El poder de la sonrisa

SANTIAGO GONZÁLEZ – EL MUNDO – 27/04/16

Santiago González
Santiago González

· Arnaldo Otegi culmina hoy un viaje por Europa en una operación de blanqueo del terrorismo. La única novedad es de naturaleza indumentaria. El líder de Sortu, que sólo fue terrorista contra la democracia, posaba el lunes con traje y corbata en un look rigurosamente inédito.

En Londres visitó a Jonathan Powell, ex jefe de Gabinete de Tony Blair y comisionista de la intermediación del Gobierno vasco junto con otros pacifistas heterogéneos. Su empresa se llama Inter Mediate, no digo más. Bueno, sí, puedo decir que ha fichado para su chiringuito a dos figuras del centro Henri Dunant, los intermediarios de Zapatero en su proceso de paz. El mismo día por la tarde fue recibido en el Parlamento británico por el Grupo Multipartito de Asuntos de Conflicto, integrado por parlamentarios nacionalistas.

Al Parlamento Europeo no llevó corbata, pero lució sus sofismas de siempre. Llamó «presos políticos vascos» a terroristas condenados, no por delitos de opinión, sino por asesinatos, terrorismo, amenazas, daños, extorsión y otros delitos de derecho común, y llamó «refugiados» a lo que en cualquier tierra de garbanzos se considera fugitivos de la Justicia. Otegi llegó a calificar a ETA con un eufemismo difícilmente superable: «La persuasión armada». El invitado es un hombre de paz para sus anfitriones: IU y Podemos. Él se dio de baja en la banda terrorista que lo dejaba en 1982, ETA (p-m), para sumarse a la rama militar que siguió matando, o por decirlo con palabras de su jefe, Mujika Garmendia, ‘Pakito’, «una organización que lucha para conseguir la paz».

Mientras explicaba en Bruselas el problema vasco y exigía la excarcelación de los presos y la vuelta de los fugitivos, las eurodiputadas Maite Pagaza y Teresa Jiménez-Becerril, enviaron al presidente Schulz un escrito de protesta, que también suscribieron el PP, Ciudadanos, UPyD e independientes del Grupo Alde. No lo firmaron los convidantes, el PNV ni el PSOE, olvidados ya Buesa, Jáuregui, Lluch, Elespe, Priede, Pagaza y Carrasco. ETA dividiendo en dos a los europarlamentarios españoles, gracias al PSOE. Zapatero lo hizo mejor en octubre de 2006: consiguió dividir en dos al propio Parlamento europeo.

«No lograrán borrarnos la sonrisa», dijo Otegi, lo que admiró no poco al organizador del encuentro, Irving Rappaport, por ser la primera vez que «un invitado de una zona en conflicto defendía la sonrisa para lograr la paz». Eso es porque no invitaron a Iñaki de Juana Chaos, que fue sucesivamente lo que Otegi considera «un preso político», para ser en la actualidad «un refugiado» de Maduro. Lo explicó así cuando era un terrorista preso: «Me encanta ver las caras desencajadas de los familiares en los funerales.

Aquí, en la cárcel, sus lloros son nuestras sonrisas y acabaremos a carcajada limpia». Los europarlamentarios deberían haber recibido fotos de la manifestación de hace 10 días, en la que el hombre de paz se manifestaba entre muchos asesinos: junto a él, ‘Kubati’, Ondarru, Zabarte y varios miles de años de cárcel por asesinatos múltiples.

SANTIAGO GONZÁLEZ – EL MUNDO – 27/04/16