Los socialistas están en período de reflexión. Lo único que clarifican por el momento es que las negociaciones que lleven a cabo serán globales y no regionales, y muestran su clara preferencia por que «Gipuzkoa y Donostia tienen que seguir avanzando», algo que, a su entender, Bildu no garantiza.
Los socialistas están en período de reflexión. La complicada geometría que las urnas les han dejado en las instituciones, sobre todo en las guipuzcoanas, han obligado al PSE a cambiar las estrategias postelectorales que barajaba y a replantearse opciones que en un principio descartaban para intentar no perder la presencia institucional a la que le han abocado los resultados del domingo. «Lo primero es analizar los resultados», repiten una y otra vez los dirigentes y candidatos socialistas ante la pregunta de qué van a hacer. ¿Van a intentar pactar con PNV y PP para desbancar a Bildu de la Diputación? ¿Permitirán que la coalición abertzale gobierne en San Sebastián? Lo único que clarifican por el momento es que las negociaciones que lleven a cabo serán globales y no regionales, y muestran su clara preferencia por que «Gipuzkoa y Donostia tienen que seguir avanzando», algo que, a su entender, Bildu no garantiza. Sin embargo, no garantizan el apoyo al candidato jeltzale en Gipuzkoa, Markel Olano -segundo más votado- mientras no se clarifique si «el PNV opta por la vía de la gobernabilidad o por Bildu, en cuyo caso deberá explicar por qué y para qué».
Los socialistas han remarcado desde el primer momento que «no hay mayorías absolutas» ni en las Juntas Generales ni en el Consistorio donostiarra -la derrota que más les ha dolido-, y han abierto la puerta a «sumar» sus votos «con quienes quieran seguir con el progreso de Gipuzkoa». Miguel Buen, que felicitó por la mañana al candidato de Bildu, Martin Garitano, insistió ayer en este mensaje antes de que se celebraran las reuniones que las Ejecutivas de Euskadi y de Gipuzkoa -a continuación-. Buen, como hizo el domingo, volvió a lanzar el guante a jeltzales y populares para hablar sobre posibles pactos que eviten que Bildu llegue al Gobierno foral. Y, José Antonio Pastor, el candidato por Vizcaya, añadió que negociarán con todos menos con la coalición abertzale, aunque no despejó si aun y todo hablarán con ella. «A pesar de ser un partido legal y no tenemos duda de ello, son unos recién llegados a la democracia y tienen que demostrar sus convicciones democráticas», señaló el también portavoz del PSE, tras reconocer el «fortísimo varapalo» que les han propinado los ciudadanos, con 65.000 votos menos que en 2007 en la CAV.
Las dudas del PNV sobre qué estrategia postelectoral seguirán mantiene en alerta a los socialistas, algunos de cuyos candidatos quizás tengan que desdecirse de promesas como que no gobernarían si no eran la lista más votada, como anunció Odón Elorza. Por el momento, tanto el alcaldable como los dirigentes guipuzcoanos prefieren guardar silencio en ese sentido y ni confirman ni desmienten. Pero, mientras tanto, insisten en que «administrarán los resultados y utilizarán» los 60.000 votos recibidos en Gipuzkoa, «como lo hemos venido haciendo», en favor de proyectos estratégicos más o menos encauzados como la ‘Y’ vasca, el puerto exterior o la incineradora.
«Nuevo tiempo político»
Tras el primer análisis de ayer, el lehendakari, en el papel de secretario general del PSE, dará esta tarde más detalles de sus conclusiones y del por qué de unos resultados tan «malos», más allá de la situación de crisis económica que ha llevado a la debacle al PSOE. «Hay que interpretar bien el mensaje» que la sociedad depositó en las urnas, avanzó Patxi López.
Y es que «es evidente» -añadió Pastor desde la preocupación y la precaución- «que se ha abierto un nuevo tiempo político» y hay que «explorarlo con la cabeza fría y con mucha serenidad y responsabilidad de todos».
EL DIARIO VASCO, 24/5/2011