El PP gana por la mínima, pero cede su poder territorial a la izquierda

ABC – 25/05/15

· El tablero ha saltado por los aires: el bipartidismo apenas resiste con un 52%; Podemos tiene la llave de Barcelona y Madrid, y Rivera modera su irrupción.

· El PP pierde la mayoría en Madrid: La alianza de la izquierda en la capital colocaría como alcaldesa a Manuela Carmena, y el apoyo de Rivera al PP abriría la puerta a la presidencia de Cristina Cifuentes

· El populismo también gana a los nacionalistas: La victoria de Ada Colau en Barcelona, postergando al PSC como quinta fuerza, merma el poder nacionalista a cuatro meses de las elecciones convocadas por Mas.

· Dimisión en diferido de la líder de UPyD Rosa Díez, que cosechó ayer un pésimo resultado del 1,04 %, anunció que no se presentará al congreso extraordinario, lo que supone su salida de la política

· El PSOE fía su futuro a sumar con Podemos Sánchez pierde en las grandes ciudades y gana en Asturias y Extremadura; podrá anotarse seis Autonomías más si llega a acuerdos con Pablo Iglesias.

 

Resultado elecciones autonómicas del 25 de mayo de 2015
Resultado elecciones autonómicas del 25 de mayo de 2015

 

Mariano Rajoy tenía mucho que perder ayer. Y lo perdió. Por eso había advertido: ganar en el sumatorio global será una victoria. Ese objetivo lo consiguió anoche, ya que su partido volvió a ser la primera fuerza municipal, al sacarle al PSOE dos puntos y casi 444.000 votos y consolidarse como el más votado en la mayoría de las Comunidades, salvo Asturias y Extremadura, donde le superó el PSOE, y Canarias y Navarra, en manos de Coalición Canaria y UPN. Pero el partido que dirige España ha cedido una porción fundamental de su poder territorial a la izquierda. Y se ha dejado bastiones en la gatera de primera magnitud. Esos que los analistas políticos han concedido que son símbolo de poder. Por ejemplo, la capital de España.

Cuatro de cada diez españoles votaron a Rajoy en las elecciones municipales de hace cuatro años. Un resultado inalcanzable, producto del hartazgo de casi dos legislaturas de Gobierno de Zapatero. Ayer, al presidente le eligieron apenas tres de cada diez ciudadanos, es decir, perdió casi once puntos. Pero ahora lo que se medía eran siete años de crisis, sus efectos en el tejido social, la nueva y la vieja política y el desgaste de unas reformas y recortes impulsados por el PP sin los cuales España estaría negociando con Bruselas la devolución de una parte del rescate europeo.

El PP ha ganado por la mínima, como siempre ha ocurrido en España (1999, 2003 y 2007) menos en el irrepetible 2011. Pero el batacazo ha sido evidente: tenía que defender la mayoría absoluta en once Gobiernos autonómicos y las ha perdido todas salvo en Ceuta; tenía que retener bastiones como Madrid y Valencia, donde se ha impuesto desde hace un cuarto de siglo, y desde hace unas horas están en manos de coaliciones de izquierda, lideradas por Podemos; tenía, en concurrencia con el PSOE, que evitar que el bipartidismo que ha gobernado España con estabilidad desde la transición, no se desangrara; y a duras penas ambas suman el 52% de apoyos, pero se dejan 3,3 millones de respaldos. Por tanto, casi nada se ha conseguido.

La capital, para la izquierda

Tras un cuarto de siglo de poder popular, la capital de España tiene su corazón político dividido en cuatro pedazos (PP, Podemos, PSOE y Ciudadanos) y a merced de un pacto entre la candidatura ciudadana que encabeza Manuela Carmenta y esconde a Podemos, y el PSOE de Pedro Sánchez. Esa alianza de izquierdas arrebataría a Esperanza Aguirre –pese a ganar en un escaño– el bastón de mando. Un vuelco que nadie cuestiona que vaya a producirse y que tiene consecuencias incalculables en términos de poder para los populares, que han sido imbatibles desde 1991.

Es claro que el tablero político ha saltado por los aires. El PP y el PSOE a duras penas resisten el temporal contra el bipartidismo y las dos fuerzas emergentes, Ciudadanos (que modera su irrupción) y Podemos, abren una brecha importante que las hace determinantes para conformar gobiernos autonómicos y municipales. Justo lo contrario que las dos formaciones que nacieron con vocación de bisagra: mientras IU se quedaba en un raquítico 4,73%, UPyD apenas obtenía un 1% de los sufragios, lo que supone su práctica desaparición de la escena nacional. Tanto, que Rosa Díez anunció anoche su dimisión en diferido al admitir que no se presentaría al Congreso Extraordinario de su partido.

Barcelona, también populista

Pero el ímpetu de Podemos no solo cristaliza en Madrid; una plataforma como la que ha liderado Carmena ha logrado también en Barcelona doblarle el pulso al soberanismo, dándole nada menos que la alcaldía de la ciudad condal a Ada Colau, la antaño líder antidesahucios, que relega al PSC al quinto puesto. Con un concejal más que el alcalde nacionalista saliente, Xavier Trias, el triunfo del populismo en la segunda ciudad española puede proyectarse también sobre el desafío soberanista de Artur Mas, diezmado desde la cita electoral de ayer y con unos comicios convocados para el 27 de septiembre de incierto futuro.

El partido de Pedro Sánchez tuvo ayer una sensación agridulce. Solo la victoria en Extremadura y Asturias logró suavizar su batacazo en grandes ciudades como Madrid, Barcelona y Zaragoza donde el partido de Pablo Iglesias le ha ganado la partida nada menos que como primera fuerza de izquierdas. Especialmente doloroso resultó el balance en la ciudad de Madrid donde la candidatura de Antonio Miguel Carmona fue superada por Podemos, cediendo el segundo puesto en ese espectro político. Sin embargo, en la Comunidad de Madrid la cúpula de Ferraz decía estar de enhorabuena: Ángel Gabilondo, apuesta personal de Pedro Sánchez para desbancar a Tomás Gómez, logró superar en dos ediles al exalcalde de Parla, aunque no gobernará si Cifuentes suma sus sufragios a los de Ciudadanos. Es decir, los pactos postelectorales podrían colocar a Carmena en el Palacio de Cibeles e impedir que la apuesta personal de Sánchez se haga con la Autonomía. El PSOE solo actuaría de comparsa en ambas instituciones pero si pacta con Podemos mandará en seis regiones más.

El PP, a merced de Ciudadanos

Del partido de Albert Rivera, convertido en tercera fuerza en España, dependerá que el PP gobierne en Autonomías como Madrid, Murcia, Castilla y León y la Rioja. Antes, esta fuerza emergente tiene que decidir si presta sus votos a Susana Díaz para que sea investida jefa del Ejecutivo andaluz. Los populares no han podido retener las dos Comunidades con las que hicieron historia al lograr arrebatárselas al PSOE en 2011: Extemadura y Castilla-La Mancha. En la plaza donde ha gobernado José Antonio Monago gracias a Izquierda Unida, se ha producido el sorpasso del PSOE; y en la que ha dirigido durante los últimos cuatro años María Dolores de Cospedal, el PP está a un escaño de la mayoría absoluta, a expensas de una alternativa de izquierdas que probablemente le impedirá revalidar la institución.

Asimismo, ciudades que antaño fueron feudos de Génova como Valencia, Sevilla, Huelva, Cádiz y La Coruña se han convertido en poliedros en manos de la decisión de fuerzas de izquierdas y, en otros casos, de la bendición de Ciudadanos. De hecho, las mareas, las candidaturas unitarias de izquierda de las que forman parte partidos nacionalistas, Izquierda Unida y Podemos, se han convertido en las grandes triunfadoras de la noche electoral en Galicia. Estas listas de unidad popular, fundadas en los últimos meses para captar el voto del descontento, han irrumpido en las ciudades sustrayéndole al PP sus mayorías absolutas de La Coruña, Santiago y Ferrol y desplazando al PSOE al tercer puesto.

Valencia era otro de los enclaves más delicados para Rajoy. Y la aritmética hace indicar que ha perdido también esta otra joya de la corona. Rita Barberá, la veterana alcaldesa a la que el propio presidente convenció para que fuera cabeza de cartel, ha perdido la mitad de ediles sin conseguir mantenerse en el gobierno ni siquiera con el apoyo de Ciudadanos. Compromís, con 9 ediles, el PSPVPSOE, con 5 y Valencia en Comú, con 3, logran la mayoría absoluta y podrán dirigir el Ayuntamiento de la capital valenciana.

Lo cierto es que dentro de las filas del PP ayer se cuestionaba la elección de las dos cabeza de lista en Madrid y Valencia, ambas decisión personal del presidente, si bien en el caso de Aguirre optando por una dirigente con la que está enfrentado desde hace años y que ha convertido al PP de Madrid en una fuerza autónoma dentro de la estructura de Génova.