quién la tiene más larga de cara a las autonómicas que ya tardan y quién pacta mejor y más obscenamente con Sánchez, otro que tal baila en el terreno de crear riqueza.

Uno no siente el pedo de Torra, uno teme el pedo que pegará todo el tejido productivo catalán con estos perfectos ignaros al frente de una nave desarbolada, sin velamen ni nadie al timón, que se encamina fatalmente hacia una costa repleta de escollos insalvables. Ese pedo que resulta de lo que hace el separatismo y no la inocente flatulencia producida por las farináceas. Total, que sí nois, que foterem un pet com una aglà. A saber, que reventaremos como el Machichaco, por los cuatro costados, en traducción libre pero ilustrativa, vamos.