EL CORREO 21/04/14
· El lehendakari y el presidente del partido defienden en el Aberri Eguna un nuevo estatus político «negociado» para Euskadi «El éxito de la izquierda abertzale es extender el dolor», afirma Ortuzar
El PNV se desmarcó ayer con claridad de la vía soberanista catalana. En un acto tan simbólico como el Aberri Eguna, el lehendakari Iñigo Urkullu y el presidente del partido, Andoni Ortuzar, defendieron un nuevo estatus político «negociado» para Euskadi que garantice «una convivencia amable» con España libre de «imposiciones». «La Constitución no puede ser una jaula», advirtió Ortuzar, que, en un medido reparto de papeles con Urkullu, arremetió en su discurso contra la izquierda abertzale: «Su único éxito es haber extendido el dolor». BILBAO. El PNV aprovechó ayer una fecha tan simbólica para el nacionalismo vasco como el Aberri Eguna para marcar distancias con la vía soberanista catalana y la posibilidad de acometer un proceso de secesión unilateral en caso de desacuerdo con el Estado. En su lugar, el presidente del partido jeltzale y el lehendakari defendieron la necesidad de profundizar en el autogobierno, a través de un nuevo estatus político «negociado» para Euskadi.
Frente al órdago independentista catalán, Andoni Ortuzar emplazó a Mariano Rajoy a implicarse en la búsqueda de un acuerdo que garantice al País Vasco «una convivencia amable» con España, libre de «imposiciones». «La Constitución no puede ser una jaula», advirtió el líder del EBB. Iñigo Urkullu, en calidad de jefe del Gobierno autonómico, subrayó que el «no» como respuesta «no es la solución; es aplazar el problema y hacerlo más grande».
Pese a evitar en sus discursos términos como consulta, derecho a decidir e independencia, claves en el Aberri Eguna de la izquierda abertzale, tanto Ortuzar como Urkullu recalcaron que el debate territorial es y seguirá siendo una de las prioridades del PNV. «No vamos a parar. No nos vamos a resignar. El que piense eso, no conoce a este pueblo», avisó el lehendakari en el Día de la Patria Vasca, organizado por los jeltzales en la Plaza Nueva de Bilbao con la asistencia de varios centenares de alderdikides y la plana mayor del partido.
Andoni Ortuzar e Iñigo Urkullu se repartieron los papeles en un día tan señalado. El primero se encargó de censurar con dureza a la izquierda abertzale, a la que reprochó su pasado de connivencia con ETA y su «desmemoria». El segundo desplegó el perfil gestor para repasar los retos más urgentes de su legislatura, entre ellos, la regeneración de la economía y la creación de empleo. Salvo las críticas directas al mundo de la antigua Batasuna, los máximos representantes político e institucional del PNV apostaron por un discurso de «mano tendida» y tensión controlada. El lehendakari utilizó la plataforma para rechazar «las insidias de quienes nos han endeudado hasta las cejas». De forma velada se refirió así al paso por el Gobierno vasco del PSE, que acaba de denunciar «problemas económicos» en el Ejecutivo que le han obligado a contener el gasto público. «Insidias de quienes adelantaron las elecciones para no tener que enfrentarse a esta situación. Pero no vamos a mirar atrás, por más que se empeñen», señaló Urkullu sobre los socialistas.
En Gernika, en 1964
La única mirada al pasado tuvo un carácter simbólico y emocional. El partido jeltzale desempolvó el Aberri Eguna de 1964, festejado en Gernika por miles de vascos tras «sortear la represión de la dictadura franquista». El PNV difundió un vídeo para recordar esa celebración, resumida en una imagen en blanco y negro de un simpatizante, ataviado como un «mendigoizale» con txapela y albarcas, «en actitud de veneración», en pie, delante del viejo roble. «Mientras otros tenían a Lenin o a Mao en las paredes de sus habitaciones, nosotros teníamos esa foto. El icono de la resistencia vasca no violenta», explicó Ortuzar, arropado por sus compañeros de filas, entre los que ayer no figuraba Juan José Ibarretxe. En su última conferencia, organizada en Bilbao a finales de marzo, el exlehendakari auguró «declaraciones unilaterales de independencia» en Euskadi y Cataluña si a ambas comunidades no se les permite ejercer el derecho a decidir. Una posibilidad que Urkullu ha descartado con posterioridad. «No estoy trabajando por eso y no es ése mi método», ha declarado en una entrevista con EL CORREO publicada ayer.
El lehendakari insistió en el Aberri Eguna en esta tesis, volcado en la necesidad de «más autogobierno» y de que se reconozca a Euskadi como nación en Europa. En un calculado mensaje, desgranó «la fórmula democrática» de su apuesta por un nuevo estatus: «Diálogo, negociación, acuerdo y ratificación». Ayer no tocaba hablar de consulta o derecho a decidir, términos defendidos sin ambages por el portavoz del PNV, Joseba Egibar, en la ponencia de autogobierno pendiente de desarrollar.
Tras constatar el «no de Madrid», reiterado por el Congreso de los Diputados a las aspiraciones soberanistas de CiU y Esquerra Republicana, Urkullu emplazó al Gobierno de Rajoy a «abrir los ojos a la realidad y aceptar la existencia de realidades nacionales diferentes» dentro del mismo Estado. «Aceptar que España no es ‘una’. Los tiempos de una, grande y libre quedaron atrás», indicó.
Andoni Ortuzar, por su parte, defendió que el concepto de patria del partido jeltzale «empieza y termina en las personas», apoyada en la identidad. «En el PNV respetamos los sentimientos de todas las personas. Creemos en la diversidad, la pluralidad y el mestizaje. Por eso pedimos que también respeten nuestros sentimientos. Nosotros somos vascos. Solo vascos. Que no buscan fronteras, sino puntos de encuentro», explicó.
«Realidades nacionales»
En este sentido, el presidente del Euzkadi buru batzar emplazó a Mariano Rajoy y al líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, a buscar «una convivencia amable» de Euskadi y Cataluña con España. «La convivencia no se impone», advirtió Ortuzar, partidario de «un respeto mutuo en clave de progreso».
El presidente del PNV sugirió la posibilidad de reformar la Constitución para mejorar el encaje de «esas realidades nacionales tan cercanas, pero tan distintas», tras recordar que el texto constitucional sólo fue «respaldado por uno de cada tres vascos». «Pretender que la Carta española sea una cárcel llena de barrotes en forma de artículos inmutables es negarle su condición natural, su funcionalidad política. La Constitución no puede ser una jaula. Tiene que ser un espacio de libertades», señaló.
Ortuzar insistió en que el PNV mantiene «la mano tendida» al PP y al PSOE, pero lamentó que Rajoy y Rubalcaba respondan con «el puño cerrado». «Ante esta terca realidad, sólo nos queda apelar a Europa», recalcó. El líder de los jeltzales confió en que la UE ofrezca un marco de desarrollo de «las legítimas aspiraciones de participación activa de las naciones europeas en las decisiones comunitarias». «Nadie puede sacarnos ni excluirnos de ese entorno común. Nos quieren meter miedo, pero no lo tengáis. Vamos a seguir siendo Europa», declaró en su mensaje final.