San Gil reclama al PP «dignidad» para no hacerse «fotos con Bildu»

EL CORREO 27/01/13

· Dice echar en falta «los principios» de Gregorio Ordóñez en el acto de homenaje al político popular asesinado hace 18 años.

Fue un acto de homenaje a Gregorio Ordóñez en el 18 aniversario de su asesinato a manos de ETA, pero también una reivindicación de los valores que representaba el político donostiarra y una crítica abierta hacia el rumbo que han tomado los acontecimientos tras el cese definitivo de la actividad armada de ETA. Familiares, compañeros y amigos recordaron ayer al que fuera teniente de alcalde de San Sebastián por su «honestidad» y su «lucha por la libertad», aunque lamentaron que, dieciocho años después de su muerte, Ordóñez no podría aceptar hoy que «los herederos de ETA» gobiernen el Ayuntamiento de San Sebastián o la Diputación de Gipuzkoa. «Ahora nos dicen que son nuevos tiempos, pero alguien como Gregorio no podría estar en estos nuevos tiempos», afirmó María San Gil.

:: Antonio Basagoiti, Antón Damborenea, Santiago Abascal, Ana Iribar, Consuelo Ordóñez y María San Gil, ayer en el cementerio de Polloe.

La expresidenta del PP vasco, colaboradora y amiga personal de Ordóñez, con quien compartía mesa en un restaurante donostiarra cuando un etarra le tiroteó el 23 de enero de 1995, fue contundente en el discurso que pronunció en el acto celebrado en el hotel María Cristina. Apartada de la vida política desde hace varios años, San Gil reconoció que se había mostrado «reacia» a intervenir porque su claridad habitual podía provocar «incomodidad» en muchos dirigentes políticos. Finalmente subió al estrado y su discurso no sólo fue el más ovacionado, sino que se convirtió en una crítica en toda regla a algunas actuaciones de miembros de su partido, como «sacarse fotos con los de Bildu». No nombró en ningún momento al PP, ni al vasco ni al nacional, pero su intervención tenía un destinatario evidente. Y un mensaje: «Tengamos más dignidad».

«No está derrotada»

En una alocución vehemente y en apariencia improvisada, María San Gil soltó varias cargas de profundidad. «ETA no está derrotada, el Estado de Derecho no ha sido capaz de derrotarla porque hemos asumido que dejar de matar puede tener premio», «gobierna Bildu, que es Batasuna, que es ETA». «¿cómo no voy a echar de menos a Gregorio?», se preguntaba.

San Gil se mostró convencida de que Ordóñez se rebelaría si siguiera con vida, y dejó preguntas en el aire: «¿Dónde está la fortaleza, dónde los principios, dónde el proyecto político que defendía Gregorio? ¿Dónde están todos esos dirigentes políticos a los que no les importa pactar, hablar, reírle las gracias a Garitano, hacerse fotos con él?»

Este discurso fue ovacionado por el centenar de familiares y amigos de Ordóñez que se reunieron en el María Cristina para asistir a la presentación del archivo documental que recopila todas las intervenciones públicas del dirigente popular. En este acto ya no estaban presentes dirigentes del PP vasco como Antonio Basagoiti, Arantza Quiroga o Antón Damborenea, que sí habían acudido antes a la ofrenda floral que tuvo lugar en el cementerio de Polloe. El homenaje posterior contó con la presencia de otros militantes del PP como Carlos Iturgaiz, Carmelo Barrio, Regina Otaola o José Eugenio Azpíroz. También asistieron el delegado del Gobierno, Carlos Urquijo, el fiscal superior del País Vasco, Juan Calparsoro, el parlamentario de UPyD Gorka Maneiro y el portavoz popular en el Ayuntamiento donostiarra, Ramón Gómez, entre otros.

San Gil dijo «echar de menos al Gregorio amigo, pero también al Gregorio político, a ése al que no le importaba quedarse solo por defender aquello en lo que creía, que no pretendía ser políticamente correcto, sino sincero y honesto consigo mismo». Criticó que «si ya es malo que Bildu esté en las instituciones, lo peor es ver que el resto de los partidos les tratan con naturalidad, como si fueran demócratas de pleno derecho. Tengamos más dignidad y, ya que les han votado, al menos vamos a hacerles el vacío. No pactemos con ellos, no les tratemos como a gente que sólo tiene otra ideología».

EL CORREO 27/01/13