El CIS confirmó ayer lo que muchos socialistas temían pero nadie se atrevía a cuantificar. El PSOE se hundió el pasado 1 de octubre, el día del bochornoso Comité Federal en el que terminó dimitiendo Pedro Sánchez, y cayó a un pozo en el que se ha encontrado el peor dato en intención de voto cosechado jamás en democracia por el partido.
El que es aún el principal partido de la oposición en el Congreso ha dejado de serlo entre los españoles, según el CIS. Con un 17% en intención de voto, el PSOE tiene la mitad de apoyo que el PP (34,5%) y es la tercera fuerza política, cinco puntos por debajo de Podemos (21,8%).
El PSOE post Sánchez parece así preparado para batir sus peores marcas. Desde la dimisión del ex secretario general, la formación no tiene líder, más allá del presidente de la Gestora, Javier Fernández. Y la nueva dirección quiere que el partido siga así, descabezado, hasta el verano. La idea de los que ahora mandan en el PSOE es que el sucesor de Sánchez no se elija hasta junio o julio, como confirmaron fuentes de la Gestora y de varias federaciones afines.
El golpe de mano que acabó con Pedro Sánchez pareció acabar también con seis puntos de intención de voto. En julio, el CIS pronosticó que el PSOE estaba en un 23,1%. En octubre, y tras su crisis interna, se hundió hasta un hasta ahora inédito 17%. Como argumentó el presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, el CIS «ha tomado la temperatura al PSOE cuando estábamos con 40 de fiebre».
Tras el mal trago de la abstención para hacer presidente a Mariano Rajoy, según estima la dirección, el partido irá remontando su difícil situación. Los críticos, sin embargo, ven «inaplazable» la celebración del congreso para elegir cuanto antes a una nueva dirección, como aseguró el ex número dos del PSOE César Luena, y empezar a salir así de la crisis en la que se ha instalado el partido.
Sin embargo, no es ese el plan de la dirección. Como explicaron fuentes de la Gestora y de dos federaciones afines a Ferraz, el plan pasa por retrasar el congreso hasta el verano de 2017. No hay aún fechas definitivas, pero barajan la horquilla de finales de mayo a julio. Antes, los socialistas celebrarían una serie de ponencias programáticas para definir las propuestas, las ideas y hasta el nuevo modelo de partido que debería aprobarse en el cónclave. En este proceso no sólo podrían participar los militantes, sino también los simpatizantes, como ya ocurrió en la Conferencia Política de 2014. Este calendario lo aprobará, según las mismas fuentes, el Comité Federal en diciembre. La intención es que el PSOE no hable de nombres para liderar el partido hasta abril o mayo, con lo que las primarias se podrían celebrar en mayo o junio y el congreso federal en junio o julio.
El PSOE podría estar así hasta nueve meses sin líder, a la vez que sufre las secuelas de la peor crisis de su historia democrática. Este partido descabezado podría tener que tomar decisiones sobre una posible reforma de la Constitución, que Albert Rivera quiere proponer en los primeros meses de 2017, o sobre pactos de Estado que pueden empezar a negociar el PP, Ciudadanos y el PSOE.
Algunas fuentes próximas a la Gestora no son partidarias de mantener tanto tiempo la interinidad, porque haría daño al partido. Pero esos sí parecen ser los tiempos previstos por el PSOE andaluz.
Sin citar fechas, en esta línea se manifestaron ayer el número dos de Susana Díaz, Juan Cornejo; el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, y Emiliano García-Page. Todos insistieron en que antes de hablar del liderazgo el PSOE tiene que debatir sobre «los contenidos de la renovación», «la adaptación de la socialdemocracia a las exigencias de los ciudadanos», las «propuestas, las ideas y hasta el modelo organizativo». Como aseguró Page en el Club Siglo XXI de Madrid, «no puede pasar de diciembre que tomemos una decisión sobre el calendario».
La dirección entiende que el tiempo corre en contra de Pedro Sánchez –que ahora está en EEUU para seguir las elecciones norteamericanas– y a favor de la alternativa que, con toda probabilidad, parece dispuesta a liderar Susana Díaz. De ahí que los partidarios de Sánchez insistan en que el congreso se convoque ya y que los de Díaz prefieran abrir antes un calendario de ponencias para renovar el discurso socialista.
Sánchez se reunió el jueves pasado con siete dirigentes que le han apoyado hasta el final y que ahora quieren adelantar el congreso, como informó ayer El País. Sin embargo, no todos los que le vieron tienen decidido apoyarle, como aseguran varios de ellos a este diario. Todo dependerá de cuándo se convoca el cónclave y con qué formato.
Hasta el momento, sólo Sánchez se ha mostrado dispuesto a liderar el PSOE si confirma que «hay agua en la piscina». Díaz no ha dado el paso –ni lo hará próximamente–. Sin embargo, personas que hablan muy a menudo con ella apuntan que «en absoluto ha renunciado a presentarse», a pesar de que sabe que su imagen pública ha quedado seriamente dañada tras el golpe de octubre.
Otro nombre del que se habla en el PSOE desde hace semanas es el de Patxi López. El ex lehendakari podría ser una opción alternativa a la de Sánchez, si finalmente decidiera no presentarse. Algunos de los que han apoyado a Sánchez consideran que también se ha quemado en exceso, como Susana Díaz.
El Comité Federal de diciembre también decidirá cómo queda el protocolo de relación entre el PSOE y el PSC después de que los socialistas catalanes decidieran en su Consejo Nacional mantener su no a Rajoy en la investidura, en contra del Comité Federal. Ayer, Page y otros dirigentes dieron por sentado que la relación entre ambos partidos se revisará.
El PSOE baraja expulsar al PSC de sus órganos de dirección para que los militantes catalanes no participen en la votación del próximo secretario general del PSOE, aunque no hay unanimidad entre los barones ante una opción tan drástica. En principio, la federación valenciana estaría en contra, además de todas las partidarias del no a Rajoy.
El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, llamó ayer al presidente de la Gestora, Javier Fernández, y ambos quedaron en verse la próxima semana. El PSC quiere mantener su actual relación con el PSOE. El problema es que en el caso de que Pedro Sánchez se presente a las primarias, los socialistas catalanes podrían apoyarle de forma abrumadora. Iceta quiso ayer desmarcarse y dijo que el PSC no apoyará a ningún candidato a liderar el PSOE.
Mientras, en el Congreso, los ocho diputados que votaron no a Rajoy presentaron ayer sus alegaciones. El instructor del caso, el diputado Luis Carlos Sahuquillo, terminará esta misma semana su informe, que la dirección del Grupo Socialista aprobará el lunes de la semana que viene. Todas las fuentes aseguran que se les aplicará la pena máxima, 600 euros de multa a cada uno.
Además, el PSOE no descarta en absoluto expulsar a los diputados díscolos de la dirección del Grupo Socialista, de las portavocías de comisión que tienen y de sus puestos en las mesas de varias comisiones. Margarita Robles es, por ejemplo, presidenta de la Comisión de Justicia y la balear Sofía Hernanz está en la dirección del Grupo Parlamentario.