JOSÉ ANTONIO ZARZALEJOS-EL CONFIDENCIAL

  • Andoni Ortuzar advierte a Sánchez de que las maniobras de Iglesias son las que “habitualmente rompen gobiernos” y que ellos son para él “irremplazables”. Más claro, agua

En dos patadas y con sentido de la anticipación, el PNV ha sido el primero en llegar y besar el santo. Va a apoyar los Presupuestos tras asegurarse en firme la fiscalidad del diésel, garantizarse algunas inversiones en obras públicas y en I+D, 50 millones para la máquina herramienta y acordar la enajenación de 20 hectáreas de terreno, ahora ocupadas por el cuartel de Loyola, en una zona privilegiada de San Sebastián donde se construirá un barrio residencial de 2.000 viviendas y que será, probablemente, un espacio urbano vanguardista en sostenibilidad y servicios. Ahora, el resto —si algo queda—, que se lo ganen Otegi y Bildu con Iglesias, porque Aitor Esteban ha cerrado ya el acuerdo con los socialistas del Consejo de Ministros.

La rapidez con que los peneuvistas han alcanzado este fulminante pacto presupuestario tiene que ver con la inteligente estrategia que han planteado a Sánchez. El presidente del EEB del PNV, Andoni Ortuzar, es un político que sabe de gramática parda, que es una expresión que describe la que conocen las personas despiertas que han adquirido el aprendizaje con la experiencia y la observación. Y que, además, disponen de buenos diagnósticos que se lanzan a la plaza pública para que se den por enterados los amigos y los adversarios, en este caso, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Arnaldo Otegi.

En una entrevista en ‘El Correo’ publicada el pasado día 22, Andoni Ortuzar le hacía un traje al líder morado y advertía al presidente del Gobierno: “Iglesias le ha comido la tostada a Sánchez y este tipo de maniobras rompen gobiernos”. Se refería el líder del PNV a que el socialista “pone demasiados huevos en demasiadas cestas y corre el riesgo de que se le rompa alguno. De hecho, alguno ya está roto”. Como se puede comprobar, en un lenguaje llano y directo, el aviso era nítido: juegue con lealtad, presidente, que así le irán mejor las cosas.

Acto seguido, Ortuzar, con esa lógica aldeana tan eficiente, se fue a por Bildu: “No se puede querer tumbar el régimen queriendo aprobar los Presupuestos” ¿Oído, Otegi? Tampoco aprobando unas cuentas públicas del Estado se logra la “república vasca”. En el PNV ya están redactando el argumentario si Bildu quiere jugar una mala pasada al nacionalismo. A Ortuzar no le gusta “el maniobrerismo político con el que actúa Iglesias” porque “va a dejar heridas en el Gobierno”. Recuerda el ‘burukide’ que el vicepresidente “ha pasado de asaltar los cielos a quedarse en el Gobierno”. Al que —sigue Ortuzar— se “aferra”. El vasco es consciente de que el líder de Podemos les aguanta “porque no le queda más remedio”. Lo cual es enteramente cierto. Más claro, agua.

Pero cuando Ortuzar muestra su mejor ojo clínico es al analizar el porqué de Bildu en toda esta maniobra de Iglesias, una operación que Sánchez no necesita en el Congreso “pero sí en Navarra… El PSOE ha querido hacer en Madrid una negociación de perfil bajo con Bildu, pero Pablo Iglesias necesitaba convertirlo en un gran acontecimiento político. Y ahora al PSOE se le ha salido el agua del vaso. Iglesias le ha comido la tostada a Pedro Sánchez, que ha tenido que plegar velas porque necesita a Bildu para sacar Navarra, y que conste que yo no critico a Iglesias por su estrategia, pero ese tipo de comportamientos terminan habitualmente rompiendo gobiernos”.

Algo sabe de gobiernos de coalición el presidente del PNV, porque desde los años ochenta los frecuenta con el PSE y sabe bien manejar los acuerdos y los desacuerdos, suministrando decibelios a los primeros y sordina a los segundos. Ortuzar habla con tanta seguridad y claridad porque sabe, y lo dice, que ellos, el PNV, “somos irremplazables para Sánchez”. Mientras, el lendakari remató la jugada del presidente del EBB este martes, quejándose de que “no me acabo de acostumbrar a esta manera de proceder del presidente”, en referencia al plan nacional de vacunación.

El resultado de estos mensajes tan explícitos ha sido una vertiginosa negociación presupuestaria que ha dejado atrás a Bildu, a ERC y a Ciudadanos. De tal manera que, después de la gran inversión peneuvista con la aprobación de los Presupuestos de 2018, dejando luego en la estacada a Rajoy en la moción de censura, los nacionalistas repiten el bingo y se apuntan a los de 2021, pasándole a limpio a Iglesias que jueguecitos con ellos, los justos. Y menos con Bildu.

El PNV se ha transformado en un eficiente gestor mercantil en la política. Actúa con una lógica diferente a los demás; aplica táctica y estrategia y parece identificarse, para Euskadi y para su electorado, con el criterio de Lord Palmerston, primer ministro británico en el siglo XIX y experto en relaciones exteriores, según el cual “Inglaterra no tiene amigos permanentes, ni enemigos permanentes. Inglaterra tiene intereses permanentes”. No consta que el también conocido como Harry Temple tuviera orígenes vascos, aunque es proverbial la anglofilia de los vizcaínos.

Ortuzar, nacionalista hasta las cachas, de vez en cuando hace un favor a todos los españoles. Por ejemplo, cuando desnuda a Iglesias para que lo vean hasta los que padecen de acusada miopía política. Hace bien Pablo Casado en tener en el radar la posibilidad de rehabilitar relaciones con el PNV. Tanto como Sánchez en no perder de vista lo que hacen y dicen los nacionalistas vascos, que emplean tecnología de vanguardia en el ejercicio de la política. Y sin necesidad de fichar a Iván Redondo. Lo hacen artesanalmente.