EL MUNDO 24/09/13
La ola independentista en Cataluña comienza a tener su réplica en los partidos constitucionalistas. En una inédita voluntad de aproximación, PP y Ciutadans esbozaron el primer intento de pacto. Recogiendo el guante lanzado por Albert Rivera y reivindicando la idea como anterior y propia de los populares, María Dolores de Cospedal extendió su oferta al PSC y a Unió. Pero ambas formaciones rechazaron el acuerdo con el PP.
PP y Ciutadans se enzarzaron en la discusión sobre cuál de los dos partidos había sido el primero en mover la ficha del acercamiento. Cospedal insistió en que su partido lo había puesto encima de la mesa «en más de una ocasión», y fuentes del partido situaron la última en agosto, tras una reunión que la secretaria general y la presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, celebraron en julio, en Madrid.
Ambos partidos subrayaron, igualmente, y por separado, que su ofrecimiento de pacto tiene una vocación más amplia. Pero lo esencial es que Cospedal y Sánchez-Camacho –desde Madrid y Barcelona, respectivamente–, por un lado, y Albert Rivera, por el otro, hablaron en la misma clave política; la de construir una verdadera alternativa a la ola soberanista en Cataluña.
Una oferta de acuerdo, en palabras de Cospedal, «con los partidos no separatistas, incluido Ciutadans, para ser firmes en la postura de que no se entiende una Cataluña sin España y separada de la UE». Un pacto, según insistió, frente al «aislamiento» de los catalanes: «No se entiende una España sin Cataluña, ni una Cataluña aislada o separada de España», dijo.
Se trataba, según fuentes del partido, de poner a prueba la verdadera voluntad de Ciutadans, amén de poner en evidencia la esperada negativa de socialistas y nacionalistas moderados a un verdadero escenario de diálogo político.
«La intención de Alicia Sánchez-Camacho», añadió la secretaria general para poner en valor el papel de la presidenta del PP en Cataluña, que a esa misma hora celebraba otra rueda de prensa, «es ponerse en contacto con todos los partidos no nacionalistas para hacer un acuerdo común». Subrayó que Sánchez-Camacho contará «con todo el partido nacional detrás».
Y ésta, desde Barcelona, a dos días de que el Parlament acoja el Debate de Política General, subrayó la importancia de vehicular a todos aquellos que rechazan el proceso independentista a través de una plataforma que funcione de dique de contención de la deriva nacionalista.
Por su parte, Rivera también puso a prueba al PP. En una rápida respuesta, el líder de Ciutadans anunció que solicitará una reunión con el PP para ver si existe «realmente» la «voluntad» de formar una «mayoría política y social» en Cataluña, y si la propuesta de Cospedal «va en serio».
Las dos dirigentes populares fueron menos concretas en lo que se refiere a los posibles contactos bilaterales con Ciutadans. Pero las fuentes consultadas en el partido insistieron en que el proyecto de arbitrar una alternativa multipartidista al soberanismo ya ha echado a andar.
Y ello en varios frentes, de los que el político es sólo el primero, y tendrá su primera prueba en el inminente Debate de Política General. Los populares trabajan en la idea de redactar mociones y resoluciones para el consenso, con «posicionamientos claros» frente al soberanismo de CiU y ERC. «Sólo se trata de buscar puntos comunes frente a la avalancha separatista», explican. Además, y pese al rechazo explicitado desde Ferraz, no renuncian a la idea de gestar iniciativas de consenso constitucional con el PSOE en el Congreso.
Pero el frente político no es el más importante, según las fuentes consultadas. Los populares admiten que existe un déficit de presencia constitucionalista en el ámbito social, cultural y deportivo de Cataluña, y parecen empeñados en apoyar la creación de «plataformas» de apoyo a deportistas o intelectuales desmarcados del independentismo. Plataformas similares a Cataluña tal cual, que nació el año pasado por generación espontánea en las redes sociales, con ocasión de la celebración del 12 de Octubre. Una fecha idónea, según insisten, para «sumar» nuevas iniciativas de carácter social, a las que aspiran atraer a militantes de base del PSC y de Unió.
El portavoz del PP en el Parlament, Enric Millo, recogió ayer el cometido de su presidenta de crear un grupo de trabajo «por la convivencia y que ayude al diálogo para solucionar el desafío independentista», e inició los primeros contactos con intelectuales y nombres del mundo académico, cultural, periodístico y deportivo que se posicionen en contra del independentismo. Sánchez-Camacho insistió en que la plataforma debería aglutinar tanto a partidos como sociedad civil, por lo que en ningún caso se trataría de una «plataforma del PP».
Pero existe otro «grupo de trabajo» estrictamente de partido que PP nacional y regional constituyeron en julio y que pronto darán a conocer, precisamente, para dar impulso a estas iniciativas. Por último, Sánchez-Camacho enviará una carta a los líderes políticos y a las entidades sociales, económicas, deportivas y culturales para procurar «encuentros y conversaciones». «Creo que los partidos catalanes deben estar unidos con la sociedad civil catalana, que está huérfana», afirmó.
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