ABC 27/01/13
· Los socialistas estudian la idoneidad de obligar al nacionalismo a plantear con «claridad» la independencia, lo que pasa por aceptar un referéndum.
«El partido socialista debe tener una hoja de ruta reflexionada para afrontar este debate cuando toque. No podemos ni debemos esconder la cabeza como si esto no fuera a plantearse jamás y, sobre todo, no podemos pensar que ese debate se gana con imposiciones, amenazas o sin argumentos». La frase es de José Antonio Santano, alcalde socialista de Irún y miembro de la ejecutiva del PSE. Forma parte de una enmienda aprobada por su agrupación para ser tratada en el congreso que los socialistas vascos celebrarán los próximos 9 y 10 de febrero. Y el «debate» al que alude no es otro que el del derecho a decidir, un tema que el PSE estudia frenar con un órdago a mayor.
La celebración de un referéndum independentista en Escocia, la carrera soberanista en la que ha entrado Cataluña desde hace varios meses, el final del terrorismo y la impresión de que EH Bildu intentará forzar esta cuestión en el Parlamento durante los próximos años han provocado que algunos sectores del socialismo vasco vuelvan a plantearse de forma pública la necesidad de «coger el toro por los cuernos».
A diferencia de sus compañeros en Cataluña, el debate sobre el derecho a decidir en el PSE siempre ha estado bastante controlado. Aunque algunos destacados militantes –por ejemplo, su presidente, Jesús Eguiguren– han teorizado en determinados momentos sobre la cuestión, la realidad es que la existencia de ETA y la experiencia vivida con Juan José Ibarretxe hicieron que siempre quedase relegado a un lugar menor.
Pero, para algunos miembros del PSE, los tiempos han cambiado y necesitan una respuesta diferente a la actual. Entre ellos está Odón Elorza, que hace unos días en su blog colgó un texto en el que sostenía que el PSE «no se debería oponer a una petición de celebrar una consulta ciudadana» si esta procede de una «mayoría cualificada». «No parece inteligente dar un portazo constitucional a la reivindicación sino ofrecer una respuesta», señaló el exalcalde de San Sebastián y actual diputado en Madrid, que no estará presente en el congreso de dentro de dos semanas al no haber sido elegido por sus compañeros de agrupación, en un gesto que evidencia que las reflexiones sobre el derecho a decidir dentro del PSE se mueven por unos límites muy estrechos.
De hecho, la ponencia política marco que debatirán los socialistas el 9 y 10 de febrero no alude al derecho a decidir. El texto hace una encendida defensa del autogobierno como un espacio para buscar «la convivencia entre diferentes identidades» y recalca que la voluntad del partido que continuará liderando Patxi López es «seguir viviendo juntos». Lo que plantea el PSE es, entre otras cuestiones, reformar la LTH, poner en marcha una Ley Municipal y un «nuevo contrato ciudadano» que ratifique la «unidad y el deseo de seguir viviendo juntos». «La reforma que planteamos no puede ser utilizada como excusa para trocear el Estado compartido», añade un texto que en estos momentos está en fase de reelaboración tras recibir cerca de 850 enmiendas parciales.
La experiencia vivida por el PSC en Cataluña ha reforzado las tesis de quienes consideran «suicida» adentrarse en un tema en el que «solo están cómodos los nacionalistas». «¿Ahora que Urkullu está recalcando que lo urgente es la economía, vamos a ponernos nosotros a debatir sobre el derecho a decidir? Somos únicos», sostiene con una mezcla de ironía y visible enfado un veterano militante del PSE.
«Respuesta serena y eficaz»
Pero el rechazo al derecho a decidir no impide que los principales dirigentes del partido sí compartan la tesis de Eguiguren, Elorza o Santano de que la «estrategia del avestruz» sirve de poco, y de que hay que «ir preparando una respuesta serena y eficaz».
Esta última frase pertenece al propio López, partidario de afrontar «sin dramatismos, pero con seriedad» el «desafío soberanista» desde «el terreno de la política». A través de un texto publicado en prensa hace unos días, el exlehendakari apostaba por dar un paso adelante. Lo que venía a decir es que los llamamientos de los nacionalistas al derecho a decidir no son más que una especie de trampa dialéctica a la que hay que hacer frente con una herramienta: «Claridad». O lo que es lo mismo, que las formaciones nacionalistas pidan de forma rotunda la independencia y expliquen sus consecuencias.
¿López es partidario entonces de que se celebre un referéndum independentista a la escocesa? El líder del PSE no ha sido tan rotundo, pero va dejando algunas pistas por el camino. Sostiene que intentar frenar el independentismo aludiendo a la «unidad consagrada en la Constitución» puede ser contraproducente y que «no es fácil» negarse «desde una perspectiva democrática» a que una parte del territorio pueda «segregarse» si lo demanda de «forma nítida y reiterada una mayoría muy cualificada de su población». «Quizá sea conveniente pensar en dotarnos de nuestra propia norma de claridad», señala el expresidente vasco.
¿Referéndum? Él no lo dice, pero recuerda que hay quien sí lo defiende. Por ejemplo, el expresidente del Consejo de Estado Francisco Rubio Llorente. A través de terceros, López ha enseñado sus cartas.
Habrá que ver si la enmienda de Santano queda en anécdota o si es el vehículo que emplea el PSE para poner en un documento interno las reflexiones lanzadas por su secretario general y dar un paso histórico y, a la vez, arriesgado.
ABC 27/01/13