El PNV ve difícil un pacto con Bildu pero no descarta permitirle gobernar

Mantiene su aspiración de retener la Diputación de Gipuzkoa aunque cree complicado arrebatar Donostia a la coalición abertzale. El PSE desconfía de las intenciones de Egibar y Urkullu y se muestra preocupado. Bildu espera acordar con el PNV el primer encuentro de la ronda que celebrará esta semana.

Todos los partidos siguen mirando al PNV para que defina su política de pactos en Gipuzkoa. Más concretamente, le emplazan a aclarar si está dispuesto a favorecer gobiernos de Bildu en las principales instituciones o, por el contrario, atiende la llamada de PSE-EE y PP para desalojar a la formación de EA, Alternatiba e independientes soberanistas.

Los peneuvistas, sin embargo, entienden que la situación no es blanca o negra, sino con matices. Pese a ello, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, dio alguna pista al asegurar que a día de hoy no tiene «mucha sintonía» con Bildu en temas claves como la defensa de proyectos estratégicos, o las políticas fiscales y de reactivación económica. La formación jeltzale está a la espera de que Bildu, como ganador de las elecciones, fije una fecha para la ronda de contactos, previsiblemente esta semana. No obstante, ve «difícil» que se puedan llegar a acuerdos con la formación soberanista por las grandes discrepancias en temas sectoriales, según fuentes del partido nacionalista.

En todo caso, aunque el acuerdo PNV-Bildu no sea factible, los jeltzales no cierran la puerta a que la coalición de EA, Alternatiba e independientes de izquierdas y abertzales puedan gobernar, precisan los medios consultados. Ello se debe a que el PNV también considera «difícil» lograr acuerdos con PSE-EE y PP, partidos que, recuerdan los jeltzales, se unieron para desbancar a los peneuvistas del Gobierno Vasco pese a ser Juan José Ibarretxe el claro ganador de los comicios. En el caso de San Sebastián, las fuentes peneuvistas consultadas, ven muy complicado arrebatar la Alcaldía a Bildu, ya que para ello, en virtud de la ley, haría falta una mayoría absoluta que pasa por un complicado pacto a tres con socialistas y populares.

En el caso de Gipuzkoa, la dificultad de articular pactos transversales se acreciente por la estrategia seguida en los últimos años por el Gipuzko Buru Batzar de Joseba Egibar, partidario de la unidad de fuerzas abertzales. Esto no cuadraría con desalojar a Bildu tras haber obtenido 22 escaños frente a los 14 del PNV, ya que podría generar importantes contradicciones internas. En el otro lado de la balanza del PNV está la presión política de socialistas y populares, que consideran que Bildu puede poner en cuestión las políticas estratégicas de la Diputación, tanto en materia fiscal, como social o infraestructuras. Al mismo tiempo, algunos sectores del empresariado guipuzcoano han trasladado al PNV, al PSE y al PP su preocupación por la situación, según coinciden fuentes de estas tres formaciones.

Plazo hasta el lunes

Este enmarañado panorama estará hoy sobre la mesa del Euzkadi Buru Batzar, que analiza el asunto tras las reuniones de ayer de las territoriales, y que tomará una decisión el próximo lunes como muy tarde. De hecho el EBB no tiene previsto negociar con el Gobierno sobre transferencias y presupuestos hasta que se despeje el panorama en Euskadi. Las reticencias del PNV a pactar tanto con Bildu como con los constitucionalistas abren el abanico de posibilidades. Urkullu advirtió ayer que tienen las manos libres.

En este sentido, en el PNV no descartan terceras vías como respetar las listas más votadas y dejar a Bildu en la necesidad de demostrar su capacidad de gestión en Gipuzkoa, en minoría, y con una oposición fuerte que controle la actuación gubernamental y evite el desmantelamiento de los grandes proyectos.

Los jeltzales tampoco descartan la hipótesis de que el PNV presente unilateralmente a Markel Olano a la investidura como diputado general y ver qué respaldos cosecha. Esta situación endosaría a PSE y PP la responsabilidad de decidir si el PNV gobierna la Diputación de Gipuzkoa o ésta queda en manos del candidato de Bildu, Martin Garitano. Socialistas y populares rechazan dar un cheque en blanco a Olano y exigen un compromiso previo, en el que entrarían otras instituciones como San Sebastián o municipios guipuzcoanos que podrían recuperar tanto PNV como PSE-EE.

De hecho, el aspirante socialista por Donostia, Odón Elorza, precisó ayer que cuando dijo que sólo gobernaría si era el más votado, lo hacía en referencia a PNV y PP, y antes de la decisión del TC sobre Bildu. Los socialistas guipuzcoanos, mientras, observan la situación con preocupación y desconfían de las intenciones de los peneuvistas. El lehendakari apeló ayer a la responsabilidad del PNV, pero su mensaje quedó algo difuminado con su petición de un congreso extraordinario del PSOE.


La coalición no piensa dividirse

Bildu «garantiza» la gobernabilidad y tiene intención de arrancar la legislatura con un mismo grupo juntero.

Las dudas que ha despertado en sectores políticos, y también en determinados ámbitos empresariales, la posibilidad de que Bildu gobierne la Diputación no preocupan a la coalición de EA, Alternatiba e independientes, que «garantiza» la gobernabilidad del territorio y recuerda la necesidad de un «cambio» en Gipuzkoa. Fuentes de Bildu precisan además que la idea de la coalición es crear sólo un grupo juntero y no contemplan por ahora formar tres grupos, uno de los independientes, otro de EA y un tercero de Alternatiba, según fuentes de la coalición.

Bildu está a la espera de cerrar la agenda con el PNV para celebrar el primer encuentro de la ronda de contactos, que en todo caso será esta semana. También quiere reunirse con Aralar e incluso el PSE-EE, que podría acceder a esta reunión aunque ya en campaña anunció que no pactaría con la formación soberanista. En el caso del PP Bildu entiende que no querrá sentarse con ellos, después de que pidiera a los tribunales su ilegalización.

Además, con sus 22 junteros en Gipuzkoa, Bildu tiene en su mano acelerar el proceso de constitución de las Juntas Generales, que deberán elegir su presidente en un plazo de quince días después de que se acredite un tercio de la Cámara, es decir, 17 apoderados. Se calcula que la nueva legislatura guipuzcoana arranque en la segunda quincena de junio.

EL DIARIO VASCO, 25/5/2011