Juan Pablo Colmenarejo-ABC
- ¿A qué electores pretendía convencer, atraer o engatusar Arrimadas echando al señor de Murcia con Sánchez? ¿Una moción de censura contra el Gobierno del que se forma parte?
Una cosa es vivir en estado de película y otra, tomarse la realidad como una serie televisiva. La nueva ficción, perdón, la nueva política podría haberse regenerado, pero prefirieron no abandonar el arenero del parque infantil. Los noes de Sánchez a Rajoy y de Rivera a Sánchez quedan en el desván de lo que pudo ser y no fue. Un gobierno de gran coalición, a imagen y semejanza de esa Europa que hoy nos compra las vacunas y financia a precio de risa la deuda pública, hubiera reducido el número de exaltados y de problemas. Otro cantar, si la responsabilidad y el interés general hubieran vencido a los planes políticos particulares y a los proyectos personales. Tras el estallido de Murcia, el único desenlace viable al actual trance se acerca al de otro adelanto de las elecciones generales. Mientras tanto, decreto a decreto, sin Iglesias -y ya veremos si tampoco Podemos en el Gobierno- hasta que las vacunas y los dineros de la UE decidan el momento justo para que la euforia haga el resto.
Podemos se agarra a lo que le queda, con Iglesias al megáfono. El vicepresidente abandona el barco para salvarse. Las urnas de Madrid le sirven de entremés a las generales desde fuera del Gobierno. Ciudadanos va a terminar con mucho más dolor que el CDS o UPyD. No hay todavía una explicación sostenible a la decisión de Arrimadas. ¿A qué electores pretendía convencer, atraer o engatusar echando al señor de Murcia con Sánchez? ¿Una moción de censura contra el Gobierno del que se forma parte? Ni en las series sale bien. Adiós a un partido que pudo reinar.
Tras el fracaso de Murcia, el PSOE de Sánchez, monitorizado desde La Moncloa por su Godoy particular, ha intentado tener sus propios tránsfugas en Valladolid. Aunque no les salga, como parece, tendrán que rebobinar los insultos a aquellos que han apoyado al PP y no al PSOE, incluidos los ex de Vox en Murcia, con los que estuvieron negociando de igual forma el pin parental que hiciera falta. Como en las series, hasta el próximo episodio.