El nuevo secretario general de los socialistas vascos tuvo la frase fundamental de su discurso, al decir que “el PSE-EE ha vuelto”, sin decir previamente adónde se había ido. (©González Laya) Esto era un problema. Eneko Andueza había dicho que «al PNV se le erizan los vellos cuando alguno pone encima de la mesa lo que puede pasar en el futuro», es decir, que los socialistas puedan hacer en el futuro lo mismo que ahora pretenden ellos. “ Andueza reprocha al PNV que pacte con EH Bildu y se le «ericen los vellos» ante la posibilidad de que lo haga con PSE. «No somos nosotros los que hemos pactado con la izquierda abertzale, salvo unos presupuestos en Madrid y algunas cuestiones puntuales en unos ayuntamientos en los que, dicho sea de paso, el PNV no nos da la estabilidad que debería». Salvo unos presupuestos en Madrid y un Gobierno autonómico en Navarra, era obligado añadir, pero tampoco es cosa de perderse en detalles menores. Él está radicalmente en contra de Felipe González, de quien dice que «está conceptualmente y como militante muy lejos del Partido Socialista actual. Tienen que decirle basta». La saliente opina que cada secretario general ha de tener las manos libres para tomar sus decisiones, siempre basados en los principios socialistas. También dijo que el sucesor Andueza “tendrá manos libres para revisar lo que tenga que revisar en el PSE”. Madre mía. No estaría de más que Idoia Mendia incluyese entre las cláusulas preceptivas la ley: los principios socialistas y el cumplimiento de la ley.
Ya veremos si Andueza puede conseguir el pacto con EH Bildu que ha anunciado, pero cabe señalar que en todo caso el propósito de desbancar al PNV mediante la articulación de un tripartito no es una novedad suya. Todas la tonterías tienen un gesto precursor en Odón Elorza, a quien se le iluminaron las pajarillas el 2 de noviembre de 2003, al publicar una tribuna en El Diario Vasco que llevaba por título ‘Maragall, la gran esperanza vasca’. Pasqual Maragall se anunciaba como presidente de la Generalidad al frente de un pacto que integraba a ERC e ICV además de su propio partido, el PSC, lo que consiguió aquel mismo mes de noviembre.
Odón Elorza soñaba con un tripartito que desbancase al PNV. Un par de años después, el 14 de noviembre de 2005, Patxi López era entrevistado en el diario de la izquierda abertzale, ‘Gara’ y allí dejaba entrever la posibilidad de que los socialistas vascos alcanzasen un acuerdo de Gobierno con Batasuna: “Que cada uno lo interprete como quiera”, dijo, sin desmentir la posibilidad de un acuerdo semejante.
O sea, que todo tiene sus precedentes. Lo que no está en los precursores es un análisis un poco más fino a la hora de evaluar las posibilidades que tienen de repetir la jugada Maragall, pongamos por caso. Sin entrar a prejuzgar la equivalencia entre Maragall y Andueza, valga el PSE como equivalente del PSC, admitamos a Podemos como una puesta al día de ICV, incluso aceptemos que los golpistas de la Esquerra hagan el papel de los batasunos en un registro menos cruento, aunque también tienen en su haber los asesinatos de José Mª Bultó y del matrimonio Viola. El problema no es una barrera moral de la que esta chusma carece por completo. Maragall se hizo apoyar por ERC e ICV para presidir la Generalidad, pero lo más que podría hacer el PSE es apoyar a Arnaldo Otegi para lehendakari. Le duplica en número de escaños. Ahí te quiero ver, Andueza. Es triste, pero es así la vida.