EL MUNDO – 21/11/15
· Rajoy aparca las reformas políticas y centra su campaña en ensalzar su experiencia frente a los líderes jóvenes.
El PP ofrecerá en su programa electoral un nuevo proyecto para avanzar en la modernización y la mejora de la competitividad de la economía española, pero aparcará la apuesta por grandes reformas políticas en aras de vender estabilidad. Los populares, que el próximo fin de semana presentarán en Valencia su programa de Gobierno, no han incluido grandes novedades en materia de regeneración, a pesar de que ésta es la principal bandera de Ciudadanos, el partido con el que compiten por el electorado de centro derecha. Distintas fuentes de la dirección del partido consultadas ayer confirman que en materia de cambios políticos «no hay muchas cosas».
Se debatió internamente la posibilidad de introducir reformas en la elección de los miembros del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial para dar más «calidad democrática» a las instituciones, pero finalmente se han orillado las propuestas. Fuentes del partido explican que, en medio del conflicto catalán, los independentistas podrían usarlo como argumento de la politización de la Justicia. En el Partido Popular creen que la experiencia de Mariano Rajoy puede hacer frente a la renovación que supone Albert Rivera, sobre todo en situaciones de inestabilidad como las provocadas por los atentados de París o el pulso independentista.
El PP no incluirá en su programa electoral grandes propuestas de reformas políticas para recuperar la confianza de los ciudadanos en las instituciones e intentar combatir el desafecto hacia la política. La legislatura que ha concluido ha sido para los populares la del cambio económico, y la que se abrirá en enero discurrirá por la misma senda, centrados ahora en una mejora de la competitividad y un refuerzo del Estado del bienestar.
A la espera de que dentro de una semana el presidente del Gobierno y candidato del PP, Mariano Rajoy, desvele en Valencia su programa para los próximos cuatro años, distintas fuentes de la dirección del partido han confirmado que en este área «no hay grandes cosas».
Los populares parecen dispuestos a dejar en manos de Ciudadanos, la formación con la que compiten por el electorado del centro derecha, la bandera de la regeneración de España. Pese al potencial atractivo de este idea creen que, a la hora de decidir, los antiguos votantes del PP van a tener más en cuenta la experiencia y la solvencia que representa Mariano Rajoy que la renovación de Albert Rivera. Al PP pueden haberle salido canas, pero mucho mejor eso que el imberbe Ciudadanos.
«Se necesita», dijo ayer Rajoy en Barcelona, «un Gobierno con grupos humanos preparados detrás y con un partido que lo respalde y esté acostumbrado a las dificultades».
Con la campaña volcada en la garantía que ofrece Rajoy como líder, quedan finalmente aparcadas reformas políticas que se habían barajado, como la actualización de las leyes orgánicas que regulan el funcionamiento del Tribunal Constitucional (TC) y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para modificar, básicamente, el sistema de elección de sus miembros. A lo máximo que se pretende llegar, según las fuentes consultadas, es a la tantas veces prometida reforma del Senado.
Según aseguran fuentes populares, tras discutirse dentro de la dirección del PP se ha impuesto la postura de que ahora, con el proceso abierto en Cataluña, «no es el momento» para abrir un debate sobre el TC o el CGPJ porque supondría abonar el argumento de que son órganos politizados, tal y como mantienen los independentistas.
En el PP a nadie se le escapa que la puesta en marcha de reformas políticas sería uno de los requisitos que Ciudadanos podría poner sobre la mesa para apoyar la investidura de Rajoy. Asumen que sucederá y quedan a la espera. En el partido hay quien sostiene que sólo de este modo se podrán introducir cambios en el edificio institucional de España que el PP nunca se atrevería a acometer en solitario. Otros, por contra, critican la pobreza del discurso del partido de Rivera, su idealización de algunos asuntos como consecuencia de su nula experiencia de Gobierno y su falta de coherencia interna a la hora de aplicar lo que predican. Lo primero que han hecho al llegar a las instituciones ha sido subidas de sueldo encubiertas, señalan fuentes populares.
En todo caso, admiten también que pueden censurar sus propuestas y después sentarse a pactar con ellos, tal y como «han hecho toda la vida PSOE e IU».
Aunque no será hasta el próximo fin de semana cuando Rajoy haga públicos los pilares de su programa, se impone que «queda mucho por hacer», sobre todo en materia económica. Ayer en Barcelona, en el acto de presentación de los números uno del PP a las elecciones, el presidente insistió en que el principal objetivo de esta nueva etapa es crear empleo y volvió a deslizar la posibilidad de una nueva bajada de impuestos. Sin ofrecer más pistas hasta que se conozca el programa, apuntó también a que «se mejorará el apoyo a la familia» y se atenderá a las mujeres y jóvenes en situación de dificultad. El próximo sábado lo concretará.
EL MUNDO – 21/11/15