EL CORREO 01/05/14
· Los socialistas admiten que puede defender el derecho a decidir, pero muestran su sorpresa porque salga ahora en defensa de Ibarretxe.
«Ni Euskadi es Cataluña ni el PSE es el PSC. Sus opiniones son personales». Las reflexiones lanzadas en los últimos días por la exconsejera de Empleo y Asuntos Sociales Gemma Zabaleta a favor del derecho a decidir han sido acogidas con malestar por la dirección de los socialistas vascos e incluso con cierto desconcierto por parte de algunos militantes de la formación que, aun compartiendo parte de sus planteamientos, creen que ha podido ir «demasiado lejos» al respaldar la cadena soberanista que unirá Durango y Pamplona el próximo 8 de junio y alabar la «valentía» de Juan José Ibarretxe por defender el derecho a decidir en el Congreso de los Diputados en febrero de 2005.
La exdirigente socialista tomó parte el martes en una conferencia organizada por la plataforma ‘Gure esku dago’, donde compartió espacio con el exlehendakari y Floren Aoiz, histórico de la izquierda abertzale y actual presidente de la Fundación Iratzar, vinculada a Sortu. Zabaleta, como había hecho unos días antes en una entrevista en este periódico, reivindicó la validez del derecho a decidir y aseguró que el PSE ya lo defendió en las conversaciones que mantuvo en 2006 en Loyola con la izquierda abertzale y el PNV.
Con sus declaraciones públicas, Zabaleta se ha introducido en un terreno aparentemente complicado para el PSE, ya que podría trasladar a Euskadi las convulsiones que vive el PSC en Cataluña. Sin embargo, la cúpula de los socialistas vascos insiste en que son escenarios totalmente diferentes y que, aunque el debate sobre la posibilidad de que en un futuro se pueda celebrar en Euskadi una consulta similar a la de Escocia o Canadá está abierto, se lleva por un cauce bastante más controlado que el catalán.
«Gemma siempre ha defendido el derecho a decidir. Es un tema que siempre ha estado ahí. Eso no me ha sorprendido y no supone ningún problema», recalca un miembro de la ejecutiva, que ha mantenido opiniones opuestas a las de Zabaleta sobre esta cuestión. «Pero que vaya a la cadena soberanista y, sobre todo, que salga ahora en defensa de Ibarretxe sí que me ha dejado estupefacto», añade este dirigente, que rechaza de plano que se vayan a tomar medidas disciplinarias contra Zabaleta por asistir al acto del 8 de junio.
Las palabras de la exconsejera de Empleo y Asuntos Sociales con Patxi López no parece que hayan generado una ola de apoyos orgánicos. Más bien, al contrario. Y eso a pesar de que Zabaleta siempre ha contado con un significativo apoyo interno. Sus tesis sobre la posibilidad de articular alguna fórmula para consultar a la ciudadanía vasca sobre el encaje de Euskadi en el conjunto de España no son una excepción, pero, como ella misma asegura, son «minoritarias».
Incógnitas
Los que más han teorizado dentro del PSE sobre esta cuestión han sido, por ejemplo, Jesús Eguiguren, Odón Elorza, Denis Itxaso –el concejal donostiarra escribió en 2002 con Zabaleta el libro ‘Con mano izquierda’– o, últimamente, el alcalde de Irún, José Antonio Santano. Algunos de una forma más explícita que otros. Pero sus argumentos no parecen calar en las bases del partido. Hace poco más de un año, Elorza no pudo ni ser compromisario en el congreso del PSE que ratificó el liderazgo de Patxi López. De los cerca de 160 afiliados que asistieron a la asamblea de la agrupación a la que pertenece, el alcalde de San Sebastián sólo obtuvo 22 votos.
Aun así, Elorza apostaba hace escasos días en ‘El Periódico de Catalunya’ por profundizar en una vía similar a la que se utilizó en Canadá con la Ley de Claridad y buscar una salida al conflicto catalán que «tenga una base democrática sólida». A su juicio, este modelo «sería la manera de responder a quienes plantean rupturas traumáticas». Y añadía: «Estas razones han influido en la ciudadanía de Quebec para que los separatistas fueran derrotados con estrépito en las elecciones de hace tres semanas».
Pero incluso los más afines a sus planteamientos consideran que Zabaleta quizás ha ido demasiado lejos y ha establecido comparaciones no del todo correctas. Sobre todo en lo que se refiere a las conversaciones de Loyola. «Gemma se equivoca. No se acordó nada que tenga que ver con el derecho a decidir. Más bien, al contrario», afirma una persona que conoce bien los entresijos de aquellas citas.
EL CORREO 01/05/14