EL PAÍS 17/07/13
Pastor asegura que los nacionalistas miran «de reojo a Sortu para que no les pegue ningún bocado electoral»
La polémica sobre la distinción como Ilustres de Bizkaia que la diputación de Bizkaia concederá a todas las víctimas, y que hasta ahora enfrentaba a nacionalistas y populares, ha sumado hoy un nuevo partido: el PSE. El portavoz parlamentario, José Antonio Pastor, ha considerado que se trata de un ejercicio de «equidistancia y generalización» abrir la distinción a «todas las víctimas» y no a «las víctimas del terrorismo», como se había planteado en un pleno de las Juntas Generales celebrado a finales de abril.
El socialista ha ido más allá, y ha señalado, que el PNV busca «competir» con Sortu para que «no les pegue ningún bocado electoral». De hecho, el discurso de Pastor ha tenido puntos en común con el que ha venido desarrollando el Partido Popular desde que los jeltzales decidieran cambiar «de forma unilateral» la distinción, ya que se ha preguntado si lo que «quieren hacerse es agradables a los ojos y oídos de una parte del electorado nacionalista radical». Para el socialista, el PNV sigue mirando «de reojo» a Sortu para que no les «peque ningún bocado electoral», ya que no vale simplemente con decir que ha habido un conflicto «para no poner el foco donde ha estado la verdadera gravedad del asunto».
Tras reconocer que «todas las víctimas tienen derecho a la justicia y a la reparación», ha advertido de que «no son equiparables las situaciones» y ha considerado que, con el acto de entrega de la distinción de Ilustres de Bizkaia a «todas las víctimas del terrorismo» el ente foral «ha dado un paso atrás y se ha vuelto a escudar en esa especie de equidistancia». Ha denunciado que las víctimas del terrorismo merecen ser tratados con justicia, ya que se «merecen una verdad histórica que no se puede esconder con anuncios vaporosos» como el que, en su opinión, ha realizado la diputación al abrir la distinción «a todas las víctimas».
En ese sentido, ha manifestado que, «cuando se quiere decir que todos hemos tenido culpa de todo porque todos hemos sido malos, es lo mismo que decir que nadie hemos tenido la culpa y en ese nadie hay mucha gente que se esconde para evitar asumir su propia responsabilidad». A su entender, esta posición sería «muy injusta para casi las 900 víctimas de ETA que han estado calladas, resignadas, aguantando desprecio social, indiferencia, e, incluso, el rechazo expreso de mucha gente».