EL CORREO 01/08/13
El partido promoverá una ponencia en el Parlamento y apoyará el autogobierno «con uñas y dientes», asegura Ortuzar
El PNV dará un empujón a su apuesta por un nuevo estatus político para Euskadi a la vuelta de vacaciones. Según anunció ayer su presidente, Andoni Ortuzar, la formación jeltzale «activará» en el próximo periodo de sesiones del Parlamento vasco una ponencia cuyo objetivo será «alumbrar» un «traje jurídico-político que refleje, actualice y ampare, de verdad, las legítimas aspiraciones de autogobierno» del País Vasco.
El líder del EBB se pronunció en este sentido con motivo de la tradicional ofrenda floral que el partido realiza ante la estatua de Sabino Arana en Bilbao, coincidiendo con la celebración del día de San Ignacio. En esta ocasión, en la que se cumplen 118 años del nacimiento de la formación, el PNV rindió homenaje a la figura de Jesús Insausti, ‘Uzturre’, presidente jeltzale entre los años 1985 y 1988. En el acto participó la cúpula del partido al completo –asistieron los líderes de sus cinco ejecutivas territoriales–, así como el lehendakari, Iñigo Urkullu, el portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, y el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao.
Durante su intervención en un escenario improvisado en Jardines de Albia, Ortuzar reivindicó la trayectoria del PNV y, como viene siendo habitual en este tipo de actos, sacó a relucir el lado más soberanista del partido. No dudó incluso en volver a criticar que, en la pasada legislatura, la «entente excepcional de fuerzas políticas españolas –en referencia al PSE y PP– postergara al nacionalismo de las responsabilidades de gobierno, a pesar de haber ganado las elecciones». Más de medio año después de que la formación jeltzale retornase a Ajuria Enea, el líder del EBB desgranó los tres «desafíos» a los que se enfrentará el PNV. El primero y «prioritario» será la defensa «con uñas y dientes» del «autogobierno», frente a «la descomposición del Estado español» y la «plaga de escándalos encadenados que afectan ya a todas sus instituciones». «El modelo ha fracasado y necesita reinventarse de los pies a la cabeza», advirtió.
Ortuzar remarcó que el partido nacionalista buscará impulsar un nuevo estatus político «con el mayor acuerdo posible» y «sancionado por el derecho de la ciudadanía a decidir libremente su futuro». Afirmó, en este sentido, que el PNV permanecerá «alerta» ante el «ejercicio progresivo de tabla rasa» que, a su juicio, se está «imponiendo» desde el Gobierno central a base de leyes y decretos ley «uniformadores». «Si España quiere refundarse en un Estado centralista, por mucho que algunos lo denominen federal, que lo haga. Pero que no cuente con Euskadi ni con el nacionalismo vasco», espetó. Unas declaraciones que no tardaron en despertar las críticas del PSE, cuyo secretario general, Patxi López, confesó no entender que el Ejecutivo se dedique a «independencias y soberanías» mientras afirma que su objetivo primordial es combatir la crisis.
Conflictos sociolaborales
Con la crisis económica como telón de fondo, el presidente del EBB quiso, como segundo desafío, «volver a generar un ámbito de negociación y acuerdo». Así, apostó por no «tensar más la cuerda en el ámbito sociolaboral, evitando conflictos que perjudiquen la solvencia de nuestro modelo productivo». «Un modelo –añadió– que en el pasado nos sacó de las crisis precedentes gracias al esfuerzo compartido de trabajadores y empresarios». En el PNV no han ocultado su malestar por el hecho de que Confebask no accediera a la petición del Gobierno vasco de prorrogar la vigencia de los convenios tras el 7 de julio, tal y como solicitaba el bloque sindical integrado por CC OO, UGT y LAB. Como resultado, 227.000 trabajadores han quedado sin cobertura. Ortuzar emplazó a unos y otros a «tirar del carro en la misma dirección para volver a crecer». «Si somos capaces de hacerlo, el año que viene estaremos mejor», pronosticó.
Más centrado en la arena política, el burukide jeltzale se refirió también a la necesidad de tejer consensos «sectoriales multipartitos que garanticen el desarrollo de Euskadi». Ortuzar hizo alusión, aunque sin citarlo, al acuerdo sobre fiscalidad –que todo apunta se hará extensivo a los Presupuestos– que el PNV cerrará previsiblemente con el PSE tras el verano. «Vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para que allá por septiembre estos acuerdos se suscriban. Y los firmaremos. Somos el único partido que mantiene relaciones normalizadas con todas las fuerzas políticas, y ese activo lo vamos a poner al servicio de Euskadi y su futuro», proclamó.
«Mojarse» por la paz
Como último desafío, aunque no menos importante, el PNV trabajará por «la consolidación de la paz, la desaparición definitiva de la violencia y la resolución de las consecuencias derivadas de su existencia». Tras más de año y medio desde que ETA anunciara el cese definitivo de su actividad armada, Ortuzar no solo afeó al Gobierno central que no tenga como «prioridad» la construcción de una convivencia en Euskadi –«¿qué temen para quedarse mano sobre mano?», se preguntó–, sino que sus críticas salpicaron también a la izquierda abertzale, a la que acusó de «seguir instalada en su discurso tradicional de que el final de ETA vendrá de una negociación con los gobiernos español y francés». «¿Acaso no perciben que esperar a que Madrid mueva ficha deja todo en manos de Rajoy?», planteó.
El PNV no está dispuesto a que sea el Ejecutivo central, en manos del PP, quien «tutele» el proceso de paz, menos aún cuando «la parálisis se consolida en Madrid». «El PNV está dispuesto a mojarse y a compartir con otros un procedimiento que posibilite el fin ordenado de ETA; una salida a la vasca que de pie al desarme», expresó Ortuzar. La formación jeltzale se ha citado de nuevo en septiembre con Sortu, con la que no descarta acuerdos si existe una «sintonía» en «los compromisos éticos y democráticos». «Cuando a una bicicleta se le deja de dar pedales –en alusión al proceso de paz– se puede provocar una caída. Y no queremos ni caídas ni recaídas», apostilló el presidente del PNV.