ABC 03/02/16
· Comenzarán «en horas» a negociar con Ciudadanos, y esperan el fracaso del PSOE
«Todo está dentro del guión», aseguraban anoche fuentes de la dirección popular. La estrategia de Rajoy, veterano en estas lides negociadoras y maestro en el arte de aguantar, es dejar que Pedro Sánchez sea el primero en intentar la investidura, y esperar a que fracase. Mientras, él mantendrá una agenda negociadora que comenzará en horas con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.
De hecho, el presidente en funciones ya quedó pendiente de mantener un encuentro con Rivera cuando terminara la segunda ronda de consultas del Rey. Y esa reunión se producirá «en los próximos días», aseguraban ayer en el equipo del presidente. Será el inicio de una negociación que esperan fructífera.
El escenario que se dibujó ayer, tras comunicar el Monarca a Pedro Sánchez su decisión de que sea él quien intente en primer lugar la investidura, entraba de lleno en las previsiones populares. De hecho, Rajoy perseguía ese objetivo cuando, el día 22, declinó el ofrecimiento del Rey en ese sentido. «No tenía los apoyos entonces y sigue sin tenerlos ahora», explicaba ayer el senador popular Pedro Sanz, quien aseguraba que «presentarse a la i nvesti dura sin posibilidades no era de recibo, y además sería comprometer al Rey, que es quien propone».
«Nada de tirar la toalla»
Por eso, el presidente en funciones también dijo ayer en su encuentro en Zarzuela que seguía sin contar con los apoyos –que tampoco ha buscado en estos diez días–. Una vez emplazado Pedro Sánchez, comienza la carrera por conseguir aliados. «Nada de tirar la toalla», indicaba otro dirigente popular, quien aseguraba que «esto no ha hecho más que empezar».
Los populares están dispuestos a dar la batalla, y se sienten incluso en cierta posición de superioridad con respecto al PSOE, porque «ellos sólo tienen una opción: un gobierno con apoyo de Podemos y en el que también tengan a su lado de alguna manera a los independentistas de ERC, a Bildu, a PNV, etcétera». Pedro Sánchez, aseguraban anoche, «ha aceptado la investidura, pero se ha olvidado de un pequeño detalle: decir con quién».
Sin embargo, en el caso del PP, plantean, cuentan todavía con la que ha sido siempre su primera opción, «la gran coalición» de partidos constitucionalistas, a la que no descartan que puedan llegar. Y contarían además con otra posibilidad, confiesan: «Unas nuevas elecciones». Un escenario que siempre han calificado como «no deseable», pero en el que intuyen que podrían mejorar sus resultados electorales con respecto a los recabados el 20-D.
Las especulaciones que corrieron durante toda la tarde apuntando la posibilidad de que Rajoy decidiera retirarse de esta carrera, e incluso desistir como candidato popular, se demostraron una vez más falsas: el PP mostró de nuevo su carácter de partido inamovible y su presidente su cualidad de ser, al menos hasta la fecha, resistente a los cuestionamientos internos.
A partir de ahora se inicia un largo camino, de semanas de negociaciones más o menos públicas y transparentes, en las que el objetivo será conseguir una mayoría suficiente para plantearla como alternativa al PSOE si este no consiguiera reunir los suficientes socios en ninguna de las dos sesiones de investidura planteadas hasta el momento.