EL CORREO 28/03/13
· La formación jeltzale recupera en el manifiesto del Aberri Eguna la idea de Euskadi como nación en una Europa federal.
BILBAO. El PNV destapa una vez más el tarro de las esencias en vísperas del Domingo de Resurrección. La formación jeltzale, que desde que recuperó la Lehendakaritza ha cedido buena parte del discurso político al Gobierno vasco y que, en un contexto condicionado por la situación económica, ha arrinconado los mensajes soberanistas en pro de los llamamientos al acuerdo y la responsabilidad, recupera la idea de Euskadi como «nación» en Europa con motivo, como no podía ser de otra manera, del Aberri Eguna. Los peneuvistas celebrarán el próximo domingo en la Plaza Nueva de Bilbao el Día de la Patria vasca, de nuevo con dos intervinientes –el lehendakari, Iñigo Urkullu, que adoptará un tono más institucional, y el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, en modo reivindicativo– tras el paréntesis de la ‘era López’, en la que sólo el primero, entonces presidente del partido, tomaba la palabra.
El manifiesto redactado por el EBB para la ocasión, que el PNV hizo público ayer, recupera la idea de desarrollar una «identidad colectiva» que desemboque en el reconocimiento «del pueblo vasco», formado por siete territorios, «y el derecho que nos asiste a decidir libre y democráticamente nuestro futuro en igualdad de condiciones con el resto de pueblos y naciones del mundo». Eso sí, los jeltzales se cuidan en todo momento de poner a «las personas» por encima de las patrias y las banderas – su proyecto, dicen, está fundamentado en «la solidaridad social» e inspirado «en el humanismo europeo»– y por eso, concluyen, el respeto a sus derechos básicos es el cimiento de cualquier «patria en construcción». «Por eso, hoy más que nunca, el PNV se compromete a consolidar y alcanzar una paz duradera para Euskadi. Una paz que alimente las posibilidades de impulsar una nueva patria vasca libre y sin más límite que la voluntad de la ciudadanía», abundan.
La dirección peneuvista, que ha delegado en Joseba Egibar la presentación hoy en San Sebastián del Aberri Eguna para evitar una excesiva ‘vizcainización’ del mensaje, elude hablar abiertamente de independencia, un concepto que sustituye por el de «interdependencia». El PNV tiñe, de hecho, todo el manifiesto de un espíritu marcadamente europeísta pese a los tiempos convulsos que vive la Unión, frente a quienes permanecen «embelesados por ensoñaciones revolucionarias caribeñas». El PNV manifiesta su fe y su confianza en el proyecto europeo y rescata una vieja idea del lehendakari Agirre, la de constituir una «Europa federal» a la manera en que se constituyeron los Estados Unidos de América en 1787.
Modelos totalitarios
El texto, que destaca que el Aberri es una fecha de celebración para todos los vascos y no «una conmemoración contra nadie ni una exaltación sectaria de enfrentamiento de identidades», contiene otros muchos reproches a la izquierda abertzale, a la que en ningún momento cita. Pero caben pocas dudas de a quien se refiere el PNV, más lejos de la unidad de acción nacionalista que nunca, cuando subraya que su proyecto de nación vasca «se contrapone al de aquellos que creen en la imposición, que utilizan el desaliento social para impulsar un modelo totalitario e instrumentalizan las instituciones comunes a favor de un proyecto partidario».
El PNV deja claro que, en tiempos «de crisis y necesidad» como los que vivimos, su prioridad seguirá siendo hacer frente a «la emergencia social y sus trágicas consecuencias de paro y desamparo». Pero ve ese objetivo compatible con el reconocimiento de Euskadi «en las estructuras políticas y sociales europeas», pero no en situación de inferioridad respecto al resto de Estados miembros sino «en igualdad de condiciones».
EL CORREO 28/03/13