El PP dará el ‘sí’ unánime a Ciudadanos pero matiza algunas de las condiciones

EL MUNDO 12/08/16

El candidato del PP, Mariano Rajoy, analiza minuciosamente las condiciones del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, para abrir una negociación que permita el acuerdo de investidura. En Moncloa y en Génova se trabaja sobre informes jurídicos solicitados el martes, en cuanto el documento de C’s llegó a manos del presidente. El plan será aceptado por unanimidad por el Comité Ejecutivo Nacional del PP, aunque se sugerirán matices.

En el PP nadie duda de que el Comité Ejecutivo Nacional que se reunirá el miércoles dará un sí unánime al pacto. Incluso señalan que la disposición será tal que Rajoy ofrecerá a Rivera abundar en el compromiso con vistas a llegar a un pacto de legislatura, algo que de antemano Ciudadanos dice descartar. No obstante, los populares se pertrechan de argumentos para puntualizar y aclarar los seis puntos que sólo han sido enunciados por el partido naranja.

Rivera dice que si él fuera Rajoy habría convocado a la Ejecutiva de manera inmediata porque lo que está sobre la mesa no es un documento de cientos de páginas sino una escueta sucesión de puntos que cualquier demócrata firmaría. Pero el líder del PP es diferente. Precisamente la concisión de las propuestas es lo que le induce a desmenuzarlas para valorar sus derivadas y consecuencias.

A estudiarlas y desmembrarlas se dedicarán este puente en los despachos de Génova y Moncloa a fin de dar respuesta a cualquier duda que se presente en el Comité Ejecutivo y para que Rajoy, como exige Rivera, plasme su firma sobre un compromiso que no deje cabos sueltos.

El vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, cree que el análisis se prolongará hasta el miércoles porque «no se trata sencillamente de pactar y firmar algo». En el mismo sentido la vicesecretaria de Estudios y Programas, Andrea Levy, dice que «los puntos son perfectamente asumibles pero necesitan ser abordados con más detalle. Hay que enriquecerlos y darles más forma y fondo».

El candidato del PP ha pedido precisiones sobre todas las condiciones y principalmente sobre tres: la «separación inmediata de cualquier cargo público que haya sido imputado formalmente por corrupción política»; la «eliminación de los aforamientos ligados a cargos políticos y representantes públicos» y la que pone sobre la mesa una nueva Ley electoral que incremente la proporcionalidad, establezca las listas desbloqueadas y suprima el llamado voto rogado de los españoles que residen en el extranjero.

El primero de estos puntos, explican en el PP, debe ser abordado con cautela para «evitar que las listas electorales las hagan los jueces». Los populares siempre han preferido apartar a los cargos cuando se les abre juicio oral, es decir, cuando existe un escrito formal de acusación. La fórmula que propone C’s podría, señalan, no sólo contravenir el principio de presunción de inocencia sino, además, convertirse en un arma de doble filo porque una imputación puede ser provocada sencillamente por un denunciante malintencionado y el juez puede decidirla basándose sólo en un atestado policial.

Respecto a la eliminación de los aforamientos las puntualizaciones son múltiples. En principio, explican las fuentes, sería necesario proceder a una reforma de la Constitución, en concreto de los artículos 71 y 102 según los cuales los diputados y senadores «no podrán ser inculpados ni procesados sin previa autorización de la Cámara respectiva» y, en el caso de los miembros del Gobierno sólo podrán serlo por la sala de lo Penal del Tribunal Supremo.

El PP se muestra conforme con la idea de reducir los aforamientos, que en España afectan a varios miles de personas, pero cuidando de evitar los abusos respecto a determinados cargos, al menos, en el ejercicio de su labor parlamentaria, gubernamental o judicial, siguiendo el modelo que se aplica en otros países de la Unión Europea. Si el hecho que se imputa a un representante de la soberanía o a un miembro del Ejecutivo se refiere a la vida cotidiana el aforamiento podría estar de más; no así si la querella o denuncia se refiere a su actividad parlamentaria o gubernamental que podría verse torpedeada recurrentemente a base de falsedades.

En todo caso, el hecho de que este punto necesite de cambios en la Carta Magna, aun cuando no sea una de sus partes blindadas, requeriría de una mayoría más amplia que la que suman por sí solos PP y Ciudadanos. Puestos a retocar la Constitución, argumentan desde el PP, quizá merezca la pena pensar en un proyecto más ambicioso «con un consenso amplio, que incluyera al PSOE, y con los objetivos bien definidos».

Lo mismo sucede respecto a la reforma de la Ley Orgánica de Régimen Electoral que preconiza Rivera. En este caso, las exigencias son varias. Para llevarlas a cabo se necesita del apoyo del PSOE, no basta sólo con el compromiso del PP. Los populares desean que C’s precise si el modelo que propugna es el de listas abiertas o listas desbloqueadas porque, recalcan, «no es lo mismo».

En el primer caso, los votantes pueden elaborar su propia candidatura mezclando nombres de distintos partidos como sucede en la actualidad con el Senado; la segunda opción, sin embargo, implica sólo poder cambiar de posición a los miembros de una lista previamente elaborada por el partido.

También suscita dudas la petición de suprimir, sin propuesta alternativa, el llamado voto rogado. El PP se muestra a favor de cambiar un sistema que resulta «engorroso» y «desincentivador», pero también afirman que es imprescindible acordar una fórmula que combine adecuadamente «seguridad y facilidad para ejercer el derecho de sufragio».

En Génova explican que el voto rogado se puso en marcha tras comprobar múltiples casos de fraude electoral en el voto exterior utilizando documentos de identidad falsos. Añaden, además, la necesidad de considerar, especialmente en lo que respecta a las elecciones autonómicas, que a la hora de elegir al gobierno propio «debería primar la decisión de los residentes».

La condición que se refiere a la limitación de mandatos –ocho años o dos legislaturas– no suscita inconvenientes de calado, y tampoco la exigencia de no conceder indultos a condenados por corrupción, algo que nunca ha hecho el Gobierno de Rajoy. Tampoco plantea problemas, dicen en el PP, la creación de una comisión de investigación sobre el caso Bárcenas. En la pasada legislatura ya se aprobó «por unanimidad», recuerdan, crear una comisión sobre los casos de corrupción. Los populares admiten además que, dado que carecen de mayoría suficiente, el resto de partidos conseguiría en cualquier caso su puesta en marcha.

 
 LOS AUSENTES DEL COMITÉ
· Ignacio González. El ex presidente de la Comunidad de Madrid no acudirá, al no ostentar ya ese cargo, al Comité, según ha explicado Andrea Levy, vicesecretaria de Estudios y Programas del PP.

· Rita Barberá. La asistencia de la senadora y ex alcaldesa de Valencia, imputada en el caso Taula, ha sido descartada desde el propio Partido Popular.

· Ana Mato. La ex ministra es una ausencia segura después de que el PP anunciase ayer que había solicitado la baja.


LAS FECHAS DE LA NEGOCIACIÓN
El candidato del PP, Mariano Rajoy, dejó en manos de la reunión del Comité Ejecutivo de su partido del próximo 17 de agosto la aprobación de las condiciones impuestas por Ciudadanos. De esta forma, se reserva la facultad de marcar los tiempos de las negociaciones para una hipotética investidura.

· 2 DE SEPTIEMBRE
Al día siguiente de la aprobación por el PP de las condiciones de Ciudadanos, se espera que la presidenta del Congreso fije la fecha del debate de investidura y los dos partidos inicien una negociación que todo apunta a que llegará a buen puerto. Las fechas que barajan son el 29 o 30 de agosto para la primera votación y el 1 o 2 de septiembre para la segunda. Si Rajoy no es investido, las terceras elecciones se celebrarían el día de Navidad. Una situación parecida tendría lugar si se pospone a la semana siguiente – los comicios coincidirían en Año Nuevo – y a la otra – entonces serían dos días después de Reyes – .

· 1 DE OCTUBRE
Es una fecha que Mariano Rajoy considera clave, pues es el límite que establece la Constitución para que tenga entrada en el Congreso el proyecto de Presupuestos Generales del Estado. De lo contrario, los vigentes para 2016 se prorrogarían automáticamente. Se trata de uno de los elementos centrales de la negociación con Ciudadanos y, para aprobarse, tendría que ser sometido a un Consejo de Ministros con plenas funciones. No habría inconveniente en convocarlo de forma extraordinaria para después del 25-S, fecha de las elecciones vascas que puede condicionar el posicionamiento del PNV.

· 15 DE OCTUBRE
Íntimamente relacionada con la anterior, es la fecha límite que contempla Bruselas para que España presente sus Presupuestos para 2017. La consecuencia de no acreditar en tiempo las cuentas para atajar el déficit excesivo pueden ser, conforme al Tratado de la UE, muy duras: una multa del 0,5% del PIB (unos 5.000 millones) y una sanción adicional consistente en la congelación de 1.100 millones de los fondos estructurales.