EL CORREO 15/02/13
· La iniciativa salió adelante ayer en el Parlamento vasco con los únicos votos del PNV y del PSE en un clima de profunda división política.
La ponencia de paz comenzará a andar en el Parlamento vasco en un clima de profunda división política. La gestión de un final de ETA en el que se preserve fielmente la memoria y la construcción de una nueva cultura de convivencia siguen siendo fuente de discrepancias entre los partidos, que ayer volvieron a quedar patentes en el pleno de la Cámara vasca. Tras varias semanas de incertidumbres, la ponencia salió adelante gracias al acuerdo alcanzado entre el PNV y PSE.
Lejos quedó el amplio consenso que se esperaba tejer alrededor de este foro. El PP y UPyD fueron los más críticos. Ambos partidos votaron en contra de su puesta en marcha, mientras EH Bildu optó por la abstención. La coalición abertzale afirmó, no obstante, que participará en la ponencia para plantear su «verdad». La incógnita reside en la bancada popular. La formación que lidera Antonio Basagoiti no descarta, por ahora, asistir a las reuniones. Es más, según aseguró su portavoz, Carmelo Barrio, el grupo estudiará en los próximos días si se suma o no al foro, cuyo nacimiento deberá producirse en el plazo de un mes. El que se desmarcó por completo de la ponencia –como ya lo hiciera en la pasada legislatura– fue el parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro, por considerar que su objetivo «es hacerle la rosca a la llamada izquierda abertzale y asumir su agenda».
El abismo que separa al PP y EH Bildu imposibilitó cualquier clase de entendimiento. Es más, los populares justificaron su rechazo a la ponencia en el hecho de que un foro por la paz no puede albergar en su seno a una coalición que «no ha condenado el terrorismo de ETA». «Es un requisito ético mínimo que, si el PNV y el PSE no les exigen, nosotros sí lo hacemos», expresó Barrio desde la tribuna.
En el PP no están dispuestos a «bajar el listón» y tienen claro que, para «instalar unas bases de trabajo en igualdad de condiciones, falta lo más importante»: que la izquierda abertzale salga de su «inmovilismo» y asuma «el arrepentimiento». Esa es la clave que barajarán a la hora de decidir su participación o no en la ponencia. «Hoy, lo que nos garantizan es un foro de confusión y de rebaja de exigencias», lamentó.
«Suelo ético irrenunciable»
La coalición, de la mano de su portavoz, Laura Mintegi, no quiso entrar en revisiones del pasado, lo que para el resto de partidos vino a traducirse en una «nueva maniobra de escapismo». EH Bildu cargó contra el PNV y PSE por modificar el borrador inicial de la propuesta «sin preguntar». «No hay derecho, eso no es pluralidad ni voluntad de acuerdo», censuró Mintegi. Socialistas y jeltzales pactaron la víspera al pleno una enmienda transaccional que contempla la continuidad de los trabajos realizados durante la pasada legislatura por los partidos que integraban la ponencia –entre los que no estaba la antigua Batasuna–.
De esta forma, frente a un escrito sencillo en el que abogaban solo por su puesta en marcha, ambos partidos quisieron poner en valor la labor desempeñada hasta la fecha por los grupos y mantener «el suelo ético irrenunciable» que se fijó entonces. «La base firme para construir la paz no es un folio y medio hecho corriendo en el último momento», valoró la portavoz abertzale, en alusión a las conclusiones que acordó el foro antes de su disolución.
El documento hacía hincapié en tres ejes de trabajo: reconocer el sinsentido de la violencia pasada y defender la dignidad de las víctimas, construir un relato clarificador y caminar hacia una convivencia normalizada. «¿Qué reparos se pueden poner a estos principios?», preguntó Iñigo Iturrate. El parlamentario del PNV criticó la postura adoptada por el PP, al que acusó de estar «mirando por el retrovisor por si acaso UPyD les adelanta por la derecha», como también la de EH Bildu. «Tanto papel de afrentada para no ser valiente. Reconocer el daño causado es sencillo, es decir que lo que pasó en este país estuvo mal», le dedicó a Mintegi.
En la misma línea, e incluso más contundente, se mostró el portavoz del PSE. José Antonio Pastor recordó a la coalición abertzale que «la historia no ha empezado con ellos» y que el resto de partidos cuentan «con una experiencia importante» como integrantes de la anterior ponencia. «Nos parece una tomadura de pelo que nos diga que hay que buscar un nuevo consenso hecho a su medida», espetó. Pastor, advirtió que su partido «no renunciará a sus principios» ni tampoco «comulgará con ruedas de molino o mantos de olvido». «Queremos la paz, que no es lo mismo que tener la fiesta en paz», apostilló.
Socialistas y jetzales reconocieron ser conscientes de que la ponencia nacerá sin consenso, si bien no renunciarán a que éste pueda alcanzarse a lo largo de la legislatura. Por el momento, EH Bildu ya ha anunciado que participará en la ponencia para «llevar testimonios y plantear una solución integral y permanente», según expresó Mintegi. Solo falta por conocer si el PP se subirá al barco u optará por quedarse en tierra junto a UPyD.
Mintegi salva la propuesta del PNV a favor de los presos de ETA.
El voto a favor de la portavoz de EH Bildu, Laura Mintegi, permitió que saliera adelante ayer una propuesta del PNV en la que se solicita poner fin a la política de dispersión de los reclusos de ETA. La iniciativa, que se votaba por segunda vez, suscitó el rechazo del PSE, PP y UPyD, mientras que el resto de representantes de la coalición abertzale se abstuvo. «Es un paso en la búsqueda de avances en la resolución del conflicto, en la política penitenciaria y en el objetivo de que los presos vuelvan a Euskal Herria en 2013», argumentó Mintegi.
La propuesta llegó ayer acompañada de polémica, ya que hace una semana fue aprobada en pleno después de que la parlamentaria del PSE Blanca Roncal se equivocara al pulsar el botón. Previamente, el texto había cosechado un empate a votos, lo que obligaba a repetir la consulta a los parlamentarios. En esta nueva ronda, la política socialista votó en contra del resto de su grupo: quería dar al ‘no’, pero terminó pulsando el botón de la abstención. La parlamentaria se dio cuenta de su error segundos después de que la presidenta del Parlamento, Bakartxo Tejeria, anunciara el resultado.
Pese a las reclamaciones del PSE, que alegó que Roncal no había podido hacer un uso correcto del sistema electrónico, Tejeria dio por buena la votación e impidió cualquier rectificación. Sin embargo, posteriormente aceptó repetir la consulta.
Con el fin de evitar nuevos conflictos, la presidenta trasladó ayer a la Junta de Portavoces el criterio que seguirá a partir de ahora si los parlamentarios tienen problemas a la hora de pronunciarse en un pleno. Las votaciones no se repetirán cuando los políticos se hayan equivocado. Tan solo cuando se produzca algún fallo en el sistema electrónico.
EL CORREO 15/02/13